La silenciosa expansión de los Riberas por Galicia: 400 millones de negocio con eólicos, chatarra y Stellantis

La fabricación de piezas para automoción es la principal actividad de los dueños de Gestamp, que acumulan pérdidas en su filial de Vigo; también producen componentes eólicos y comercializan chatarra a la espera de reactivar Ganomagoga y desembarcar en Langosteira

El presidente de Gestamp, Francisco José Riberas / EP

El presidente de Gestamp, Francisco José Riberas / EP

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Con fondo de armario suficiente como para invertir en Cabify o aliarse con Javier Botín para comprar el grupo alimentario Palacios, los hermanos Riberas hicieron una adquisición más modesta en Galicia en 2023. Desembolsaron solo medio millón de euros para quedarse con Talleres Ganomagoga, la empresa de Ponteareas que quebró tras incurrir en pérdidas de 7,7 millones en 2022 y cuyo concurso fue declarado culpable, con la inhabilitación para la administración de empresas de su ya antiguo dueño, Cándido González.

La resurrección prevista para la nueva etapa es una de las tareas pendientes de consolidar para los dueños de Gestamp y Gonvarri, ya que el fabricante de torres eólicas, según informa la CIG, continúa encadenando ERTEs. Como también lo es el desarrollo de un proyecto más ambicioso si cabe, su desembarco en Punta Langosteira, el puerto exterior de A Coruña, para producir desde allí componentes para la eólica.

Las dos inversiones gallegas de Francisco José Riberas Mera, presidente de Gestamp, y de Juan María Riberas Mera, presidente de Gonvarri, están llamadas a apuntalar un negocio consolidado en Galicia, que genera a través de cinco sociedades unos ingresos superiores a los 400 millones de euros anuales. Además de la auxiliares de la automoción, el grupo cuenta también con una gestora de residuos metálicos, una comercializadora de chatarra y una planta para la producción de torres on shore en O Carballiño integrada en el mismo holding que Ganomagoga, GRI Renewables.

Números rojos en Gestamp Vigo

De las empresas con domicilio en Galicia, las dos con mayores ingresos están vinculadas a la automoción y al grupo que preside Francisco José Riberas, ahora probablemente también atareado con el revolcón en la cúpula de Telefónica, de la que es consejero. Gestamp Vigo, con domicilio en el polígono de As Gándaras (O Porriño), facturó 167,4 millones en 2023, un crecimiento del 13,6% respecto al ejercicio anterior. Sin embargo, el proveedor de Stellantis incurrió en pérdidas significativas ese curso, anotándose un resultado negativo de 7,8 millones que se sumó a los 6,1 millones en números rojos de 2022. Cabe matizar que el grupo, con presencia en 24 países y un centenar de plantas, sí que obtiene resultados positivos, pues generó en 2023 unas ganancias récord de 281 millones, mientras que en los nueve primeros meses de 2024 también logró beneficios de 127 millones, con una caída, eso sí, del 43% respecto al curso anterior.

Coordinada con Gestamp, en el puerto de Pontevedra-Marín se ubica Gonvauto Galicia (antigua Gonvarri Galicia), que pertenece a la rama siderúrgica del negocio de los Riberas, pero que destina buena parte de su actividad a abastecer a la propia Gestamp y esta, a su vez, a Stellantis. En 2023 contaba con una plantilla media de 73 empleados, 106 millones en activos y una cifra de negocio de 208 millones, por encima de los 182 millones del año anterior. Gonvauto sí que generó beneficios, aunque tampoco demasiados. Su resultado de explotación cayó desde los 18,1 millones de 2022 a solamente 2,4 millones en 2023, generando unas parcas ganancias de 1,5 millones.

La división eólica

La compra de Ganomagoga la consumó GRI Renewables, para disgusto de una parte de la plantilla, que había mostrado su preferencia por el otro candidato, Emobi, a pesar de la trayectoria de la empresa de los Riberas en Galicia. GRI es un grupo de gran tamaño que centra su actividad en la producción de torres y bridas para el sector eólico. En el año 2023 alcanzó una facturación de 1.127 millones, según su memoria de sostenibilidad, que da cuenta de 22 fábricas y más de 5.500 empleados para desarrollar la actividad de la compañía. El negocio de los componentes eólicos generó un ebitda de 177,2 millones en su último ejercicio cerrado.

La pata gallega de GRI está en O Carballiño (Ourense). Allí gestiona la planta de GRI Towers Galicia, dedicada a la producción de torres para eólica onshore, la misma tarea que realiza Talleres Ganomagoga. La fábrica experimentó en 2023 una fuerte caída de actividad, con una cifra de negocio de 34,7 millones, muy por debajo de los 56,4 millones de 2022. Esta menor producción afectó a la plantilla, que se redujo en unos 61 trabajadores, un 17% menos. Pese a cerrar un curso claramente a la baja, GRI Towers Galicia generó 2,4 millones de beneficios, muy similares a los 2,6 millones del año anterior.

Chatarra y gestión de residuos

Dos sociedades de menor tamaño completan la presencia de Gestamp y Gonvarri en Galicia. Ambas tienen sede en Mos. Una es Gescrap Noroeste, que facturó unos 7,7 millones en 2023 encargándose de la gestión de residuos metálicos y prestando servicio a Gestamp. La otra es Samper-Refeinsa, con 12,1 millones en activos y 13,6 millones de ingresos en 2023. Esta sociedad se dedica a la compraventa de chatarra. Si bien ambas empresas dan beneficios, son poco significativos en el conjunto del grupo.

Los hermanos Riberas controlan en última instancia estas sociedades a través de Acek Desarrollo y Gestión Industrial, participada al 50% por cada uno. Este brazo inversor no solo detenta las acciones de Gonvarri y Gestamp, sino también participaciones en una serie de empresas entre las que se incluye un 13% de CIE Automotive o un 15% de Global Dominon. Según Forbes, cada uno de los hermanos cuenta con un patrimonio de 1.300 millones, tanto como los Puig y más que los March.

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