He visto cosas que no creeríais

La picaresca de intentar eludir normativas no solo es irresponsable sino potencialmente trágica; la seguridad no puede ser comprometida por ahorros a corto plazo o manipulaciones deshonestas

coche de la Policía Nacional en la plaza mayor de Madrid

Coche de la Policía Nacional. EFE/ Mariscal

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¡Ey Tecnófilos! He visto cosas que no creeríais. Cientos de personas trabajando al unísono, cuerpos de seguridad y emergencia colaborando en perfecta sincronización. Todo esto, gracias a la tecnología centralizada y la vigilancia coordinada en un Puesto de Mando Avanzado (PMA). Mi experiencia en uno de los últimos operativos me ha dejado claro el poder de la tecnología cuando se utiliza con responsabilidad y profesionalismo.

En uno de los últimos eventos de gran envergadura en los que participé, tuve el privilegio de presenciar cómo la Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil, Bomberos, Protección Civil y Seguridad Privada se unieron bajo una sola batuta: el PMA. Era una sinfonía de coordinación y eficiencia, una coreografía de profesionales dedicados a garantizar la seguridad de miles de asistentes.

El PMA estaba equipado con la última tecnología en comunicaciones y videovigilancia. Las imágenes de las cámaras fijas instaladas en puntos estratégicos del evento se transmitían en tiempo real al centro de mando. Además, cámaras radioenlazadas y drones proporcionaban vistas aéreas y detalles que de otro modo serían invisibles. Todo pasaba por un avanzado software de mando y control que permitía a los operadores tomar decisiones informadas en fracciones de segundo.

Gracias a esta infraestructura tecnológica, los diferentes cuerpos de seguridad y emergencias podían comunicarse sin obstáculos. Cada incidente, por pequeño que fuera, se detectaba inmediatamente y se asignaba al equipo adecuado. La centralización de las comunicaciones y la videovigilancia en el PMA permitía una respuesta rápida y efectiva, minimizando riesgos y resolviendo problemas antes de que se convirtieran en emergencias.

He visto a agentes de la Policía Nacional coordinarse con la Policía Local para gestionar el flujo de personas y vehículos, mientras la Guardia Civil mantenía un ojo vigilante en las zonas periféricas. Los bomberos y Protección Civil estaban listos para intervenir ante cualquier incidente, y la Seguridad Privada aseguraba que todo transcurriera sin contratiempos. Fue una demostración de profesionalidad y compromiso, donde cada pieza del engranaje funcionaba a la perfección.

He visto cosas que no creeríais, como en la famosa reflexión de la película Blade Runner, pero no en los confines del espacio, sino aquí mismo, en nuestros eventos masivos. Imaginad la imagen: una sala llena de pantallas, cada una mostrando diferentes ángulos y perspectivas del evento, desde el nivel del suelo hasta vistas aéreas capturadas por drones. Los operadores de cada cuerpo de seguridad atentos a los monitores, comunicándose eficientemente gracias al software de mando y control, listos para actuar ante cualquier eventualidad. Todo esto es posible gracias a las normativas establecidas por la Xunta de Galicia en los Decretos 172/2022 y 226/2022. Estas leyes exigen la implementación de un PMA en eventos que congreguen a más de 5000 personas, asegurando así una coordinación efectiva y una respuesta rápida en caso de emergencia.

Vamos a intentar aprender algo de esta experiencia: la tecnología y la coordinación no son opcionales, son esenciales. El uso de un PMA no solo mejora la eficiencia operativa, sino que salva vidas. La picaresca de intentar eludir estas normativas, como mencioné antes, no solo es irresponsable sino potencialmente trágica. La seguridad no puede ser comprometida por ahorros a corto plazo o manipulaciones deshonestas. La realidad es que algunos organizadores, para evitar los costes asociados con la implementación de un PMA, declaran un aforo inferior a las 5000 personas, aun sabiendo que la asistencia real superará esa cifra. Esta táctica no solo es deshonesta, sino extremadamente peligrosa. Sin el PMA, la capacidad de respuesta ante emergencias se ve gravemente comprometida, poniendo en riesgo la vida de los asistentes.

He visto cosas que no creeríais, pero no en los confines del espacio, sino aquí, en nuestros eventos masivos, donde la tecnología y la cooperación humana se fusionan para crear un entorno seguro y protegido. No permitamos que la picaresca y la negligencia pongan en riesgo lo que tanto nos cuesta construir: un mundo más seguro y eficiente.

¡Se me tecnologizan!

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