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PwC mantiene sus recelos sobre EiDF, que mejora su solvencia pero eleva un 30% las pérdidas
El grupo gallego de renovables acaba el primer semestre del ejercicio con números rojos de 9,2 millones, un 32% más, pero consigue situar su fondo de maniobra por encima de los 20 millones tras las dudas del auditor sobre su viabilidad, y el patrimonio neto en casi 35 millones
EiDF continúa acumulando números rojos mientras persevera en su hoja de ruta para recuperar la confianza del mercado en su viabilidad, que saltó por los aires en 2023 con la suspensión de cotización de sus acciones y los problemas contables detectados por PwC y Deloitte. El grupo gallego especializado en autoconsumo fotovoltaico llegó a valer más de 1.700 millones en el BME Growth, pero el batacazo se llevó por delante casi todo. La capitalización actual se sitúa en torno a los 280 millones.
En el primer semestre del actual ejercicio, la empresa que preside Fernando Romero registra unas pérdidas de 9,3 millones, un 32% superiores al mismo periodo del año anterior. La cifra de negocio se situó en los 60,8 millones, mostrando también un retroceso del 38% respecto a los 98 millones de 2023. Los números rojos se deben a un resultado financiero negativo de 9,7 millones, es decir, al coste de la deuda, ya que la compañía con sede en Barro (Pontevedra) obtuvo un resultado de explotación positivo de 1,6 millones en el periodo, frente a las pérdidas de 3,8 millones del ejercicio precedente.
EiDF: el fondo de maniobra es el doble
Esta es una de las cifras a las que puede agarrarse EiDF para defender la mejora de su salud. Las otras están vinculadas a la propia solvencia de la empresa. PwC cuestionó en repetidas ocasiones la viabilidad del grupo debido, entre otros factores, a que venía presentando un fondo de maniobra negativo. Fernando Romero hizo malabarismo para revertirlo, fundamentalmente a base de acuerdos de financiación con algunos de los socios que están respaldando al grupo tras la crisis y con sus propias aportaciones de capital.
A cierre del primer semestre, el fondo de maniobra se sitúa en 20,4 millones, más del doble que en la misma fecha de 2023. A esas alturas el año pasado, el grupo presentaba una situación de quiebra técnica, con un patrimonio neto negativo de 7,3 millones, mientras que ahora se sitúa en cifras positivas de 34,9 millones.
Las advertencias de PwC
No basta el fortalecimiento del balance para convencer del todo a PwC, que sigue manteniendo sus dudas sobre los números de la compañía. Emite un informe con salvedades en el que vuelve a señalar las «incidencias e irregularidades relevantes» que detectó en el pasado en las cuentas de la compañía.
«Desde la emisión de nuestro informe de auditoría del ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2023, los administradores de la sociedad dominante han introducido medidas para mejorar el modelo de gobierno corporativo con el objetivo de solucionar las debilidades de control interno de la sociedad dominante. En consecuencia, dada la relevancia de las incidencias detectadas, a fecha de este informe, no nos es posible asegurar que no pudieran surgir otras cuestiones no identificadas hasta el momento que, en su caso, pudieran suponer otros posibles errores y/o contingencias no recogidas en los estados financieros», concluye la auditora.
Cabe recordar que las advertencias de PwC y el informe forensic que realizó Deloitte, en el que se confirmaban los problemas contables de EiDF, el grupo ha remodelado toda su estructura, creando un nuevo sistema de control interno y reestructurando su cúpula, que ahora tiene a Joan Gelonch como consejero delegado.