Inspecciones fiscales y 36 millones de patrimonio en la sociedad con la que Jacinto Rey controla el 23% de San José

Participada por el presidente de la constructora pontevedresa y sus hijos, Pinos Altos XR reparte anualmente unos dividendos que superan los 1,5 millones de euros

Jacinto Rey

Imagen de archivo del presidente del Grupo Empresarial San José, Jacinto Rey

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Jacinto Rey, presidente de la constructora San José, retiene un 48,3% de la compañía, que cotiza en el mercado continuo. De ese paquete, un 23,34% de las acciones las posee de forma indirecta a través de una de sus sociedades patrimoniales, Pinos Altos XR, domiciliada en Pontevedra y en la que también están representados sus hijos.

Según la información remitida al Registro Mercantil y consultada por Economía Digital Galicia, a finales de 2023, Jacinto Rey retenía un 60% del capital de la compañía mientras que dos de sus herederos, Jacinto y Javier Rey Laredo, ambos, vicepresidentes de San José.

Reparto de dividendos

Este vehículo inversor es una de las sociedades patrimoniales de Jacinto Rey. La compañía, principalmente, se nutre de los dividendos que le aporta su participación en el grupo constructor. Esos pagos, posteriormente, son repartidos entre los accionistas de la sociedad, la familia fundadora. De este modo, según indican los administradores de la firma, el pasado ejercicio, San José le aportó unos ingresos, vía dividendos, de 1,5 millones de euros.

A su vez, Pinos Altos XR acordó la distribución de un dividendo con cargo a reservas entre sus accionistas de 1,5 millones de euros en 2023 y 2022; 1,6 millones de euros en 2021 y 1,5 millones de euros en 2020.

La sociedad presenta una cifra de negocio de 1,84 millones de euros, una cantidad conformada tanto por los dividendos de San José como los ingresos anuales de 322.000 euros que le genera el alquiler de un inmueble.

Según su memoria, el pasado ejercicio, la sociedad, que elevó sus gastos de personal de 48.000 a 108.000 euros con solo un empleado, se anotó un patrimonio neto de 36,89 millones de euros.

Inspección tributaria

La sociedad patrimonial no está exenta de encontronazos con Hacienda. Aún sin conocerse su resultado, en 2022 la Agencia Tributaria procedió a la apertura de actuaciones de inspección sobre los impuestos de sociedades de los ejercicios de 2018 a 2020, ambos incluidos “así como el IVA y retenciones correspondientes al período comprendido entre el segundo trimestre de 2018 al cuarto trimestre del ejercicio 2020”.

Explican los administradores de la compañía que “la sociedad tiene pendientes de prescripción las declaraciones fiscales referentes al Impuesto de Sociedades, IVA, IRPF e IRC de los últimos cuatro ejercicios. Estas declaraciones no pueden considerarse definitivas bien hasta que transcurra el plazo de prescripción de cuatro años o bien hasta su inspección y aceptación por las autoridades fiscales, por lo que, habida cuenta de las diferentes interpretaciones de la legislación vigente, podrían existir contingencias fiscales susceptibles de revertir en pasivos”. “El Administrador Único de la sociedad considera que se han practicado adecuadamente las liquidaciones de los mencionados impuestos, por lo que, aún en caso de que surgieran discrepancias en la interpretación normativa vigente por el tratamiento fiscal otorgado a las operaciones, los eventuales pasivos resultantes, en caso de materializarse, no afectarían de manera significativa a las presentes cuentas anuales”, expone.

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