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¿Por qué Nadal ha sido aspiracional para cualquier marca del mundo?
La carrera profesional de Rafa Nadal ha sido mucho más que una trayectoria exitosa de triunfos deportivos. El tenista español sigue siendo un “case study” de superación, perseverancia y capacidad de sufrimiento para líderes empresariales de todo el mundo
La retirada de Rafa Nadal del circuito profesional del tenis nos ha dejado a todos un poco huérfanos, no solo por sus éxitos deportivos, también por representar un modelo único de talento, capacidad de superación o equilibrio emocional.
KIA, Mapfre, Santander, Iberia, Movistar, Amstel Ultra… marcas globales que han tenido al tenista mallorquín como embajador porque precisamente, al margen de su gancho publicitario, representa los valores que toda marca quiere transmitir.
Cuando una organización decide trabajar su reconocimiento a través de un embajador de marca para asentar y consolidar su reputación, se busca precisamente a un líder que se alineé con los valores de la compañía; que sea una persona reconocida y respetada entre sus stakeholders, y que transmita compromiso para el público al que se dirige. No siempre son personajes famosos o relevantes, en muchas ocasiones las empresas comparten perfiles de sus propios colaboradores o empleados como embajadores de su marca.
En 2009, Santiago Álvarez de Mon, profesor del IESE, desarrolló un business case con el título Rafael Nadal: el campeón y la persona, que se ha utilizado en muchas universidades internacionales como ejemplo para los directivos de las organizaciones. Un trabajo que contó con la ayuda con el que en ese momento era su manager, Carlos Costa. Les comparto algunos puntos destacados:
Al margen de su gancho publicitario, Nadal representa los valores que toda marca quiere transmitir
Talento: “Lo que natura no da, Salamanca no presta”, dice Alvarez de Mon. Nadal tiene una capacidad natural para hacer ciertas cosas que se manifiesta no sólo al coger la raqueta, sino en su prodigioso físico, en la coordinación de sus movimientos o en la asimilación de espacios.
Ambición: no le gusta perder en nada. Es de esa clase de personas que no admite otro resultado que no sea la victoria. Tiene mentalidad ganadora y la derrota le produce alergia.
Estabilidad emocional: proporcionada fundamentalmente por su entorno familiar: esposa, padre, madre, tío, hermana.
Concentración: Nadal tiene como cabecera El arte de la guerra de Sun Tzu: “No te contentes con alguna ventaja pequeña o una victoria a medias; tal cosa podría ser tu cebo destinado a vencerte. Debes mantenerte en guarda incluso después de que tengas los visos de una victoria completa”.
Capacidad de sufrimiento: “Para ser feliz hay que ser austero”. En esta vida hay que aprender a conjugar el verbo aguantarse.
Perseverancia: como afirma un dicho inglés: “Winners never quit; quitters never win” (Los ganadores nunca abandonan; los que abandonan nunca ganan).
Equilibrio: no deja que ningún triunfo se le suba a la cabeza.
Resistencia mental: disciplina espartana y estoicismo son epítetos de su perfil. La cabeza es el 90% de un deportista. “Si alguien tiene la técnica de Rafa pero no su cabeza es imposible ser el número uno del mundo”.
Sencillez y humildad: respetar siempre al contrario y ser humilde con los triunfos.
Ilusión: cada reto es renovado por otro nuevo que le sirve de acicate y tira de él hacia delante.
Valores: antes de poder llegar a ser el número uno, hay que desarrollar valores como la humildad para tener una base sólida para afrontar el éxito. Pero también hay que saber distinguir entre uno mismo como persona real y uno mismo como “personalidad” del deporte y de los medios de comunicación.
Coaching: muchas veces, una persona con talento es la última en darse cuenta de lo que tiene. La labor de un buen coach es identificar el talento, seleccionarlo y entrenarlo correctamente para que se desarrolle.