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Stellantis saca las tijeras y prepara el cierre de uno de sus principales centros de pruebas de vehículos
El fabricante, inmerso en una crisis de ventas y volcado en reducir inventarios, planea cerrar y vender su centro de pruebas de vehículos en Arizona para reducir costes
Stellantis desenfunda sus tijeras. Si esta semana confirmó las paradas en plantas italianas para adaptar la producción a la situación de la demanda, ahora la compañía que dirige Carlos Tavares se prepara para cerrar uno de sus principales centros de pruebas de vehículos. El grupo prevé bajar la persiana de sus instalaciones en Arizona (Estados Unidos), para luego intentar venderlas.
La decisión se toma en aras de acelerar el programa de reducción de costes de la compañía ante la caída de beneficios del grupo y las dificultades en algunos de sus principales mercados, como el norteamerciano, según publica este viernes CNBC.
Este centro de pruebas de algo más de 1.600 hectáreas que se extienden entre Phoenix y Las Ventas es propiedad de Stellantis desde la fusión de FCA y PSA en 2021. Chrysler compró la propiedad a Ford en 2007 por algo más de 35 millones de dólares (algo más de 32 millones de euros). En estas instalaciones trabajan unas 69 personas.
A partir del año que viene, tal y como recogen medios norteamericanos, Stellantis usará los campos de pruebas de Toyota en Arizona de manera que la nipona también rentabilizará sus instalaciones mediante su alquiler a otros grupos automovilísticos.
Los recortes de Stellantis
Entre 2019 y 2023, Stellantis ha reducido su plantilla global en, aproximadamente, un 15,5%, esto son, 47.500 empleados incluido un recorte del 14,5% de su fuerza laboral en América del Norte.
A cierre del año pasado, la compañía empleaba a 11.000 personas en Estados Unidos, lejos de las plantillas de pares del sector como General Motors que da trabajo a 53.000 estadounidenses o Ford que hace lo propio con 28.000 personas.
Estas reducciones de personal son consecuencia de la estrategia de externalización de Stellantis de los trabajos de ingeniería a otros países con menores costes laborales asociados como Brasil, India o México. De hecho, según cálculos internos, el coste por empleado se reduce en estos países en unos 50.000 euros respecto de los mismos puestos de trabajo en Estados Unidos o Europa.