José Antonio Álvarez (Santander): «Hay que pausar la regulación bancaria y eliminar lo que sobra»
El vicepresidente de Banco Santander dice que el sector tiene un problema de rentabilidad tras la ola regulatoria que desencadenó la crisis financiera y asegura que la capitalización de las entidades "ya no es el camino" para solucionar "todos los males"
«Como decían algunos, en la banca vales más muerto que vivo». La sentencia la pronunció José Antonio Álvarez, vicepresidente de Banco Santander, en un diálogo sobre el papel de la banca como elemento de cohesión social y sobre las relaciones entre Latinoamérica y Europa. El coloquio, que moderó Alejandra Kindelán, presidenta de AEB y que contó también con la participación del ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia, Ricardo Bonilla, permitió analizar la problemática actual del sector bancario en la Unión Europea y sus retos de futuro. «La situación de liquidez es buena, las capitalizaciones son altas, pero hay un problema de rentabilidad. La rentabilidad, tras subir tipos, anda por el 9%, por debajo del coste de capital. La banca en el mercado está por debajo de libros. Vales más muerto que vivo, como decían algunos», señaló entonces Álvarez, un histórico del sector y del Santander, donde fue consejero delegado hasta el año pasado. «El crédito financia el 75% de la economía, por lo que más nos vale que los bancos estén en buena situación para prestar», añadió.
En su intervención en los Diálogos con el Sector Bancario para el Progreso Económico y Social, Álvarez dibujó una dualidad en la banca europea. Por un lado, un aspecto positivo en cuanto a los niveles de capital y liquidez, pero que convive con un problema «desde el punto de vista de la rentabilidad», que «está más cuestionado porque los inversores no acaban de ver que el sector ofrezca buenas expectativas«. «Es la asignatura pendiente, aunque no afecta a la esencia, no provoca una crisis, pero sí que habla de la capacidad de financiar de una manera alegre la economía», razonó.
A juicio del vicepresidente del Santander, el contexto actual es fruto del proceso de regulación que desencadenó la «llamada crisis financiera», que tuvo como efecto «unos balances menos expuestos al ciclo económico porque tienen más capital y liquidez». Sin embargo, sumado a los bajos tipos de interés, impactó en la rentabilidad. Álvarez cree que este proceso tiene que finalizar ya, que «hay que acabar con el desplazamiento regulatorio y dotar a los bancos para financiar de una manera que sea buena para ellos y para la economía». «El más capital como solución para todos los males me parece que ya no es el camino«, sentenció.
La supervisión «intrusiva» del Banco de España
«El Banco de España siempre realizó una supervisión intrusiva. Se forzó un cambio de organización en las entidades. Se forzó una visión holística de los riesgos», prosiguió el directivo del Santander, que aludió a la larga lista de parámetros que se evalúa para medir el riesgo bancario. «Deberíamos estar en una posición de esperar y ver. Ver que toda esta regulación se digiere por la banca y cómo funciona, lo que solo se visualizará en la siguiente crisis», consideró.
«Abogaría por una supervisión más rápida e inteligente. Por identificar los problemas y resolverlos, más que por añadir regulación. Y si esta no es útil, que se simplifique, porque la simplificación paga mucho en banca», aseveró, argumentando que algunas de las normativas se aplicaron con mucha premura y no estuvieron bien pensadas. Pese a ello, reconoce que la supervisión en el último periodo «ha funcionado bien», aunque ha operado bajo la visión de que «la letra manda». Álvarez se refería a una aplicación de la literalidad de las normas y no de su «espíritu» como respuesta a las realidades dispares de los distintos países y de las distintas entidades. «Creo que una cierta discrecionalidad ayuda», apuntó.
«Hay que eliminar reporting»
El vicepresidente del Santander también apostó por reducir el volumen de informes a los supervisores, reguladores y mercado. «Hay que eliminar reporting. Tenemos demasiados. Hay que eliminar y simplificar. Si no, tenemos el riesgo de acabar con una burocracia interna que nos impida ver la realidad«, zanjó José Antonio Álvarez.