Room Mate, NH, Hesperia… ‘Divorcios’ hoteleros para todos los gustos en el clan de Amancio Ortega
Sandra Ortega arrastra aún hoy las consecuencias de su inversión en la hotelera de Kike Sarasola, de la que salió con un considerable quebranto que no tuvieron, por ejemplo, otros miembros de la familia en sus operaciones hoteleras, de Amancio Ortega a Juan Carlos Rodríguez Cebrián
Amancio Ortega, su hija mayor Sandra, su familia política compuesta por su sobrina, Dolores Ortega, y su marido, Juan Carlos Rodríguez Cebrián… En el clan del hombre más rico de España muchos casi todos los miembros de la familia han apostado por la inversión inmobiliaria y hotelera. El resultado, en cualquier caso, es desigual.
De todos los actores que conforman el denominado Universo Inditex es, sin duda, la heredera de Rosalía Mera la que ha tenido más contratiempos con sus inversiones hoteleras. Su gran apuesta fallida fue Room Mate, la compañía de Kike Sarasola, reflotada tras caer en concurso de acreedores por el fondo americano Angelo Gordon.
Mera fue socia, financiadora, avalista y casera de Room Mate hasta un sonado divorcio empresarial con amenazas de desahucio de por medio y con el trasfondo de un guerra en los juzgados entre la empresaria y quien fue su hombre de confianza durante años en su patrimonial Rosp Corunna, el economista José Leyte.
Sandra y los rescates millonarios
Sobre lo que le costó a Ortega Mera la salida de Room Mate mucho se ha escrito, aunque el capítulo más reciente queda reflejado de forma meridiana en las últimas cuentas anuales de la hotelera antes de precipitarse a la suspensión de pagos. Son las del ejercicio 2020, el de la pandemia, hechas públicas esta semana por el Registro Mercantil. En las mismas se revela que en su último ejercicio antes de la quiebra, el afectado por el Covid, la compañía se anotó unas pérdidas consolidadas de 99 millones de euros.
Ese ejercicio, Rosp Corunna, la patrimonial de Sandra Ortega, tenía una participación del 31% en el capital de la compañía. Además, Room Mate declaró una deuda a corto plazo con la sociedad inversora de 28,1 millones de euros.
Pero, al margen de esta cantidad, ya casi en pleno proceso de divorcio, Rosp Corunna se vio obligada a hacer frente a deudas de la hotelera. Explica Room Mate en su memoria que en el año 2015 firmó un préstamo por importe de 54 millones de euros con Citi Bank “con una garantía de repago en caso de vencimiento anticipada por parte de uno de sus principales accionistas”. Durante el ejercicio 2020, la hotelera amplió el vencimiento de dicha deuda hasta finales de 2024. No obstante, indican que, con posterioridad, “Rosp Corunna se subrogó en la posición de prestamista de la deuda con Citibank al haber abonado la totalidad del importe adeudado”.
Además, hay que recordar, como queda explicitado en las últimas cuentas anuales de la patrimonial de Ortega Mera, que Rosp Corunna “ha recibido reclamaciones no judiciales de determinadas entidades financieras en las que solicitan que haga frente a unas garantías supuestamente facilitadas a sociedades vinculadas al grupo por importe de 150 millones de euros, aproximadamente”. Estas reclamaciones –que no obstante la empresaria cree que no tendrá que afrontar, motivo por el que nada aparece provisionado en sus cuentas– derivan de las llamadas comfort letters, cartas de patrocinio que, en su momento, sirvieron para garantizar líneas de financiación a Room Mate por parte de la banca acreedora.
Amancio Ortega y NH
Con estos mimbres queda explicitado que de todos los divorcios hoteleros de miembros de la familia del fundador de Inditex, sin duda, el de Sandra Ortega con Room Mate ha sido el más traumático. Porque otros miembros también tuvieron y abandonaron inversiones en el sector pero no con esas pérdidas económicas. Es el caso del propio Amancio.
Hace años que a la primera fortuna del país no se le conocen desinversiones, por lo menos, no relevantes. Una de las más sonadas se produjo hace ahora casi una década, cuando salió del accionariado de NH. A través de su brazo inversor, Pontegadea, el empresario gallego de origen leonés llegó a ostentar una participación de un 10%. Fue en 2003 para tratar de frenar una OPA hostil lanzada por Hesperia que nunca llegó a prosperar.
Al contrario que su hija, Ortega Gaona abandonó NH (en cualquier caso mucho más grande y saneada que Room Mate, al margen de ser cotizada) de forma gradual y en varios años. En 2007, según los registros, se deshizo de un paquete equivalente al 4,5% del capital de la hotelera, en una operación que se tasó en más de 100 millones de euros.
Su salida definitiva se materializó en 2014, cuando vendió el 4,059% del capital que retenía al grupo chino HNA en una operación en la que el comprador desembolsó 4,2 euros por acción y por la que pagó unos 52 millones de euros, cuantía en todo caso por debajo de la valoración de la hotelera en bolsa en aquella altura.
Hesperia y Dolores Ortega
También con Hesperia tuvo un desencuentro la pareja de empresarios formada por Dolores Ortega y Juan Carlos Rodríguez Cebrián. Entre los activos que manejan a través de uno de sus brazos inversores, Marlolan, se encuentra la propiedad del histórico hotel Peregrino, situado en Santiago de Compostela. A través de la sociedad Hotelera del Noroeste, el grupo Hesperia comenzó su explotación en marzo de 2002.
El contrato en vigor finalizaba en 2020, año de la pandemia, y, según las propias cuentas de Marlolan depositadas ante el Registro Mercantil no hubo acuerdo entre arrendatario y arrendador para renovar el contrato.
Tras la búsqueda de un nuevo inquilino –se rumoreó del interés con Barceló–, en 2022, finalmente, fue Hotusa, el grupo de chantadino Amancio López Seijas (distintas fuentes apuntan a que mantiene una gran relación con el matrimonio de empresarios) la que se quedó con la explotación del inmueble.