San José, sin apenas negocio en EE UU, también teme el impacto de Trump
El grupo de Jacinto Rey advierte en su informe de gestión y en el de gobierno corporativo del posible impacto de las políticas arancelarias de Estados Unidos en el acceso a la financiación o en la estabilidad de los precios
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Donald Trump durante una reunión en la Casa Blanca / Foto publicada por Donald Trump en su página de Facebook
Grupo San José, la mayor constructora gallega, cerró su último ejercicio con 1.557 millones de facturación, un 16% más que en 2023, que le permitieron elevar su ebitda un 19,6%, hasta los 74,1 millones, y sus beneficios en un 51,3%, alcanzando los 32,4 millones. Tanto las ganancias como el volumen de negocio se generó fundamentalmente en España, pues el mercado doméstico representó unos ingresos de 1.306 millones, el 84% del total.
En Estados Unidos, la compañía de Jacinto Rey facturó apenas 2,5 millones en 2024 y nada en 2023, aunque mantiene en el territorio norteamericano 7,7 millones en activos. Estas modestas cifras no impiden que el grupo gallego tema el impacto de las políticas de Donald Trump. San José suele acompañar su informe de gestión de un amplio análisis macroeconómico en el que deja constancia de los riesgos derivados de las medidas que tome el Gobierno federal de Estados Unidos, especialmente, la imposición de aranceles.
También en su informe de gobierno corporativo identifica el regreso de Trump a la Casa Blanca como uno de los riesgos (fiscales, financieros y no financieros) que se materializaron durante el pasado ejercicio.
Precios e inflación
El análisis de San José aborda tanto el posible impacto de Trump en el crecimiento económico de la eurozona y de España, su gran mercado, como aspectos más concretos relacionados con la financiación y la estabilidad de los precios, cuya predicibilidad después de la etapa inflacionista favoreció una mayor rentabilidad para el grupo, que amplió ligeramente sus márgenes de ebitda y ebit en 0,2 puntos.
Dice la compañía respecto a la estabilización de los precios de las materias primas y las políticas monetarias expansivas de ciertos países que «la política arancelaria que se prevé imponga EE UU, así como la incertidumbre existente respecto a la evolución de los conflictos geoestragégicos existentes en Europa, hace que este riesgo siga latente, generando cierta incertidumbre respecto a cómo evolucionarán los precios a corto y medio plazo».
Añade el informe que «la Reserva Federal de los EE UU podría ir con más cautela, dado que varias de las políticas anunciadas por la nueva administración (aumento de aranceles, mayor déficit fiscal, restricción de la inmigración) limitarían, en principio, la diminución de la inflación«.
Financiación más restrictiva
No se queda ahí San José, que también advierte sobre potenciales problemas de financiación. Dice la compañía que «el fortalecimiento generalizado del dólar de EE UU, impulsado principalmente por las expectativas de nuevos aranceles y tasas de interés más altas en Estados Unidos, ha hecho que las condiciones financieras permanezcan más restrictivas«.
Además, el grupo de Jacinto Rey señala que Trump será un actor clave a la hora de analizar el crecimiento económico futuro, pues condicionará el flujo comercial a nivel mundial. «Un aumento de los aranceles del 10% a las importaciones de EE UU provenientes de la UE podría restar más de un 1% al PIB de la Eurozona durante los próximos dos años. Esto sólo es un ejemplo y el resultado dependerá tanto del momento en el que e produzca la medida, como del incremento en los aranceles que finalmente se observe, o de los sectores en los que se focalice. La diferente exposición a la economía americana supondrá que las consecuencias sean heterogéneas por países. Por ejemplo, dado el supuesto del incremento de un 10% en los aranceles, el efecto en el PIB español podría rondar los 0,2 puntos porcentuales en promedio durante 2025 y de 0,7 puntos porcentuales en 2026, menor que en el resto de la eurozona dada la relativamente menor importancia del comercio de bienes con EE UU».
San José concluye que esto «no quiere decir que no haya empresas, sectores o regiones que puedan verse particularmente afectadas por los cambios».