Turquía logra 900 millones de inversión de BYD, el grupo chino que intenta atraer Galicia

Galicia fue uno de los enclaves sondeados por el fabricante chino dentro de sus planes para fabricar vehículos eléctricos en Europa

Coches BYD aparcados en una fábrica

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El fabricante chino BYD se prepara para establecerse en Turquía. Está en plena negociación para construir en el país que dirige Recepp Tayip Erdogan una planta de vehículos eléctricos que requerirá una inversión de 923 millones. La compañía lleva tiempo sondeando diferentes enclaves en Europa para establecerse. En su momento, sondeó Galicia para levantar una factoría que, finalmente, acabó en Hungría. La conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana, en una entrevista con Economía Digital Galicia, reconoció que habían vuelto a contactar con BYD al saber que pretendían construir otra planta en Europa.

Sin embargo, por el momento, los planes del grupo chino parecen estar lejos de Galicia, en Turquía. Según avanza Bloomberg, el Gobierno turco anunciará el próximo lunes el acuerdo con el fabricante asiático para producir coches en su país durante una ceremonia en la provincia de Manisa (al oeste de Turquía), donde se construirá la planta.

El objetivo de este nuevo emplazamiento es facilitar el acceso de BYD al mercado europeo con menores costes operativos en un momento en el que las tensiones comerciales entre Bruselas y Pekín están en su punto más álgido de los últimos años. Además, Turquía es un mercado interesante para el futuro de BYD, ya que los vehículos eléctricos representaron el 7,5% de las ventas de automóviles el año pasado, según datos de la patronal de los fabricantes del país euroasiático.

De hecho, el regulador del mercado energético nacional espera que el número de vehículos eléctricos en el país aumente en, aproximadamente, 180.000 coches para 2025 alcanzando una cuota de mercado de hasta el 30,4% en 2032.

Turquía, pese al proteccionismo

No obstante y a pesar del interés de las inversiones chinas en Turquía, el Gobierno islamista de Erdogan impuso a principios del mes de junio un arancel adicional del 40% a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China. El objetivo de este movimiento es ayudar a TOGG, el primer fabricante nacional de vehículos eléctricos del país, hasta que se consolide en un mercado que aspira a ser el cuarto más grande de Europa durante los próximos meses.

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