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La oscura realidad de los eventos en Galicia
Muchos organizadores de eventos de la comunidad están optando por manipular el número de asistentes para evitar los costes asociados a la implementación de un Puesto de Mando Avanzado (PMA) que exige la legislación de la Xunta en los actos que congreguen a más de 5.000 personas
¡Ey Tecnófilos! En la actualidad, hay un problema preocupante que está poniendo en riesgo la seguridad de miles de personas en eventos públicos en Galicia. Según la normativa vigente de la Xunta de Galicia, cualquier evento que congregue a más de 5.000 personas está obligado a contar con un Puesto de Mando Avanzado (PMA), una herramienta esencial para coordinar la seguridad y las emergencias durante estos actos multitudinarios. Sin embargo, la realidad que se vive es mucho más oscura: muchos organizadores están optando por manipular el número de asistentes para evitar los costes asociados a la implementación de un PMA.
Este juego sucio es una muestra clara de irresponsabilidad y pone en peligro la vida de los asistentes. La seguridad nunca debería estar en juego por ahorrarse unos euros. Pero, ¿qué está ocurriendo exactamente? Ayuntamientos y comisiones de fiestas que, con tal de esquivar la legislación, optan por declarar cifras de aforo menores a las reales, a sabiendas de que el evento superará con creces los 5.000 participantes. ¿El motivo? Simple: evitar el coste de alquilar un PMA, a pesar de que es una exigencia legal.
Esta práctica es inaceptable y extremadamente peligrosa. No es solo un incumplimiento legal, es una irresponsabilidad que puede tener consecuencias catastróficas.
La falta de un PMA en eventos de gran afluencia desarma a los equipos de emergencias, dejándolos sin una herramienta crucial para coordinarse en caso de incidentes
Imagina por un momento que ocurre una desgracia durante uno de estos eventos. ¿Quién será el responsable? Seguramente, el peso de la culpa caerá sobre quien haya firmado el plan de autoprotección y seguridad, pero no olvidemos que detrás de este documento hay una cadena de decisiones que también tiene su cuota de responsabilidad.
Estos organizadores no solo están jugando con la ley, sino con la vida de las personas. No se trata de un simple trámite administrativo, sino de la diferencia
entre una gestión segura y una tragedia inminente. Es más, la falta de un PMA en eventos de gran afluencia no solo incumple con la normativa, sino que desarma a los equipos de emergencias, dejándolos sin una herramienta crucial para coordinarse en caso de incidentes.
Exigimos responsabilidad pública y cumplimiento de la ley. Cada evento que supere los 5.000 asistentes debe contar con un PMA, sin excusas ni engaños. No podemos permitir que el ahorro económico prime sobre la seguridad. Las consecuencias de no hacerlo pueden ser devastadoras, y aquellos que hoy buscan recortar gastos, mañana podrían enfrentarse a cargos penales por negligencia.
La seguridad de las personas debe ser la máxima prioridad. Es inadmisible que
se juegue con las cifras y, en consecuencia, con la vida de los asistentes. Hacemos un llamado a las autoridades competentes para que ejerzan una vigilancia estricta y tomen medidas ejemplares contra aquellos que opten por evadir sus responsabilidades.
Porque en el día en que ocurra una desgracia, no habrá excusas que valgan. Las vidas humanas no tienen precio, y la seguridad no es un gasto, sino una inversión imprescindible.
¡Se me tecnologizan!