Déjate de política y dedícate a tu empresa

Mientras los políticos se enzarzan en debates estériles y toman decisiones cuestionables, son los empresarios quienes generan empleo, impulsan la innovación y contribuyen al crecimiento económico

El candidato a la presidencia del Gobierno y líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d) durante su intervención en la segunda jornada del debate de su investidura en el Congreso

El candidato a la presidencia del Gobierno y líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d) durante su intervención en la segunda jornada del debate de su investidura en el Congreso. EFE/Juan Carlos Hidalgo

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¡Ey Tecnófilos! Una mañana, en el lugar de siempre donde un grupo de empresarios nos reuníamos para desayunar cada día, el ambiente era el habitual: café humeante, periódicos desplegados y conversaciones sobre los últimos avances en tecnología y negocios. Sin embargo, algo en mi semblante delataba un estado de ánimo diferente. Fue entonces cuando un importante empresario gallego, que notó mi abatimiento, se me acercó y me preguntó: «¿Qué te pasa, Ferry?» Y sin más preámbulos, me espetó la frase que da título a este artículo: «Déjate de política y dedícate a tu empresa.»

Esta frase resuena con fuerza en un momento en que la política parece haberse convertido en un circo de mal gusto. No es un secreto que la gestión de algunos políticos deja mucho que desear, y la desilusión se siente en el aire. Pero, ¿es este el momento para lamentarse? No, es el momento para actuar.

La empresa privada ha sido, es y será el motor que impulsa el desarrollo de cualquier país. Mientras los políticos se enzarzan en debates estériles y toman decisiones cuestionables, son los empresarios quienes generan empleo, impulsan la innovación y contribuyen al crecimiento económico.

La empresa privada ha sido, es y será el motor que impulsa el desarrollo de cualquier país.

La política actual, no solo en España sino en todo el mundo, es un espectáculo bochornoso que parece más interesado en el poder que en el bienestar de la ciudadanía. Pero no podemos permitir que esto nos desanime o nos distraiga de nuestra misión como empresarios y tecnólogos. En lugar de perder tiempo y energía en indignarnos, utilicemos esas mismas fuerzas para mejorar nuestras empresas, para medir y optimizar cada proceso, y para invertir en tecnología.

Es cierto que una buena política puede facilitar el camino, pero también es cierto que una mala política no debe ser un obstáculo insuperable. Rezamos por políticos de mayor altura moral, sí, pero mientras llegan, tenemos un trabajo que hacer. En un mundo cada vez más globalizado, no podemos permitirnos el lujo de quedarnos atrás.

Así que, siguiendo el consejo del empresario gallego, dejémonos de política y dediquémonos a lo que realmente importa: construir un futuro mejor a través de nuestras empresas. Y si los políticos deciden unirse a nosotros en esta noble tarea, serán bienvenidos. Pero si no, seguiremos adelante, porque nuestra misión es demasiado importante como para dejarla en manos de quienes no están a la altura.

¡Se me tecnologizan!

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