La urgencia de impulsar la hidroelectricidad en Galicia: un análisis empresarial
Las ventajas estratégicas de aumentar la capacidad hidroeléctrica son claras: no solo contribuirán a la seguridad energética, sino que también posicionarán a Galicia como un líder en la producción de energía renovable en Europa
En el contexto actual de transición energética y sostenibilidad, Galicia se encuentra en una posición privilegiada para liderar el desarrollo de energía hidroeléctrica. El proyecto de la mega central de bombeo de Vilariño de Conso, que une los embalses de Cenza y As Portas, es un ejemplo emblemático de cómo nuestra comunidad autónoma puede aprovechar sus recursos hídricos para generar electricidad limpia y renovable.
La viabilidad de los proyectos hidroeléctricos en Galicia es alta debido a su abundancia de recursos hídricos y topografía favorable. Nuestra tierra cuenta con numerosos ríos y cuencas que pueden ser aprovechados para la construcción de nuevas centrales de bombeo. Además, la tecnología de almacenamiento por bombeo, que permite almacenar energía en forma de agua en embalses superiores, es una solución eficaz para gestionar la intermitencia de otras fuentes renovables como la eólica y la solar.
El Gobierno central y la Xunta de Galicia están tramitando varias solicitudes para la construcción de nuevas centrales de bombeo, lo que indica un fuerte interés y apoyo institucional para este tipo de proyectos. Sin embargo, la viabilidad económica también depende de la inversión inicial y de un marco regulatorio favorable que incentive a las empresas a invertir en estos proyectos.
Para la ciudadanía, los embalses hidroeléctricos representan una fuente de energía limpia y sostenible que puede contribuir a la reducción de las emisiones de carbono y a la lucha contra el cambio climático. Además, estos proyectos pueden generar empleo local durante las fases de construcción y operación, revitalizando así economías locales que pueden estar en declive.
El almacenamiento de energía mediante bombeo consiste en utilizar la electricidad “sobrante” en un cierto periodo de tiempo para subir (bombear) agua, desde un embalse inferior hasta otro embalse superior (situado a mayor altitud o cota). Cuando la energía así acumulada se necesita, se hace pasar el agua de vuelta, desde el embalse superior al inferior, por unas turbinas que producen electricidad. Ésta es la mejor tecnología disponible para almacenar grandes cantidades de energía eléctrica durante largos periodos de tiempo, ya que es el sistema más maduro, el más eficiente y el más económico.
Los bombeos son absolutamente esenciales para la transición ecológica, ya que permiten acumular los excesos de las producciones renovables no gestionables (que no se pueden parar o arrancar cuando se desea) como son la solar fotovoltaica y la eólica, para recuperarlos cuando no hay producción solar o eólica suficiente. Los bombeos permiten regular adecuadamente un sistema eléctrico mayoritariamente descarbonizado y renovable.
Los requisitos para poder disponer de centrales de bombeo son una cierta cantidad de agua y diferencias de cota importantes entre los dos embalses, el superior y el inferior. Si además, se dispone ya de embalses construidos, el coste y la complejidad ambiental y social de los proyectos se reducen muy considerablemente.
Galicia, por lo tanto, es un territorio muy bien preparado para acoger bombeos, ya que tiene numerosas centrales hidroeléctricas construidas, con embalses en servicio, que pueden ser aprovechados como balsas superiores e inferiores, y tiene una orografía montañosa que permite importantes diferencias de cotas en el curso de sus ríos y entre los embalses.
Desde la Confederación de Empresarios de Galicia observamos que los problemas actuales de este sistema son principalmente la retribución, ya que las centrales de bombeo requieren enormes inversiones, tienen plazos de tramitación y construcción muy largos (más de diez años), y no son rentables, en el momento actual, sin mecanismos especiales de pago por capacidad, o similares, que retribuyan la disponibilidad de la energía acumulada, y los diversos servicios que prestan al sistema eléctrico (energía de “alta calidad” y plenamente gestionable).
El bombeo y el Plan de Energía y Clima
La UE y el Gobierno español son conscientes de esta situación y se están preparando reglamentaciones y retribuciones específicas para los mercados de capacidad. Y la tramitación: por diversas razones, no se están tramitando las centrales de bombeo a la velocidad deseable para cumplir las previsiones del PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima).
El PNIEC señala la composición del parque de generación eléctrica necesaria para avanzar en la descarbonización de la economía, incorporando unos importantísimos incrementos en las tecnologías fotovoltaica y eólica.
En efecto, el PNIEC elaborado en 2020 para el periodo 2021-2030 prevé para 2030 un aumento de 52 GW de potencia renovable solar fotovoltaica y eólica (tecnologías no gestionables).
En la actualidad está en elaboración su actualización para el período 2023-2030. En esta actualización se incrementa notablemente la previsión de potencia de estas tecnologías, suponiendo el nuevo objetivo para 2030 un aumento de 100 GW de potencia renovable solar fotovoltaica y eólica.
