Trilantic, el fondo clave en la opa de Talgo que se forró con Euskaltel y Bioetanol Galicia
Fundado por exdirectivos de Lehman Brothers, el mayor accionista de Talgo vendió su participación en Euskaltel por el triple de lo que le costó y se deshizo de Bioetanol Galicia por unos 400 millones tres años después de comprarla a Abengoa por 140
Los caminos de Trilantic acaban cruzándose casi siempre con Galicia. El fondo de capital riesgo, fundado en 2009 a partir del negocio de banca comercial de Lehman Brothers, está de nuevo frotándose las manos con la opa de Talgo, el fabricante de trenes del que es primer accionista con algo más del 40% del capital. Partidario de la venta al consorcio húngaro Ganz Mavag, Trilantic controla su participación en la compañía española a través de una sociedad instrumental con domicilio en Luxemburgo, Pegaso Transportation International, y tiene como socios a la familia fundadora y a Torreal, brazo inversor de Juan Abelló.
La opa sobre Talgo coincide con los retrasos del fabricante en la entrega de los trenes Avril que espera Galicia, un equipamiento rodante clave para completar la conexión de alta velocidad con Madrid y cuya demora amenaza con provocar una reclamación de Renfe de 167 millones por daños y perjuicios.
Los vínculos de Trilantic con Galicia, sin embargo, van más allá de la impaciencia por la llegada del nuevo equipamiento ferroviario. El fondo, que en su rama europea gestiona unos 2.300 millones en activos, era accionista de referencia de Euskaltel mientras negociaba la compra de la cablera gallega R y fue el dueño de Bioetanol Galicia, la planta de Curtis que vendió Abengoa en plena crisis del grupo. En ambos casos, el fondo norteamericano se anotó extraordinarias plusvalías.
Los ‘pelotazos’ de Trilantic
En la teleco llegó a controlar el 48% en alianza con Investindustrial. La inversión para hacerse con ese paquete ascendió a 230 millones, pero en la salida a bolsa de Euskaltel, cuando se deshicieron de sus acciones, el valor de la compañía se había triplicado, pudiendo colocar sus acciones por unos 760 millones.
Trilantic repetiría las elevadas plusvalías con Bioetanol Galicia y en un tiempo récord. Compró la planta coruñesa en 2017 por 140 millones junto a otras dos plantas en España y una en Francia. Fueron precios de derribo para una Abengoa que se aproximaba al colapso. Tres años después, el fondo vendía el antiguo negocio de bioetanol del grupo andaluz al fondo de infraestructuras DWS, controlado por Deutsche Bank. Según avanzó El Economista, la operación se cerró por unos 400 millones de euros, tres veces más de lo que pagó Trilantic.
Precisamente, Bioetanol Galicia, cuyo grupo propietario se denomina Vertex Bioenergy, pretende invertir 12 millones para construir una planta de producción de biometano y fertilizantes en Curtis, proyecto declarado como iniciativa empresarial prioritaria por parte de la Xunta.
El lío de Pachá
El éxito de estas inversiones contrasta con las dificultades que atravesó Trilantic en Pachá, el grupo de ocio que adquirió en 2017 y que acabó encadenando pérdidas año tras año en una etapa muy condicionada por el Covid. Tras acumular 118 millones en números rojos, el fondo traspasaría la mayor parte del negocio a la india Five Holdings, desprendiéndose de las discotecas y los hoteles y quedándose solamente los restaurantes Lio.
Comparativamente, el negocio gallego ha sido mucho más fructífero para la entidad de capital riesgo norteamericana, que opera en Europa de manera independiente a sus inversiones en el otro lado del charco. Así se estructuró el fondo surgido del derrumbe de Lehman Brothers con exdirectivos del banco como socios y que ahora es una pieza clave en la batalla por el control de Talgo.