Sargadelos, la empresa que asesoró Eva Cárdenas, insta a Trabajo a «cerrar y precintar» la fábrica
Tras recibir una sanción de 5.000 euros, el dueño de la empresa gallega, Segismundo García, responde con una carta a la Inspección de Trabajo en la que conmina al "cierre y precintado de estas instalaciones con el fin de evitar desgracias"

Segismundo García, consejero delegado y primer accionista de Sargadelos / E.P.
En la singular historia de Sargadelos, ligada a intelectuales y artistas galeguistas como Isaac Díaz Pardo o Luis Seoane y a su exilio durante la dictadura, está escribiendo un particular capítulo Segismundo García, el actual dueño de la empresa y la persona que fichó como asesora a Eva Cárdenas, ex directora de Zara Home y pareja de Alberto Núñez Feijóo, para dar otro impulso a una firma que lo pasó mal durante la crisis financiera, hasta el punto de entrar en concurso.
Segismundo García y Sargadelos sobrevivieron al trance y el propietario y administrador único se labró fama de ser políticamente incorrecto cuando la extrema derecha aún no lo había puesto de moda como justificación de sus ideas. Sostenía, por ejemplo, que la empresa estaba demasiado sindicalizada y que los sindicatos podían hacer que un proyecto fuera inviable hasta llevarlo a la quiebra.
Ahora, con Eva Cárdenas ya fuera de la empresa, pues la dejó con el traslado de Feijóo a Madrid, García ha enviado una carta a la Inspección de Trabajo en la que insta a «cerrar y precintar» la fábrica tras recibir una multa de 5.000 euros. El mensaje que traslada viene a decir que si debe cumplir todas las normas que le exige Trabajo, no cuenta con la liquidez suficiente, por lo que sería conveniente bajar la persiana para «evitar desgracias».
«Les encarezco, pues, a que procedan al cierre y precintado de estas instalaciones, con el fin de evitar desgracias y enfermedades profesionales que, no lo duden, esta dirección deplora y de las que quiere eludir cualquier tipo de enfermedad», recalca en la misiva.
García detecta 283 incumplimientos en la fábrica
García agradece Trabajo «su interés y preocupación» si bien apunta que «echa de menos un pequeño detalle: la viabilidad económica de la compañía». A renglón seguido, señala que la dirección de la empresa «no se ve capacitada» para acometer todas las obras que se le exigen y lamenta que, según Trabajo, la fábrica pueda «ocasionar enfermedades graves a los que en ella trabajan». «Ciertamente, no sé si son conscientes de que la vida misma acaba causando la muerte. Pero así está la situación y así es el sistema que ustedes representan, por lo que a este humilde servidor no le queda más remedio que acatarlo», reza en la carta.
García también advierte a Trabajo que, además de las 36 deficiencias que detallan en la documentación de la multa, examinadas las normativas vigentes, «existen otras 283 faltas o incumplimientos». «Este contribuyente, ya viejo y harto, suplica que no sean indulgentes en la exigencia del estricto cumplimiento de la legalidad. Eso sí, les ruego que no lo generalicen porque pueden provocar la parálisis productiva del país», sentencia.