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¿Cómo afectan los tipos y la inflación al valor de las empresas?
La realidad demuestra que los inversores dan menos valor a los flujos de caja cuando los precios suben, ya que ello provoca tensiones significativas para muchas corporaciones
Es una evidencia que la subida generalizada de los tipos de interés y de los precios ocurridas en los últimos trimestres están afectando a la valoración de las empresas. A pesar de que la inflación en la zona euro ha descendido significativamente desde su máximo del 10,6% en octubre de 2022, las compañías -y sus valoraciones- siguen sufriendo las consecuencias.
No hay que olvidar que el actual nivel general de precios refleja la realidad comparándolo con el de hace un año, cuando ya habían empezado a subir como reacción a múltiples factores: invasión de Rusia en Ucrania, efectos persistentes de la pandemia, interrupciones de las cadenas de suministro, escasez de mano de obra, fuerte demanda, elevados precios de la energía y los estímulos gubernamentales.
La amenaza de la inflación para el valor de los accionistas reside en la incapacidad de la mayoría de las empresas para trasladar los aumentos de costes a sus clientes
Los bancos centrales de todo el mundo respondieron con subidas de los tipos oficiales de interés, lo que ayudó a frenar el aumento de los precios, pero también afectó directamente a los márgenes empresariales y a la actividad de los particulares. Esta situación ha provocado una ralentización del crecimiento económico, de la inversión y de la actividad corporativa en Europa y EE UU, especialmente.
Mercado de compradores
No es de extrañar que en este escenario hayan caído las valoraciones de las empresas, especialmente en el caso de aquellas con pérdidas. Aunque a menudo se considera que las acciones de las empresas resisten el efecto de la inflación a largo plazo, esto sólo es cierto para las que sobreviven al corto plazo. En la práctica, la realidad es que los inversores dan menos valor a los flujos de caja cuando los precios suben, ya que ello provoca tensiones significativas para muchas corporaciones.
Esta circunstancia ha creado un mercado de compradores en la industria de fusiones y adquisiciones. Los datos que se conocen periódicamente muestran que los inversores/compradores están pagando multiplicadores de beneficio o ebitda menores para realizar adquisiciones. Esto es especialmente cierto en el segmento de pequeñas empresas.
El proceso que explica esto parece estar claro. La amenaza de la inflación para el valor de los accionistas reside en la incapacidad de la mayoría de las empresas para trasladar los aumentos de costes a sus clientes. Cuando las empresas no pueden absorber estos costes crecientes, el flujo de caja se ve inevitablemente afectado, lo que se traduce en valoraciones más bajas, ya que los flujos futuros serán menores. Además, las tasas a las que se aplican los descuentos son más elevadas, debido al incremento generalizado de los tipos de interés.
A igualdad de condiciones, las empresas necesitan generar mayores flujos de caja, únicamente para mantener su valoración.
Encontrar mejores acuerdos
Existen formas para que los vendedores reduzcan este efecto en los acuerdos de compraventa. A pesar de las actualmente menores valoraciones de mercado, las empresas pueden encontrar mejores ofertas si amplían su red de búsqueda de compradores, y la forma más fácil de hacerlo es buscando oportunidades transfronterizas.
Cuando las empresas no pueden absorber estos costes crecientes, el flujo de caja se ve inevitablemente afectado, lo que se traduce en valoraciones más bajas
Los profesionales del sector de compraventa de compañías que obtienen acceso a un mercado internacional acceden a un grupo considerablemente mayor de compradores potenciales, mucho más allá de lo que podría estar disponible en el mercado nacional.
Un estudio reciente de SPS muestra que la mayoría de las firmas de capital privado solo acceden a la información de entre el 15% y el 30% de las transacciones relevantes, y esto se reduce a un 9% para transacciones inferiores a 250 millones de euros. Por ello, el enfoque más acertado para evitar el temor a quedarse fuera del mercado se centra en la construcción de relaciones y redes internacionales.
A modo de corolario, hay que indicar que en los tiempos que corren -con elevados tipos de interés y valoraciones menores que las de hace algunos años- la colaboración del empresario con asesores con redes y posicionamientos internacionales, resulta imprescindible para intentar maximizar el valor de su compañía.