Actualizado
Ferrol, el farolillo rojo del desarrollo sostenible, destaca en salud y vivienda entre las ciudades gallegas
El gasto destinado a la vivienda es el más bajo en proporción a la renta de las siete urbes gallegas, lo que muestra un mejor acceso y un mayor equilibrio entre la oferta y la demanda
El escrutinio realizado en el Atlas Urbano de la Sostenibilidad, un proyecto impulsado por Economía Digital Galicia, sitúa a Ferrol con los peores datos de las ciudades gallegas en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con una valoración de 37,85 puntos sobre 100, ocupa el farolillo rojo en el estudio de la Galicia urbana, penalizada por una alta desigualdad económica y un bajo gasto en servicios sociales, además de por los menores avances en igualdad de género.
La foto fija que deja la investigación sobre los ODS en las urbes gallegas, sin embargo, no impide que la ciudad departamental ocupe puestos de liderazgo en otros apartados, algunos tan relevantes como el acceso a la vivienda. La clasificación es una instantánea que trata de medir bajo parámetros comunes realidades que son heterogéneas y diversas, como defiende el propio documento. Por eso en la ciudad de Navantia detecta un largo camino de mejora, pero también modelos a imitar por otras urbes.
Aún así, los ODS no engañan y Ferrol se enfrenta a «importantes desafíos en su camino hacia un desarrollo sostenible y equitativo, y necesita
políticas y acciones enfocadas en reducir la desigualdad económica, mejorar la educación y fomentar la igualdad de género», dice el Atlas de la Sostenibilidad, que en su segunda edición contó con el apoyo de las diputaciones de A Coruña y Lugo, así como de Sogama, Reganosa, Iberdrola y Espina (Grupo Valtalia).
Bajos ingresos y brecha de género
Aunque Ferrol presenta datos por debajo del valor medio en la tasa de riesgo de pobreza, el porcentaje de población con ingresos por unidad de consumo por debajo de 5.000 euros es elevado, un 6,10%, lo que apunta a una importante parte de la población con dificultades para satisfacer necesidades básicas. A pesar de ello, el gasto en servicios sociales, próximo a la media de las ciudades gallegas, tiene un «evidente margen de mejora en la distribución presupuestaria» para contribuir a mitigar las situaciones de vulnerabilidad social, según explica el estudio. Es una cuestión de gran importancia pues la estructura demográfica de la urbe muestra una elevada tasa de dependencia, con un 67% de la población menor de 16 años o mayor de 64.
Tanto en ayuda alimentaria como en superficie destinada a la agricultura ecológica, Ferrol se encuentra también por debajo de la media, aunque el precio de consumo de alimentos es ligeramente inferior al del conjunto de las ciudades. El encarecimiento de los productos a causa de la inflación puede agudizar las situaciones de vulnerabilidad o pobreza, según advierte el Atlas.
Además, Ferrol presenta una brecha de género particularmente elevada en cuanto a la tasa de población activa, y otro tanto ocurre con la brecha salarial, aunque no de manera tan marcada como en el primer caso. También registra el peor dato de las ciudades gallegas en pensiones, pues las mujeres perciben hasta un 40% menos. «Los datos demuestran que las mujeres en Ferrol se enfrentan a mayores dificultades para encontrar empleo, algo que requiere atención específica para mejorar la igualdad de oportunidades», recomienda el Atlas.
El índice GINI, que mide la distribución de ingresos, indica que la desigualdad económica en Ferrol se sitúa por debajo del promedio general, lo que indica la existencia de un entorno más equitativo por lo que respecta al nivel de ingresos entre sus habitantes.
Paro en la ciudad de Navantia
La ciudad de Navantia tiene la tasa de desempleo (14,37%) más alta entre las urbes gallegas, siendo especialmente negativo el dato de desempleo juvenil, ya que condiciona la fijación de población y la integración de las nuevas generaciones. La baja proporción de activos y empresas industriales explica en parte estos datos. En términos de innovación, medida por la cantidad de patentes solicitadas, la ciudad presenta
un dinamismo similar al de otras ciudades.
Curiosamente, el tiempo de desplazamiento al trabajo o lugar de formación en Ferrol destaca por ser el menor entre todos los municipios. Casi el 40% de los ciudadanos llega en menos de 20 minutos, lo que habla a favor de algunos aspectos relativos a la infraestructura de transporte y a la movilidad urbanas.
La vivienda
El análisis realizado por los autores del Atlas no solo encontró debilidades en el cumplimiento de los ODS. Además de la buena calidad del agua y del suministro eléctrico, Ferrol destaca por la accesibilidad a la vivienda, pues los ferrolanos son los que menos gastan en su residencia en proporción a la renta (17,4%), lo que muestra un mayor equilibrio entre oferta y demanda que en el resto de ciudades.
Otro elemento positivo es la concentración de contaminantes como el NO2 y el O3, pues está claramente por debajo de la mayoría de los municipios. Entre los elementos que contribuyen a una menor polución, hay luces y sombras, pues Ferrol destaca por el uso de renovables y, al mismo tiempo, por la baja utilización de transporte sostenible. Solo el 26% de la población va a pie o en transporte público al trabajo o centro de estudios, en base a datos de movilidad cotidiana del INE en 2021.
En relación con este último dato, el número de coches por cada 1.000 habitantes es de 554, una cifra elevada en comparación con el resto de ciudades gallegas a pesar de no situarse Ferrol entre las más grandes.
Buena salud
En términos generales, Ferrol goza de buena salud. La tasa de mortalidad por enfermedad de alzhéimer está por debajo, al igual que ocurre con la mortalidad por diabetes, por enfermedades del sistema digestivo, por enfermedades infecciosas, del sistema respiratorio o por tumores. La ciudad también tiene buenos datos en defunciones por trastornos mentales o suicidios; en mortalidad infantil, o en fallecimientos por accidentes de tráfico. En todos estos parámetros se encuentra mejor que la media de las ciudades gallegas.
La esperanza de vida, sin embargo, está alineada con la del resto de urbes, situándose en los 83 años.