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¿De qué coño se ríen estos dos?
La reciente reunión entre Vladimir Putin y Kim Jong-un en Pyongyang es un claro ejemplo de cómo dos líderes autoritarios pueden unir fuerzas en una alianza que amenaza la estabilidad mundial y las libertades que tanto valoramos
¡Ey Tecnófilos! Reunión de sátrapas: el futuro de la paz en la Tierra en manos de Putin y Kim Jong-un. Cuando dos sátrapas se reúnen, el resultado rara vez es halagüeño. La reciente reunión entre Vladimir Putin y Kim Jong-un en Pyongyang es un claro ejemplo de cómo dos líderes autoritarios pueden unir fuerzas en una alianza que amenaza la estabilidad mundial y las libertades que tanto valoramos.
Después de más de tres horas de conversación a puerta cerrada, ambos líderes firmaron varios acuerdos de cooperación militar, comercial y tecnológica. Según la agencia rusa Tass, este pacto incluye una cláusula de defensa mutua que prevé «asistencia» en caso de «agresión» contra cualquiera de los firmantes. La inquietud en Occidente ha crecido exponencialmente, temiendo que Corea del Norte no solo envíe municiones y misiles a Rusia, sino también tropas para apoyar la invasión en Ucrania. Kim Jong-un, sin embargo, insiste en que este acuerdo es «pacífico y defensivo». Y voy yo y me lo creo. ¿Y vosotros?
El recibimiento en Pyongyang fue digno de una película propagandística: banderas rusas ondeando, retratos gigantes de Putin y pancartas que proclamaban «La amistad entre Corea del Norte y Rusia es eterna». Todo este espectáculo no puede sino provocarnos una sensación de inquietud y pavor. Mientras estos dos individuos intercambiaban regalos y bromas, uno no puede evitar preguntarse de qué se están riendo exactamente. ¿De la impotencia de la comunidad internacional? ¿De la miseria que infligen a sus propios pueblos?
Esta alianza es un matrimonio de conveniencia estratégica. Rusia necesita desesperadamente municiones para su guerra en Ucrania, y Corea del Norte requiere divisas, combustible y alimentos. Además, el régimen de Kim busca la tecnología rusa para avanzar en su programa nuclear y el desarrollo de misiles balísticos. Este intercambio de recursos y apoyo militar no augura nada bueno para la paz mundial.
Este intercambio de recursos y apoyo militar no augura nada bueno para la paz mundial.
Putin y Kim representan un eje de países que no respetan las libertades ni la democracia. La presencia del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y del ministro de Defensa, Andrei Belousov, refuerza la seriedad y el compromiso de esta alianza. Este pacto podría permitir a Rusia eludir las sanciones occidentales mediante una red propia de intercambios comerciales y de pagos, complicando aún más la situación geopolítica.
La preocupación en Seúl y Washington es palpable. No solo se teme que el ejército ruso utilice misiles balísticos norcoreanos contra Ucrania, sino que también existe el temor de una reciprocidad que podría desestabilizar aún más la península de Corea. Las acusaciones de que Pyongyang ha estado exportando miles de contenedores con armas a Rusia solo aumentan las tensiones.
En un mundo donde la estabilidad parece cada vez más frágil, es normal sentir miedo y pavor ante la perspectiva de que estos dos líderes sigan consolidando su poder y extendiendo su influencia. Su alianza es un recordatorio de los peligros que enfrentamos cuando las libertades y la democracia son amenazadas por regímenes autoritarios.
Debemos estar vigilantes y preparados para defender nuestros valores y nuestra paz. La historia nos ha enseñado que la complacencia nunca es una opción cuando se trata de tiranos que buscan expandir su control a costa de la libertad y la justicia.
¡Se me tecnologizan!