El propio PNIEC es consciente de que esta transformación tan ambiciosa del sistema energético conlleva una serie de retos, como por ejemplo el hecho de contar con fuentes de generación renovable no gestionables, que introduce mayor variabilidad en la generación. Por ello, señala que esta variabilidad puede ser compensada por el desarrollo de soluciones de almacenamiento, entre ellas el bombeo hidráulico y las baterías.
En efecto, el PNIEC 2021-2030 plantea un incremento de potencia de almacenamiento de 6 GW (en particular 3,5 GW en centrales hidroeléctricas reversibles). Y del mismo modo que la revisión del PNIEC 2023-2030 ha actualizado al alza las previsiones de generación no gestionable, ha aumentado también las de almacenamiento (de 6 GW a 12 GW).
Desde una perspectiva empresarial, desde la CEG consideramos que la energía hidroeléctrica ofrece una ventaja competitiva significativa. Las empresas pueden beneficiarse de un suministro de energía más estable y a largo plazo, con menores fluctuaciones de precio comparadas con los combustibles fósiles. Además, el desarrollo de infraestructura hidroeléctrica puede atraer nuevas inversiones y fomentar el crecimiento de industrias relacionadas, como la construcción y la tecnología verde.
A pesar de los beneficios evidentes, existen varias dificultades que deben ser abordadas para la implementación exitosa de estos proyectos. En primer lugar, los costes iniciales de construcción son elevados y requieren una inversión significativa. Además, los proyectos hidroeléctricos a gran escala pueden enfrentar resistencia por parte de las comunidades locales y grupos ecologistas debido al impacto ambiental en los ecosistemas acuáticos y terrestres.
El proceso de obtención de permisos y licencias también puede ser complejo y prolongado. La coordinación entre diferentes niveles de gobierno y entidades reguladoras es crucial para agilizar estos trámites y garantizar que los proyectos se lleven a cabo de manera eficiente y sostenible.
Teniendo en cuenta toda la gama de impactos ambientales, obtener y almacenar energía a partir de energías renovables es mucho menos perjudicial desde el punto de vista ambiental que el uso de combustibles fósiles. Además de sus beneficios para el clima y la salud, una transición hacia la energía renovable centrada en la energía eólica y solar puede resultar en impactos ambientales significativamente reducidos. Estos incluyen impactos reducidos sobre especies y significativamente menos contaminación, ecotoxicidad e impactos en el agua dulce en general. Por otra parte, el cambio climático inducido por los combustibles fósiles no sólo amenaza a la humanidad pero tendrá impactos irreversibles en muchos de los ecosistemas y especies de nuestro planeta.
Una oportunidad para Galicia
Desde el punto de vista social, según un estudio realizado por la consultora Metyis, la presencia de renovables está relacionada con un descenso en el proceso de despoblación de las áreas rurales. El estudio concluye una relación positiva entre la presencia de renovables y la mejor evolución de la población, el desempleo y la renta.
La energía renovable es la opción energética más barata en la mayor parte del mundo en la actualidad. El coste de la electricidad procedente de la energía solar cayó un 85 % entre 2010 y 2020. Los costes de la energía eólica terrestre y marina cayeron un 56 % y un 48 % respectivamente. La electricidad barata procedente de fuentes renovables podría proporcionar el 65 % del suministro total de electricidad del mundo para 2030.
Cada euro de inversión en energías renovables crea tres veces más puestos de trabajo que en la industria de los combustibles fósiles. La AIE estima que la transición hacia emisiones netas cero conducirá a un aumento general de los empleos en el sector energético: si bien alrededor de 5 millones de empleos en la producción de combustibles fósiles podrían perderse para 2030, se estima que se crearían 14 millones de nuevos empleos en energía limpia, lo que resultará en una ganancia neta de 9 millones de puestos de trabajo.
La energía renovable tiene sentido económico. Se gastaron alrededor de 7 billones de euros en subsidiar la industria de los combustibles fósiles en 2022, incluso a través de subsidios explícitos, exenciones fiscales y daños a la salud y al medio ambiente que no se incluyeron en el coste de los combustibles fósiles. En comparación, es necesario invertir alrededor de 4 billones de euros al año en energía renovable hasta 2030 –incluidas inversiones en tecnología e infraestructura– para permitirnos alcanzar emisiones netas cero para 2050.
El almacenamiento hidroeléctrico mundial aporta 160 GW (>95% capacidad almacenamiento mundial). En España hay 6,1 GW de potencia de bombeo instalada. A largo plazo, las ventajas estratégicas de aumentar la capacidad hidroeléctrica de Galicia son claras. No solo contribuirán a la seguridad energética de la región, sino que también posicionarán a Galicia como un líder en la producción de energía renovable en Europa. La capacidad adicional de almacenamiento por bombeo ayudará a estabilizar la red eléctrica y permitirá una integración más efectiva de otras fuentes de energía renovable.
En conclusión, la necesidad de crear un mayor número de embalses hidroeléctricos en Galicia es imperativa para asegurar un futuro energético sostenible y competitivo. Si bien existen desafíos económicos y regulatorios, los beneficios tanto para la ciudadanía como para el empresariado son considerables. Con un apoyo institucional sólido y una planificación estratégica, Galicia puede maximizar su potencial hidroeléctrico, contribuyendo así a un modelo energético más limpio y resiliente.