Vigo, ciudad de contrastes: la mejor en la lucha contra la pobreza y la peor en educación o renovables

Vigo es la ciudad más poblada de Galicia y uno de sus principales motores económicos, hasta el punto de liderar las urbes gallegas en cuanto a tejido industrial. Esta idiosincrasia, que a priori promete un fuerte dinamismo y abundancia de recursos, representa también importantes retos a la hora de conciliar el crecimiento de la economía con la calidad de vida y el respeto ambiental.

El análisis realizado por el Atlas Urbano de la Sostenibilidad, impulsado por Economía Digital Galicia, otorga una buena nota a la ciudad olívica en la medición de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), situándola como la cuarta con mejor puntuación y con capacidad para encabezar el ranking en tres de las áreas de estudio y ocupar puestos de cabeza en otras tres.

El detalle del informe coordinado por el sociólogo Xosé Gabriel Vázquez revela, sin embargo, fuertes contrastes en la fotografía de la ciudad vista bajo el prisma de la sostenibilidad. Si Vigo tiene una posición de liderazgo en seis ODS, algunos tan importantes como la distribución de renta o la lucha contra la pobreza, en otros seis se sitúa en el furgón de cola de las urbes gallegas. Se trata de áreas como la educación de calidad, el agua y el saneamiento, o la energía asequible y no contaminante.

“Vigo es una ciudad con un perfil combinado de desarrollo sostenible, con éxitos notables y áreas de mejora. Su enfoque en la lucha contra la pobreza, la salud y la gestión energética eficiente se ve contrarrestado por desafíos en igualdad de género y en sostenibilidad urbana, entre otros”, explica el Atlas, que apunta, una vez más, a una Galicia urbana heterogénea y complementaria, pues las siete ciudades muestran fortalezas y debilidades dispares.

Vigo distribuye la riqueza

No hay duda de que la ciudad que alberga la fábrica de mayor producción de Stellantis en España es un motor económico para Galicia. Pasa más desapercibido, sin embargo, cómo se distribuye la riqueza que genera el municipio y cómo lucha contra la pobreza. En ambos casos, la ciudad olívica sobresale entre las urbes gallegas.

Registra una tasa de población bajo el umbral de ingresos de 5.000 euros al año del 4,30%, el valor más bajo de las siete ciudades (ODS1). «En consonancia, el riesgo de pobreza general es otro indicador donde presenta las cifras más positivas. A pesar de los desafíos que afrontan las grandes urbes, ha logrado mantener niveles de pobreza por debajo de lo que se podría esperar por su tamaño y concentración poblacional», dice el Atlas. Quizá por este contexto, el gasto en servicios sociales está por debajo de la media de la Galicia urbana, del 11,71%, pues destina a esta materia el 10% del presupuesto, según datos de la AIREF en 2023.

Vigo es la ciudad que más equitativamente distribuye los ingresos, atendiendo tanto al Índice GINI como a la concentración de renta en las familias con más ingresos. El dato contrasta con A Coruña, la otra gran urbe gallega y la segunda por población, que se encuentra en el último lugar en este indicador de igualdad (ODS10). «La baja tasa de dependencia, la presencia de trabajadores extranjeros y la menor disparidad de ingresos sugieren que es una ciudad con una dinámica económica equilibrada, lo que no impide la existencia de áreas específicas donde se puede mejorar la igualdad social», dice el Atlas Urbano de la Sostenibilidad.

Vigo, ciudad industrial

En este mismo indicador, el estudio señala dos caras en la integración laboral. Por un lado, una incorporación de personas con discapacidad más baja que en las otras urbes. Por otro, la integración de extranjeros en el mercado de trabajo alcanza el 35%, el mejor dato de las ciudades gallegas. «Algo revelador del cosmopolitismo que ha venido caracterizando a esta urbe, abierta y con capacidad de integración de extranjeros», dice el informe.

Es importante señalar que Vigo presenta la mayor proporción de empresas industriales de la Galicia Urbana y también es líder en el porcentaje de población activa en el sector industrial, con el 17% (ODS9).

Los contrastes

Además de en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, Vigo destaca en acción por el clima, en zonas verdes y arbolada urbano o en igualdad de género. En todas estas áreas o bien lidera la clasificación entre las ciudades gallegas o se encuentra muy próxima a hacerlo. Sin embargo, estos parámetros positivos no evitan que tenga importantes retos por delante. Como se comentó antes, hay importantes contrastes en los resultados.

Uno de ellos es la educación. Aunque la inversión es alta, con un presupuesto dedicado a la educación de 185,81 euros por habitante, líder en el ámbito autonómico, presenta problemas en acceso a las guarderías, con el porcentaje más bajo de la Galicia urbana (69%), y en el acceso a la educación superior, situándose también por debajo de la media (21,95%). Estos factores hacen que el balance del ODS4 sea peor que en el resto de ciudades.

Algo similar sucede con el agua (ODS6), ya que, aunque es de buena calidad, está ligeramente por debajo de la media y el abastecimiento es un poco más caro. En energía asequible y no contaminante (ODS7), Vigo flaquea en las renovables. «Se beneficia de 753 megavatios de potencia eléctrica en instalaciones de este tipo; lo que resulta considerablemente inferior al promedio gallego obtenido (1.717,71 MW)», señala el Atlas.

Por última, se sitúa por encima del resto de urbes en blanqueo y tráfico de drogas, así como en violencia contra menores. El estudio matiza que las cifras son modestas en todas las ciudades y sin diferencias demasiado llamativas. Vigo, en este sentido, está por debajo de la media en homicidios y asesinatos donde, se producen menos casos por cada 100.000 habitantes (0,3 al trimestre), por debajo de ciudades como Ferrol o Pontevedra.

El Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, impulsado por Economía Digital Galicia, cuenta con la colaboración y el patrocinio de las diputaciones de A Coruña y Lugo, así como de Sogama, Reganosa, Iberdrola y Espina (Grupo Valtalia).