Sandra Ortega saca a su antigua sicav del pozo y gana cinco millones de euros

En su nueva vida como una Sociedad de Responsabilidad Limitada, Soandres, con unos activos de 243 millones, volvió a los beneficios el pasado año tras los 18 millones de pérdidas en los que incurrió en 2022

Sandra Ortega

Imagen de archivo de Sandra Ortega / EFE (Cabalar)

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Nueva vida y vuelta a los beneficios para Soandres de Activos, la antigua sicav de Sandra Ortega. La segunda gran fortuna del país tras Amancio Ortega formaba parte de la nómina de millonarias con uno de estos vehículos de inversión colectiva favorecido por una serie de ventajas fiscales, como un gravamen de un 1% sobre el Impuesto de Sociedades. Fue en el año 2022 cuando decidió, como otros destacados patrimonios, liquidar la Sociedad de Inversión de Capital Variable tras la puesta en marcha de la Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal que pretendía garantizar que todos los accionistas (cien como mínimo) tuviesen una aportación real de, al menos, 2.500 euros. Una maniobra para tratar de desterrar a los mariachis, como se denomina en argot financiero a los hombres de paja que acompañan en estas sociedades a un único inversor que acapara más del 99% del capital social.

La normativa estatal estableció que si la sicav no era capaz de cumplir el requisito de los 2.500 euros por accionista tenía dos opciones: o bien darse de baja o bien pasar a tributar al 25% en el Impuesto de Sociedades. En este escenario, la heredera de Rosalía Mera optó por echar la persiana a su sicav Soandres de Activos, que en su último ejercicio como vehículo de inversión colectiva movía un patrimonio de casi 237 millones de euros. Lo mismo hizo con Breixo, en este caso, una sociedad de inversión libre con 222 millones.

Tropezón en 2022

Históricamente, ambas fueron dos de las sociedades más rentables de Ortega Mera, al margen por supuesto de su flamante participación de un 5% en Inditex, que cada año le reporta millonarios dividendos. De hecho, entre los años 2014 –cuando Sandra asumió la herencia de Rosalía Mera– y 2021, según los registros de la CNMV, ambas entidades sumaron beneficios por valor de más de 212 millones de euros. Uno de sus grandes batacazos, no obstante, llegó en 2022…

Ese ejercicio, el último como vehículo de inversión colectiva, Soandres de Activos se anotó unos números rojos de 18,3 millones de euros frente al beneficio neto de 15 millones del año precedente. Breixo consiguió esquivar las pérdidas, pero sus ganancias se derrumbaron: cayó el neto de los 17,2 a los 4,7 millones de euros. Transformadas ambas entidades en sociedades de responsabilidad limitada, el pasado año volvieron a generar beneficios millonarios.

Remontada

Según los datos obtenidos a través de la solución analítica avanzada Insight View, el pasado año, Soandres de Activos remontó el vuelo. De los números rojos de 18,3 millones de 2022, pasó a unas ganancias netas de algo más de cinco millones de euros.

Con unos activos que se elevaron de los 237 a los 243 millones de euros, cerca de un 3%, el patrimonio neto de la sociedad también se incrementó hasta rozar los 242 millones de euros. Dependiente de Rosp Corunna, el holding inversor de Ortega Mera, cuando Soandres dejó de ser una sicav pasó de tener su domicilio social en Madrid a localizarlo en A Coruña.

En su última memoria remitida al Registro Mercantil, los administradores de Soandres indican que, aunque como SL, se mantiene como una “cartera de inversión que se componen principalmente de fondos de inversión de renta fija y variable”.

“La evolución ha sido positiva en 2023 debido, principalmente, a la correcta apuesta estratégica de la gestión de la cartera y a la relativa moderación de fuertes tensiones geopolíticas que se venían experimentando desde ejercicios anteriores”, exponen. “El valor total de la cartera se ha incrementado en siete millones de euros, con una rentabilidad positiva, por tanto, del 2,8%”, apuntan.

Mientras que Sandra Ortega decidió abandonar la inversión mediante el vehículo administrativo de las sicavs, una de las pocas fortunas gallegas que mantuvo esta fórmula fue Luis Fernández Somoza, expropietario de Transportes Azkar. Aceptó tributar al 25% y mantuvo como sociedades de inversión de capital variable Guntín y Currelos de Inversiones, con un patrimonio conjunto de más de 230 millones de euros.

Según los datos de la CNMV, el pasado ejercicio, en línea con lo que le ocurrió a Soandres, Guntín ganó 13,2 millones de euros tras perder 13,6 millones en 2022. Currelos, por su parte, se anotó unas ganancias de 6,9 millones de euros frente a los números rojos de 6,6 millones del año precedente.

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