La cadena de la industria gallega: Sidenor, Alcoa y Megasa emergen como grandes clientes de Ferroglobe
La matriz de Ferroatlántica reivindica en un foro organizado por BMO su "fuerte base de clientes" y su potencial de crecimiento de la mano del avance de los coches eléctricos y la implantación de nuevos parques fotovoltaicos
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El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el vicepresidente primero, Francisco Conde, en la fábrica de Ferroatlántica en Sabón junto a Javier López Madrid, yerno de Villar Mir y primer ejecutivo de Ferroglobe
Ferroglobe reivindica ante los inversores los nombres propios de su cartera de clientes. La matriz de Ferroatlántica participó a finales de este mes de enero en la conferencia de BMO sobre metales, minería y minerales críticos y en su presentación puso en valor su posicionamiento en la carrera por el vehículo eléctrico y la energía fotovoltaica y el impacto previsiblemente favorable para la compañía de los nuevos aranceles en Estados Unidos.
En la presentación realizada ante inversores, Ferroglobe destaca su «fuerte base de clientes a nivel global» a los que suministra «inputs críticos» para «cientos de aplicaciones industriales», La compañía que preside Javier López Madrid dibuja su particular ecosistema de clientes, entre los cuales brillan con luz propia algunos de los pesos pesados de la industria gallega.
De Alcoa a Megasa
Es el caso de Alcoa, Celsa Group o Megasa. La multinacional con plantas de aluminio y alúmina en San Cibrao consume principalmente silicio metálico como el que Ferroatlántica produce en su factoría de Sabón (Arteixo). Y es que el silicio metálico se utiliza como componente de aleaciones de aluminio y también como material para la producción de siliconas y siloxanos en la industria química.
La segunda compañía, con matriz catalana pero con filial en Galicia (Celsa Atlantic, que cuenta con una factoría en A Laracha) adquiere aleaciones basadas en manganeso procedentes de Ferroglobe. Se trata del mismo tipo de productos que también compran firmas como Sidenor, empresa vasca que recientemente ha tomado las riendas en Talgo tras haber figurar en las quinielas para hacerse con Alcoa y la propia Celsa, o Megasa, el gigante siderúrgico de la familia Freire en Narón.
Junto a estos nombres propios de la industria gallega, Ferroglobe también nutre su cartera de clientes con firmas como ArcelorMittal, el segundo mayor productor de acero del mundo, el gigante indio Tata Steel, el fabricante de ascensores Thyssenkrupp, las japonesas Sojitz (antigua socia de Reganosa o Nippon Steel), así como el gigante de la maquinaria agrícola, John Deere.
Energía barata y el potencial con la descarbonización
En su presentación en el foro organizado por BMO, presume de su «excelencia operacional» por el hecho de contar con plantas ubicadas en zonas con «costes competitivos», así como por la capacidad para minimizar «el consumo de energía» en sus hornos.
Además, Ferroglobe, que viene de cerrar 2024 con un beneficio neto por valor de 5,2 millones de dólares (unos 5 millones de euros al cambio actual) pese a anotarse unos números rojos de 45 millones de euros entre octubre y diciembre, destaca también su modelo de producción verticalmente integrado. De esta forma, el grupo abarca desde la extracción de minerales clave para su funcionamiento (como el cuarzo que obtiene desde siete minas, cuatro de las cuales están en Galicia) y todo su proceso de transformación en silicio metálico, ferroaleaciones o aleaciones basadas en manganeso.
Ferroglobe también pone de relieve que ha dejado atrás la deuda y que actualmente cuenta con una posición neta de caja de 39 millones de dólares (37,6 millones de euros). Además, la compañía subraya el «atractivo potencial de crecimiento» que presenta en segmentos como las placas de los parques fotovoltaicos o los vehículos eléctricos. Sobre este último punto, la dueña de Ferroatlántica recuerda el memorando de entendimiento que firmó el año pasado con Coreshell para suministrar el primer silicio metalúrgico del mundo apto para baterías de vehículos eléctricos.
Mediante esta alianza, ambas empresas buscan desarrollar baterías de menor coste y mayor autonomía para vehículos eléctricos, sustituyendo grafito (cuyo mercado se enfrenta a un cuello de botella) y composites Si/C base silano por silicio metalúrgico.