Sueldo récord del presidente de Navantia el año que amarró los astilleros del Titanic, con casi 230.000 euros

La retribución del máximo responsable de Navantia, que cobra tradicionalmente más que el presidente del Gobierno, se elevó un 26% en los últimos cinco años, en los que los astilleros públicos han relanzado su actividad, pero han registrado siempre números rojos

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, durante un acto en los astilleros de Ferrol / Navantia

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, durante un acto en los astilleros de Ferrol / Navantia

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En abril de 2021, Ricardo Domínguez se convirtió en presidente de Navantia, dando el relevo a su hasta entonces jefa, Belén Gualda, que se puso al frente de la SEPI, el holding estatal que controla empresas públicas como EFE, Correos, RTVE o los propios astilleros públicos, además de las participaciones en Indra, Redeia, Enagás, IAG, Airbus o Telefónica. Domínguez, que antes de recalar en el constructor naval estuvo en la Junta de Andalucía, igual que las dos presidentas anteriores, accedió a un puesto situada en la escala más alta de las remuneraciones públicas, con un salario siempre superior al del presidente del Gobierno que toque, e independientemente de los números del grupo, que lleva desde 2007 encadenando pérdidas.

El año pasado, cuyo balance está pendiente de cerrarse, la remuneración de la presidencia de Navantia marcó un récord. Domínguez percibió 229.340 euros por el desempeño de su cargo, según consta en el portal de transparencia de la propia empresa. Es la cifra más alta desde que se transparentan las remuneraciones de altos cargos del Ejecutivo y supone un leve incremento, 4.000 euros más, respecto al salario bruto de 225.136 que recibió en 2023. La primera vez que un presidente de los astilleros públicos superó los 200.000 euros fue en 2022, también con Ricardo Domínguez al frente del grupo.

En cinco años, la retribución se ha elevado un 26,5%, ya que el sueldo percibido por Susana de Sarriá en 2019 ascendió a 181.292. La evolución se sitúa por encima del IPC en el mismo periodo, con una variación del 21,3%, según los datos del INE. En todo caso, la remuneración de la presidencia de Navantia está por debajo de la que reciben otros altos cargos públicos, pues en 2023 estuvieron por encima de ese salario los presidentes de Correos, la SEPI, Loterías y Apuestas del Estado o el gobernador del Banco de España.

De las fragatas al astillero del Titanic

Ingeniero agrónomo por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes de la Universidad de Córdoba, Domínguez era jefe de gabinete de Belén Gualda en Navantia antes de sucederla en el puesto y miembro del comité de dirección. Su ascenso estuvo precedido de una etapa de cierta inestabilidad en la cúpula de los astilleros, pues tuvo cuatro presidentes en los tres primeros años de Pedro Sánchez en la Moncloa. Sustituyó primero al mugardés Esteban García Vilasánchez, nombrado en la etapa de Mariano Rajoy y reemplazado en julio de 2018 por Susana de Sarriá, la primera mujer en dirigir Navantia. En 2020 cedió su asiento a Belén Gualda, que dejaría el cargo para presidir la Sepi en abril de 2021.

Ricardo Domínguez, Belén Gualda y Susana de Sarriá, presidente y expresidentas de Navantia.

Estos cambios elevaron la cuantía abonada por los astilleros a la presidencia, al tener que sumar las indemnizaciones por cese. Por ejemplo, en el año del Covid, pagó 168.630 euros a Susana de Sarriá hasta su cese en septiembre y, posteriormente, otros 40.056 euros por el sueldo de Gualda entre octubre y diciembre. En conjunto, 208.000 euros.

La llegada de Domínguez coincidió con el proceso de transformación tecnológica de los astilleros al calor de los contratos de las fragatas F-110 para el Ministerio de Defensa, y con otro gran encargo, el de las corbetas para Arabia Saudí, en el bolsillo. Además, Navantia ha progresado en la diversificación de su negocio, potenciando el área de reparaciones y entrando de lleno en la eólica marina. Este incremento de actividad le permitió alcanzar los 1.434 millones de cifra de negocio en 2023, un 7% más, aunque volvió a cerrar con pérdidas de 122 millones.

Esta semana, Domínguez se desplazó a Belfast para mantener encuentros con el equipo de Harland & Wolff, el astillero que construyó el Titanic y que quebró el pasado ejercicio, poniendo en peligro un contrato de 2.000 millones de euros para la Royal Navy en alianza con los astilleros españoles. Navantia decidió comprar la empresa a través de su filial en Reino Unido, blindando así la construcción de tres buques de apoyo logístico para la Armada británica e integrando sus cuatro centros de trabajo en Irlanda del Norte (Belfast), Inglaterra (Appledore) y Escocia (Methil y Arnish). La cartera de contratos del grupo ascendía a 8.214 millones a cierre de 2023, lo que augura un mejor futuro en los números de la empresa pública y parece garantizar los niveles de actividad, algo fundamental para el empleo en Cádiz, Cartagena y Ferrol.

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