El impacto económico de Abanca en Galicia crece al 15,7% del PIB por su mayor cuota de mercado

Abanca tiene un impacto económico en Galicia equivalente a algo más del 15,7% del PIB y su inversión crediticia permite sostener 145.865 empleos en la comunidad. Son algunos de los datos extraídos del estudio realizado por el Grupo de Análise e Modelización Económica (GAME) del Instituto de Estudos e Desenvolvemento de Galicia (IDEGA) que este miércoles presentaron Melchor Fernández, catedrático del área de Fundamentos de Análise Economíco de la USC, y Manuel Fernández, profesor titular del mismo área de la universidad compostelana.

El informe permite actualizar los datos de un estudio similar que se hizo en 2015 y que pretendía explicar de manera objetiva y con una metodología sólida, no solo la aportación de la entidad financiera a la economía gallega, sino también la relevancia de mantener el centro de decisión de un gran banco en la comunidad. En aquel momento, en medio de la privatización de la banca nacionalizada en la crisis financiera, habían caído las cajas de ahorro (Caixanova y Caixa Galicia) y Banco Gallego, y estaba cerca de hacerlo también el Pastor, ya entonces integrado en el Popular.

De la comparativa entre ambas fotografías hay dos datos especialmente significativos. El primero es la mayor penetración de Abanca en el mercado gallego, con un 41,4% de cuota en volumen de negocio (crédito + depósitos), lo que le permite incrementar su aportación al PIB gracias a la concesión de financiación hasta el 14,05%. En 2023 aportó 9.760 millones al PIB mediante créditos a familias, autónomos y empresas que sostuvieron esos más de 145.000 empleos. El otro es que, en medio de un profundo proceso de digitalización y de recortes de red en la mayoría de entidades, Abanca genera más empleo directo que entonces, con 4.193 trabajadores en la comunidad.

El director xeral de Planificación Estratéxica e PMO del banco, Pedro Veiga, atribuyó esta evolución positiva a dos factores: el crecimiento de la propia Abanca que hizo que se incrementara el personal de servicios ubicado en Galicia, lo que viene a demostrar, según explicó, la importancia de mantener el centro de decisión en territorio gallego; por otro, que la entidad no redujo su red, pues considera «muy importante» mantener su presencia en el rural, donde es el único banco que presta servicio en 175 municipios. «El empleo del grupo creció un 11% mientras que el resto de entidades financieras lo redujeron en un un 39%, de 5.861 a 3.771 empleados desde 2015 según el último dato disponible del Banco de España», explicó.

La actividad corporativa

Abanca cuenta con más de 3.000 proveedores gallegos, paga 214 millones en impuestos en la comunidad y destina otros 17,7 millones a obra social, según los datos del ejercicio de 2023 analizados en el estudio. Esta actividad corporativa, que engloba desde las nóminas e impuestos a los encargos a proveedores gallegos, tiene un impacto de 1.171 millones anuales y de 11.600 empleos, aportando un 1,69% del PIB gallego. Hay que tener en cuenta, explicó Melchor Fernández, que los salarios que abona Abanca a su personal tienen a su vez un impacto en el consumo que está valorado en el estudio. De sumar esta contribución a la de la inversión crediticia, el banco de Juan Carlos Escotet tendría un impacto económico equivalente al 15,74% del PIB.

«La contribución al crecimiento es cohesionada territorialmente. Al tener una presencia muy fuerte en el rural este impulso no se concentra solamente en las zonas urbanas o en los polos de desarrollo, sino que se expande por el resto de la comunidad. En el año 2015 éramos la única entidad que prestábamos servicio en 125 municipios y la realidad es que a día de hoy otros bancos fueron cerrando y hay 143 municipios en los que somos los únicos con oficina», apuntó Pedro Veiga.

Financiación sostenible

Otro de los parámetros que analiza el estudio tiene que ver con la sostenibilidad. La actividad financiada por Abanca supondría un total del 12,2% de las emisiones de CO2 de Galicia, de tal manera, que su impacto ambiental estaría dos puntos por debajo del impacto económico, al suponer la concesión de créditos un 14,05% del PIB. Según explicó Manuel Fernández, el 43% de los créditos otorgados por la entidad se concentran en los 10 sectores de menor intensidad de emisiones.

La ausencia de una mayor información en el Banco de España respecto al uso final de los créditos concedidos a empresas impide evaluar qué parte de la financiación se destinó a inversiones encaminadas a minorar el impacto ambiental de las actividades productivas. Los profesores indican que, de poder hacer este análisis más minucioso, el resultado incrementaría el perfil sostenible de la financiación otorgada por Abanca.

«Nosotros tenemos también unos objetivos de transición energética y hay dos maneras de conseguirlo. Reducir la exposición a los sectores denominados brown (los de mayores emisiones) o apostar por apoyar las inversiones encaminadas a reducir emisiones y hacer más eficientes los procesos productivos. Nosotros apostamos por ir en esta última dirección», señaló Veiga.