Confío en Alfonso Rueda
Galicia tiene múltiples retos, uno de ellos es la accesibilidad a la vivienda y su problemática actual que se ha visto agravada por la Ley de Vivienda, que contiene en su articulado multitud de normativas que están creando mucha polémica, preocupación e inseguridad jurídica
No soy una persona ambigua. Nunca lo he sido; si estoy con alguien, estoy. Pase lo que pasa este domingo, 18-F, que espero sea lo mejor para Galicia. Una Galicia que tiene múltiples retos, sobre todo la del interior con mi provincia, Ourense, como máximo exponente. No me llegaría esta columna de opinión para enumerarlos. Pero sí voy a destacar un reto en concreto: la accesibilidad a la vivienda y su problemática actual. La Ley de Vivienda, que entró en vigor el pasado 26 de mayo, contiene en su articulado multitud de normativas que están creando mucha polémica, preocupación e inseguridad jurídica. Y ya es más que constatable que estas medidas están reduciendo drásticamente la oferta de viviendas en alquiler, llevándonos a una oferta en arrendamiento que está en mínimos históricos.
Este es uno de los nocivos efectos colaterales de una Ley Estatal de Vivienda que ya puede considerarse un fiasco y que debería haber sido la primera de nuestra democracia que hubiese servido para actualizar y agrupar las muchas y diversas normativas en el ámbito de la vivienda y el urbanismo, pero no ha sido así. No está contemplada ni sola una medida para aumentar la oferta de vivienda en arrendamiento, sino todo lo contrario. Se trata de una ley que penaliza al propietario de vivienda. Hay que recordar que en Galicia el 98,6% de los propietarios son pequeños ahorradores.
Además de ello, se trata de una norma letal para los inquilinos vulnerables y para los más jóvenes puesto que reduce notablemente sus posibilidades de poder alquilar. No ha aliviado los precios, todo lo contrario. Ha reducido notablemente la oferta de vivienda en alquiler por la tremenda inseguridad jurídica creada. Todo ello, con una demanda que seguirá creciendo a razón de un 7% anual. En materia de ocupación la ley somete al propietario que la sufra a un calvario cruel e injusto que destruye por completo el significado de la propiedad privada en nuestro país.
Las medidas de la Ley de Vivienda están reduciendo drásticamente la oferta de alquileres
Y no, las viviendas turísticas no tienen la culpa, y quien las demoniza solo comete un error. Son un efecto colateral de una legislación fallida, sin más. La responsabilidad de hacer las cosas mal no la tiene el ciudadano o la sociedad. La tiene el legislador, única y exclusivamente.
¿Qué se debería hacer? Normativas claras, concretas, agrupadas, legibles y, sobre todo, dotar al mercado de la vivienda de seguridad jurídica real para que fuese capaz de movilizar únicamente un 2% del total de viviendas vacías en nuestra Galicia, que según el INE son más de 506.000, para conseguir aumentar la oferta y bajar los precios. Seguridad jurídica e igualdad entre derechos y obligaciones de arrendadores y arrendatarios para incrementar la oferta de viviendas en alquiler, esa es la única receta para ponerle freno al problema de la vivienda en alquiler.
¿Acierta Alfonso Rueda con su propuesta en materia de vivienda de protección oficial? Por supuesto que sí y ese es el camino a andar. La visión que tengo del perfil del presidente de la Xunta es la de una persona seria, prudente y comprometida con Galicia. Somos de la misma generación y por eso mismo -desde mi óptica liberal en lo económico y en lo ideológico- tengo plena confianza en su rigor, ejemplaridad, constancia y capacidad de gestión, que son los valores, desde mi criterio como ciudadano, que percibo de su gestión y de su trayectoria. Espero de Alfonso Rueda que gobierne para los 313 concellos de la comunidad y con un especial énfasis en su compromiso con Ourense.
En definitiva, mi confianza en la persona que va tener la enorme responsabilidad de seguir gobernando nuestra Galicia y gestionando nuestros recursos, que deben retornar en calidad de vida a todos los gallegos y gallegas, sean de una gran ciudad o del más pequeño de los municipios.