Pedro Sánchez Kardashian
Sabíamos que siempre estuvo ahí, y ahora se hace visible la amnistía. Pero, si ello es así, no parece muy lógico negociarla. Se decreta, como a lo largo de la anterior legislatura ocurrió con otras “iniciativas innovadoras”. y punto.
De tanto ir a Ucrania, a Sánchez se le ha puesto cara de eslavo (sí, todavía sin el aumento de una c tras su paso por Waterloo; todavía…). Como seguramente algunos saben, aunque lo parezca, no cae precisamente a tiro de piedra de Armenia, patria de la estadounidense familia Kardashian-Jenner mediática tropa propietaria de cinco hijas. A pesar de la distancia, Ucrania y Armenia ya tienen algo más en común que estar situadas en el Cáucaso, sitio complicado donde los haya. Su interés por el I+D+I cuyo heraldo no es otro que Pedro Sánchez.
La mayor protagonista de las Kardashian, si ello fuese posible, la inefable Kim, se acaba de convertir en una empresaria prestidigitadora, epítome de la innovación. Está ya a punto de parir, como bien lo hizo con su embarazo, una aportación extraordinaria al acervo del consumo femenino masivo: el sujetador con pezón incorporado, versión anglosajona: The Ultimate Nipple Bra. El vídeo lanzado a la par no tiene desperdicio: “Podemos utilizar nuestras habilidades para aportar algo. Hay días duros, pero estos pezones lo son más. Siempre parecerá que tienes frío”. ¡Que tiemble la GAIN! La versión gallega, como decía Camilo José Cela, con ellos “duros como castañas”, está ya, seguro, a punto de brotar.
Innovación en política
Perplejos, asistimos a las explicaciones de un digno discípulo de la armenia tiritante. Pedro Sánchez argumenta con la españolísima expresión que “hay que hacer de la necesidad virtud”; ya que se tienen pezones… pues que se note. “En el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Cataluña por los hechos acaecidos”. Bien, aceptemos pezón como fría evidencia de dureza; vale. Sabíamos que siempre estuvo ahí, y ahora se hace visible la amnistía; como el pezón. Pero, si ello es así, no parece muy lógico negociarla. Se decreta, como a lo largo de la anterior legislatura ocurrió con otras “iniciativas innovadoras” y punto. Chimpum.
Una vez más, la audacia del pívot armenio descoloca al desconcertado jugador de dominó, todavía sentado frente a Fraga en una plomiza tarde en Perbes. Y mira que en su comparecencia ante el Comité Federal Sánchez lo hizo bien visible en el atril: “Siempre adelante”; hacer de la evidencia, virtud.
Ejercitado en hípica vegana
Asentado ya en unos madriles repletos de ajenos, Feijóo está asistiendo, en secreto, a clases de hobby horse, la equitación sin caballo. Inventado en Finlandia, donde todo el mundo sabe que el nivel de aburrimiento es similar a su nivel de vida, el espectáculo consiste en ejercitarse en un palo de escoba finalizado en una cabeza de caballo de trapo. Ya se han celebrado tres campeonatos mundiales; de seguir así, se acabará convirtiendo en deporte olímpico, como el skatebording o el breaking (que vaya usted a saber en qué consisten). Algo similar al quiddich poteriano, esa versión del juego sobre una escoba voladora, pero en tierra.
Innovar es una jaculatoria ya asumida como algo natural. Hasta hay ya dominós electrónicos. Instamos a Feijóo a decidirse por la novedad, no solo en la vestimenta eliminando el desfasado look Casado utilizando para ello camisas con pezones simulados, sino también en el hacer político: que comience ya a pactar con los independentistas, con todos, los resultados de los evidentes incumplimientos que se van a producir por parte del presidente en funciones tras su investidura, dada su situación parlamentaria y su necesariamente virtuoso “talante negociador”. Que no lo pille otra vez descolocado, haciendo gala de otra expresión tan española de que “no hay mal que por bien no venga”. La evidencia del fiasco es más obvia.
Y para lograrlo, Kim Kardashian le muestra el camino: el sujetador de SKIMS, “al contrario que los icebergs, no va a desaparecer”, a pesar de su precio: 62 euros. En Galicia, tierra de brumas e indecisiones, dos palabras sirven para avisar “Era visto!”. Más evidente, incluso, somos capaces de pronosticar, también con dos palabras: “Vas caer!”.