La falta de respuesta de Shein sobre el algodón chino preocupa al Parlamento británico

La comisión de Empresa y Comercio de la cámara británica, presidida por el ex ministro laborista Liam Byrne, analiza la cadena de suministro del gigante asiático para descartar el uso de materias primas procedentes de regiones en las que se promueve el trabajo forzoso y garantizar que la compañía cumple con la legislación del Reino Unido

Pop up store de Shein en Madrid

Pop up store de Shein en Madrid. EFE/Luis Millán

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Shein, el gigante de la moda ultra low cost, no ha aclarado en la comisión celebrada este martes, 7 de enero, en el Parlamento británico si en su cadena de suministro se utiliza algodón de Xinjiang, región de China en la que, según denuncian varias ONG desde hace años, se promueve la esclavitud laboral.  

Según avanza la agencia Reuters, el consejero general de Shein para Europa, Oriente Próximo y África (EMEA), Yinan Zhu, se negó a proporcionar una respuesta directa a las consultas de la comisión. 

En concreto, cuando fue interpelada sobre la cadena de suministro Zhu respondió que los proveedores con los que trabajan “tienen sede en China, en Turquía y Brasil, y obviamente muchos de ellos están en China” sin ofrecer datos más concretos cuando desde la comisión le preguntaron sobre el uso del algodón chino. Tampoco dio respuesta al ser consultada por la oferta pública inicial de venta de acciones para su salida a bolsa. 

Asombro en la comisión

El silencio de la multinacional no ha tranquilizado, ni mucho menos al Parlamento británico. Según apunta Reuter, el presidente de la comisión, el ex ministro laborista Liam Byrne, llegó a afirmar que estaban “horrorizados” ante “la falta de pruebas que ha proporcionado” una empresa que “vende mil millones de libras a consumidores del Reino Unido y que busca cotizar en Londres”. 

«Nos han dado una confianza prácticamente nula en la integridad de sus cadenas de suministro. Ni siquiera pueden decirnos de qué están hechos sus productos. No pueden decirnos mucho sobre las condiciones en las que trabajan los trabajadores, y su rechazo a responder a preguntas básicas ha rayado francamente en el desprecio hacia la comisión».

En todo caso, la representante de la multinacional sí dejó claro, cuando se le preguntó sobre si la empresa estaba segura de cumplir la normativa sobre la esclavitud moderna, que la posición de la compañía es “cumplir con las leyes del Reino Unido”. 

Desde hace años las dudas sobre la procedencia del algodón de los proveedores que integran la cadena de suministro de Shein acechan su reputación. Tal y como avanzaba Reuters a mediados de diciembre, la denuncia de grupo en defensa de la población uigur en China –Stop Uyghur Genocide (SUG)–  habría provocado que el regulador británico esté tardando más de lo habitual en aprobar el salto al parqué de la multinacional. 

La compañía ha salido al paso de las acusaciones expresando su “respeto a los derechos humanos y sus políticas de tolerancia cero” contra los trabajos forzosos. 

Comparecencia de Temu

También fue citado a comparecer en la misma comisión Stephen Heary, asesor jurídico senior de Temu, quien señaló que el trabajo forzoso era un tema que “preocupaba” a sus directivos y que no se permitía a los vendedores de la región de Xinjiang la venta online a nivel mundial.

Un informe del Congreso de Estados Unidos del año 2023 ponía el foco en las cadenas de suministro de Temu remarcando la existencia de un “riesgo extremadamente alto” de que tuviesen mano de obra de trabajo forzado. En dicho estudio también se señalaba que la compañía “no realizaba auditorías” ni informaba de ningún sistema para controlar a sus proveedores y garantizar “que cumpliesen la legislación estadounidense” en esta materia. 

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