Ribera Salud sale al rescate de Povisa, que multiplicó por cinco sus pérdidas
A la espera de una renovación del concierto con la Xunta que saque al centro de ocho años de números rojos, el grupo controlado por Vivalto Santé pone siete millones a disposición del hospital vigués para aliviar los problemas financieros
El mayor hospital privado de Galicia encadena ocho años en números rojos, en los que ha acumulado pérdidas de más de 30 millones. El grupo valenciano Ribera Salud, controlado por la francesa Vivalto Santé, asumió el reto de enderezar las cifras en 2019, cuando compró Povisa al fallecido José Silveira por 22 millones. Sin embargo, en los cuatro años de gestión del principal operador privado de la sanidad gallega tampoco ha conseguido superar los desequilibrios que genera el concierto con el Sergas de 2014, ahora en fase de prórroga y a la espera de una renovación que no parece que vaya a llegar antes de las elecciones.
Desde aquel 2014 está acumulando pérdidas el centro vigués, cuyos ingresos proceden en un 70% de los servicios que presta a la Xunta para atender pacientes del Servizo Galego de Saúde. En 2022, estos ingresos ascendieron a 71,7 millones, por debajo de los 76,1 millones del ejercicio anterior. El menor volumen de pacientes y el incremento de costes acabó por elevar significativamente los números rojos de Povisa hasta los 5,8 millones, cinco veces más que los 1,15 millones de 2021. La cuenta de resultados negativos se engrosó así por encima de los 30 millones, pues en los años anteriores, los últimos de Grupo Nosa Terra y los primeros de Ribera Salud al frente del hospital, ya acumulaba 26,3 millones en pérdidas.
En su informe de gestión, Povisa explica que la subida del coste de la energía, el encarecimiento de los fármacos y del material sanitario, así como el descenso de la población asignada al hospital han influido en el deterioro del balance. También la negativa de la Xunta a costear determinados medicamentos dispensados a pacientes externos al centro, una vieja batalla que ha generado varios litigios entre la empresa y la Administración.
Mientras el concierto no se renueva, Ribera Salud ha tratado de ampliar los ingresos propios de la actividad privada, incrementando su oferta asistencial y, por tanto, asumiendo también inversiones para extender sus servicios. Sin embargo, en las últimas cuentas presentadas la cifra de negocio registró un leve descenso, pasando de los 105,6 millones a los 102,4 millones. El patrimonio neto del hospital se deterioró también a causa de las pérdidas, rebajándose desde los 14,1 millones a los 8,3 millones.
Ribera Salud ofrece liquidez a Povisa
En este escenario, el respaldo financiero de Ribera, que acaba de cambiar de dueño (Centene vendió el grupo valenciano a Vivalto Santé), es clave para sostener Povisa. No es algo que oculte en el balance de ejercicio, en el que explica que «la sociedad cuenta con el apoyo financiero de su accionista principal Ribera Salud, que se ha comprometido a atender las necesidades financieras que pueda tener, en su caso, en el corto y medio plazo».
No son solo palabras. La compañía, dueña también del lucense Polusa y del ferrolano Juan Cardona, firmó el pasado enero un contrato de cuenta con el hospital vigués por importe de 7 millones, garantizando la disponibilidad de liquidez para ejercer su actividad. Povisa acumulaba a cierre de 2022 una deuda con su dueño de algo más de cinco millones.
Las necesidades de liquidez derivaban del fondo de maniobra negativo que presentó la empresa tras multiplicar sus pérdidas y que ascendía a 5,1 millones. «Adicionalmente la sociedad ha tenido flujos de explotación negativos en el ejercicio 2022 por importe de 2,1 millones», añade en su memoria. Ambas magnitudes, el fondo de maniobra y los flujos de explotación, presentaban valores positivos un año antes.
El plan de Ribera Salud
Mejorar la salud contable de Povisa pasa necesariamente por los despachos de Sanidade. Hay tres elementos que Ribera Salud considera decisivos. El más relevante es la negociación por el nuevo concierto «para asegurar la viabilidad económica de la prestación de asistencia sanitaria a beneficiarios de la seguridad social». La compañía cree que el diálogo permitirá «ajustar la compensación» de los costes asumidos por Povisa ya que «las actuales condiciones no son económicamente viables para la sociedad por la situación del sector sanitario tras los impactos de la pandemia y la evolución de los costes sanitarios». El nuevo concierto, en el mejor escenario para Povisa, podría incluir también una compensación sobre los ejercicios en los que estuvo vigente la prórroga del acuerdo de 2014, de manera que pueda cubrir las pérdidas registradas por el hospital.
Además, Povisa preveía que en 2023 se le abonasen las cantidades adeudadas por el Sergas, algo más de 11 millones, lo que supondría un espaldarazo a su situación financiera. El resto del plan es continuar en la misma línea que trazó el grupo valenciano tras desembarcar en Povisa y que pasa por potenciar la actividad asistencial privada con la ampliación de servicios.