Actualizado
“Conachada Nui”
Pues, aunque pareciese imposible, la realidad actual es capaz de superar, y en mucho, lo que aquel travieso e inocente programa, “Muchachada Nui”, onírico como cuadro de Dalí, acabó dando de sí
Admitámoslo, lo nuestro, lo propio, el made in spain pero de verdad, es el surrealismo. Aunque inventado en Francia, gracias al papado de André Bretón, por razones raciales y culturales lo hicimos nuestro y se nos arraigó, convirtiéndolo prácticamente en un modo de explicar la vida. Para pueblos orgullosos de haber inventado la fregona o el futbolín, artilugios propios de un asumido surrealismo, su propia identidad vuelve a asomar cada cierto tiempo, gracias a nuestro perfil sinuoso y guadianesco. Pero si es por inventar, hasta le pusimos un palo a un caramelo, convirtiéndolo así en una ensoñación rijosa, y para que no lo pareciese, al chupa le apellidamos chups. Será por lo del palo…
Humor mesetario
Allá por el año 2017 y después de un inexplicable, aunque previsible, éxito en la Paramount Comedy, una chavalada procedente de la limitrofía albaceteña, cayendo más o menos por la Mancha, ya en Madrid e inmunes al fácil pareado, consiguieron convencer a jerarcas de las audiencias para trasladar su delirante “La hora chanante” a La 2 de Televisión, lugar donde cabe todo y de todo, para reconvertirlo en “Muchachada Nui”.
El programa de humor surrealista y absurdo estaba defendido por quienes ahora menudean en películas y programas de entretenimiento como fijos continuos. Un siempre desconcertante Joaquín Reyes, ideador del programa, mantenía en su guardia de corps a talentos como Ernesto Sevilla, Pablo Chiapella o Carlos Areces, hoy imprescindibles en la parodia.
El programa se mantuvo durante cuatro temporadas, con un total de 52 episodios a lo largo de cuatro desquiciados años. Todo un récord para un programa que tenía como estrellas a Enjuto Mojamuto o Monguer Guaper.
Secciones de lo surreal
Pues, aunque pareciese imposible, la realidad actual es capaz de superar, y en mucho, lo que aquel travieso e inocente programa, onírico como cuadro de Dalí, acabó dando de sí. Quince eran sus secciones, actualizando ahora diez de ellas, compadeciéndolas con la más enrabietada realidad, fruto del manifiesto desquicie en el que seguimos, recalcitrantemente, sumergidos. La Mancha, por fin, extendida ya por toda la piel de toro.
Cabecera: Lo más actual, el caso Delcy landing; porque va a resultar que lo importante es si la mandatriz pisó o no suelo español. Es difícil encontrar algo más surreal que este argumento al que aferrarse para explicar lo obvio, para hacerlo pasar por una ensoñación.
Celebrities: Fácil me lo pones Sancho, con los detalles de las conversiones del momento animal triste est, posterior al compartir fluidos con dos testas, coronadas ambas con astas por el mismo, una en casa de vedette, y otra, en el palacio de la Zarzuela.
Mundo viejuno: Habiendo convertido cualquier acontecimiento ochentero en serie de éxito, nos esperan grandes y poéticos momentos cuando pasen por Netflix la vida “no cambié” de Tamara, acompañada de Paco Porras y Leonardo dizque Dantés. Difícil no morir de anhelo.
Las aventuras del joven Rappel: Ya de por sí, icono sorpresivo del surrealismo.
Al fresco: remedo de El Gañán en “La hora chanante”, que bien se perfila en el bandullo de Ábalos.
El bonico (del to): Siguientes capítulos de unas revividas y actualizadas “Las aventuras del barón Munchausen”, con la endiablada habilidad de Pedro Sánchez para fintar la verdad.
Tú eres el protagonista: Ejemplo claro de la anclada incapacidad del líder pepero en pastorear a su grupo. Para acabar utilizando ya de una vez por todas la boina mental, solo le queda asumir el lema rajoyesco de “¡Jo, que tropa!”. Sin más.
La abuelita Caravater: Que es como se le ha quedado la faz a Rocío Monasterio después de haber sido rociada por el isopo cardenalicio de su exlider, ya no de rojo, sino de verde.
Demasiada pasión por lo suyo: Lema del intermediario Aldama, quien, al parecer, hace de lo suyo una pasión compartida (y conpartido).
La leyenda de la soledad: Que es lo que tiene quedarnos sin Nadal.
Ya lo dijo, y lo dijo bien, Mariano en una más de sus jocosas intervenciones rajoyescas, “It,s very difficult todo esto”. Fin de la cita.