Las cinco claves de Rueda para una legislatura con grandes inversiones industriales 

Un compromiso con la transparencia y con el futuro. Ese mensaje emanaba este miércoles de la presentación del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, que volvió a reunir a académicos, empresarios, directivos, responsables de sostenibilidad y representantes institucionales en Santiago para conocer los avances de las compañías gallegas en su relación con el entorno, las personas, el medioambiente y el buen gobierno. En su cuarta edición, el exigente escrutinio promovido por Economía Digital Galicia congregó a más empresas que nunca, 80 sociedades que accedieron a transparentar sus datos para la confección del estudio.

Teniendo en cuenta las materias que se analizaban, no era extraño que en el acto se hablara tanto del presente como del futuro. Como dijo el editor de Grupo Economía Digital, Juan García, el Atlas «nos habla del compromiso de un conjunto muy significativo de nuestras empresas con aquellos valores que hemos acordado que marcan el camino hacia una sociedad más sostenible, consiguientemente más responsable con nosotros mismos y con las generaciones venideras».

La consolidación de una iniciativa que nació en un momento de crisis por el duro impacto del Covid permite conocer ahora los avances de las empresas gallegas en un periodo de profunda transformación, en el que a los valores tradicionales de productividad y rentabilidad, se han sumado otros ineludibles, como la sostenibilidad, la transparencia o el impacto positivo en el territorio y las personas. El Atlas recuerda cada año que no son solo elementos propios de una empresa responsable, sino también auténticos vectores de competitividad.

Este compromiso de las empresas gallegas no pasó desapercibido para Alfonso Rueda, quien aplaudió la apuesta por medidas que beneficien tanto al medioambiente como a las personas, pues esa tarea «marca el desarrollo industrial de los territorios y, por lo tanto, también de Galicia». El dirigente autonómico presidió el evento. A poco más de tres semanas para su investidura al frente del Gobierno gallego, el dirigente autonómico, por supuesto, también habló de futuro y de compromiso. De los suyos como presidente de la Xunta.

La colaboración con las empresas

Los cuatro años que tiene por delante Galicia serán clave en la transformación del tejido productivo, pues deben servir para consolidar todos los grandes proyectos vinculados a los fondos Next Generation y a la transición justa en Meirama y As Pontes, donde echaron el cierre las térmicas de Naturgy y Endesa. Pero habrá todavía más iniciativas. Rueda aseguró que será una legislatura para hacer realidad la confianza que deposita el Ejecutivo gallego en la colaboración público-privada.

El presidente en funciones aludió a la puesta en marcha del fondo público-privado que anunció en el debate sobre el estado de la autonomía y también a las primeras iniciativas de la sociedad mixta Recursos de Galicia. «Seremos estrictos en los controles medioambientales, pero favorables a la instalación de empresas», aseguró.

Beneficios en el territorio

Precisamente, hablando de la entidad que dirige Emilio Bruquetas, apuntó que uno de los elementos que va a potenciar es que los proyectos empresariales generen beneficios para el territorio en el que se asientan, precisamente, uno de los valores que analiza el Atlas de Economía Digital Galicia.

Rueda recordó que la Xunta siempre se caracterizó por ser una «administración amistosa» para las empresas, a las que pidió que mantengan su papel de «mover la economía y mejorar las condiciones de vida de las personas y del territorio».

Una cuestión de confianza

«Confío mucho en el sector empresarial gallego», recalcó el presidente de la Xunta en funciones. Destacó también el carácter familiar que tiene buena parte del tejido productivo en Galicia y como algunas de estas empresas familiares se convierten en granes compañías. «Empiezan como una familia y nunca pierden esa esencia», destacó.

Esta confianza convence a Rueda de que el papel de la administración es el de acompañar las iniciativas y generar las condiciones necesarias para que se desarrollen. Al fin y al cabo, «la vida económica y la vida sobre el territorio tienen que ver con la economía» y son las empresas quienes hacen que se mueva y quienes «hacen que funcione», apuntó.

Contra los prejuicios

Si diáfana fue su posición favorable a la implantación de empresas, contundente fue también su mensaje contra lo que denominó rechazo «sistemático» y de «por si acaso» a los proyectos. «La postura de la oposición inicial y sistemática, que se hace para alimentar prejuicios, no nos lleva a otra cosa que empobrecerse», aseveró Rueda en plena polémica por la fábrica de fibras textiles que la pastera lusa Altri pretende construir en Palas de Rei.

Añadió que esta posición de rechazo «solo sirve para paralizar el progreso económico», advirtiendo que es un efecto indeseado, pues genera una reacción en cadena que va más allá de una sola iniciativa industrial. «De unos procesos dependen otros», alertó.

Confianza, sí. Control, también

Hilando con esta idea, Rueda defendió los controles técnicos y ambientales que realiza la Xunta, dando a entender que un proyecto avalado por el Gobierno gallego implica que ha pasado estrictas evaluaciones ambientales. «Ninguna administración es más rigurosa y garantista de lo que lo es la gallega», zanjó.

Por ello, pidió a la ciudadanía que se percate de que este momento es para «aprovechar las oportunidades», «Si no las aprovechamos, se irán a otro sitio», dijo el dirigente autonómico. Planteó entonces un deseo de cara al futuro, el de buscar siempre «el progreso» para no tener que mirar atrás para «buscar culpables».