Historia de un compromiso

En la actualidad, en el mundo de la empresa o de cualquier proyecto con vocación de permanencia la gran mesa de la sostenibilidad descansa sobre tres patas, las mismas sobre las que se apoya el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, que alcanza su cuarta entrega

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En los últimos años sobre la sostenibilidad ha caído tal diluvio de tópicos que ha terminado por inundar la realidad, y como suele decir el ourensano Alfonso S. Palomares, uno de los grandes periodistas españoles contemporáneos, ya se sabe que en toda inundación lo primero que falta es el agua potable; es decir, muchas veces el maquillaje oculta la realidad, lo falso se confunde con lo auténtico. Contra algo así nos conjuramos en su día desde Economía Digital Galicia, para aportar nuestro grano de arena analítico a esa disruptiva ola que llegaba con la sostenibilidad en el sentido más amplio. La aspiración no era otra que convertirnos en singular tamiz para separar y seleccionar, en metafóricas partículas, el compromiso de las empresas, en este caso, con Galicia. Nosotros hacemos las preguntas, que diría el policía en el interrogatorio.

Cuando comenzó toda esta aventura, hace ya algunos años, justo en el golpe de la pandemia, los criterios ESG (Environmental, Social and Governance, ambiental, social y de gobernanza) no estaban ni se les esperaba en los medios, fueran generalistas o económicos. En ese momento, el acrónimo que se imponía por goleada era el de la RSC al uso, imperaba el discurso de la responsabilidad social corporativa convencional, ahora tan rancio y manoseado. Primer acierto, por tanto, anticiparnos: ver desde un medio de comunicación lo que otros solo barruntaban en los despachos o dibujaban en las aulas universitarias. Así nació el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, que ya va por su cuarta edición.

En la actualidad, en el mundo de la empresa o de cualquier proyecto con vocación de permanencia la gran mesa de la sostenibilidad descansa sobre tres patas. Al menos, debería. Basta que falte alguna para que el equilibrio se rompa, imposible de recomponer. Y son precisamente esas tres patas de la sostenibilidad, la económica, la medioambiental y la social, a elección el orden de prioridades, sobre las que se apoya el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, que alcanza su cuarta entrega con el análisis de ochenta compañías y grupos de empresas. Todo un mosaico de la economía gallega. Contamos esta vez con grandes consorcios que son tractores en sus sectores, grupos que hacen historia cada día, pero también empresas medianas, tecnológicas, que avanzan sin complejos.

La verdad de la sostenibilidad bien entendida pasa por el fuego sin quemarse. Lo hemos comprobado en Economía Digital Galicia en estas cuatro ediciones. Y lo hemos hecho a través del análisis de otras cuatro categorías que, con nuevos elementos en cada entrega para enriquecer el proyecto, se mantienen en el tiempo: buen gobierno y transparencia, medio ambiente, entorno y personas. Esos son los ejes del proyecto, de los criterios ESG y de nuestras preguntas.

Pongamos tres ejemplos dispares de esos caminos tan poco frecuentados del compromiso empresarial por los que transitamos. Nos interesa tanto la paridad en los consejos de administración como en los comités de dirección de las empresas. También apostamos por la descarbonización por el lado de la demanda, no solo de la oferta, y es por eso que nos importa la energía distribuida, el autoconsumo, el ahorro y la eficiencia. También lo intentamos con la ética, tan difícil de valorar, y la transparencia, así como la participación de los trabajadores en las decisiones de la empresa, entendida como suma de voluntades.

Economía Digital Galicia ha iniciado otras singladuras, que nos llevan directamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en este caso en las siete ciudades gallegas. Es así como nació y se consolida otro de nuestros proyectos, el Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, que aborda en su segunda edición el avance de los ODS en la Galicia más poblada. Un hermano menor con serias aspiraciones. También avanzamos por la geografía patria. Este año, con partners locales, hemos impulsado y puesto en marcha el Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi, presentado en Bilbao. A buen seguro que el periplo continuará por otras latitudes autonómicas, prueba del algodón de lo acertado de la fórmula.

El Atlas Gallego de la Empresa Comprometida llega a su cuarta edición con el mismo equipo que lo ideó y pergeñó en su día, una muestra inequívoca de la consistencia del proyecto nucleado en torno a Economía Digital Galicia. Crecemos en ediciones y en empresas participantes en el proyecto, que se someten a un examen nada fácil. De justicia es reconocerlo. Son ellas, más bien su compromiso con lo más próximo, con Galicia, lo que en realidad hace posible este proyecto. Ese es el secreto. Nosotros nos encargamos de seleccionarlo, aliñarlo y servirlo al punto cada año. Y van cuatro.

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Julián, Rodríguez Moscoso, director de Economía Digital Galicia

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