Stellantis se hunde en bolsa tras la dimisión de Tavares y pierde casi la mitad de su valor en un año
Las acciones del fabricante automovilístico caen más de un 8% en París tras la renuncia de su CEO y agravan la crisis que ya arrastraba la compañía por la debilidad de sus ventas
Stellantis encaja un nuevo batacazo en bolsa tras la renuncia de Carlos Tavares, el ejecutivo que lideró la fusión con Fiat Chrysler y la compra de Opel a General Motors. Las acciones del grupo automovilístico caen un 8,3% este lunes en París y Milán, hasta los 11,5 euros por título, a falta de la reacción en la apertura de mercado en Nueva York. La crisis de ventas en en Norteamérica, el principal motor de beneficios del grupo, marcó el principio del fin para Tavares y del descalabro bursátil de la compañía.
Los títulos del dueño de marcas como Citroën, Peugeot, Fiat, Jeep o Dodge han perdido un 45,6% de su valor en las bolsas europeas en lo que va de año, quedándose en una capitalización de 34.760 millones. El retroceso de este lunes se produce sin que la compañía haya designado un sucesor para Tavares y con los mandos del grupo en manos de un comité ejecutivo encabezado por John Elkann. La previsión es que Stellanties nombre a su nuevo consejero delegado en el primer semestre de 2025.
Incertidumbre en Europa y en España
La presión sobre Tavares había ido en incremento debido al mal desempeño de Stellantis en sus mercados principales como Estados Unidos. En las últimas horas también se está cuestionando con fuerza el comportamiento de la compañía en Europa. Bajo el mando del directivo portugués, la compañía perdió un tercio de su cuota de mercado en el viejo continente. Desde la fusión, la penetración de Fiat también se redujo a la mitad, al 1,8%, mientras que la de Citroën retrocedió al 2,2%, según datos de la asociación europea ACEA recogidos por Reuters.
En España, el fabricante, gran dominador del mercado, tiene los deberes por hacer. Al menos si quiere despejar la incertidumbre en Vigo, que está a la espera de la plataforma STLA para la producción de los nuevos modelos eléctricos. El propio Tavares se reunía la pasada semana con Pedro Sánchez con otro proyecto sobre la mesa pendiente de concretar, la fábrica de baterías de Figueruelas (Zaragoza).
La transición eléctrica
Stellantis, que este año había conseguido incorporar al grupo la empresa conjunta con el fabricante chino LeapMotor, uno de los últimos servicios de Tavares, enfrenta también una baja demanda de vehículos eléctricos en Europa. La lenta incorporación de los nuevos modelos había provocado quejas de Tavares y peticiones de más ayudas públicas para incentivar las compras. Este problema se agravaba por la presión por conseguir llegar a los objetivos de emisiones de CO2 del próximo año.