¿Cómo funciona el programa de recogida de ropa usada impulsado por Inditex, Mango y Primark?

La prueba piloto de RE-VISTE, el sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Producto (SCRAP) de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado, arrancará en abril de 2025

Representantes del Comité de Dirección de RE-VISTE junto a Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental y Alejandro Dorado, comisionado para la Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico

Representantes del Comité de Dirección de RE-VISTE junto a Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental y Alejandro Dorado, comisionado para la Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.RE-VISTE

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Abril de 2025. Es la fecha en la que arrancará el programa piloto para la recogida y gestión de ropa usada impulsada por la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado integrada por firmas como Inditex, Decathlon, El Corte Inglés, H&M, Ikea,  Kiabi, Mango, Primark, Sprinter/JD y Tendam. RE-VISTE es el nombre bajo el que operará este Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Producto (SCRAP). 

La iniciativa contará con la supervisión de un Comité de Seguimiento integrado por el Grupo de Trabajo de Residuo Textil de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y por el propio SCRAP. Dicho comité se encargará de hacer un seguimiento de la correcta implementación del programa piloto que se desarrollará en seis municipios “representativos de diferentes entornos sociodemográficos: dos urbanos, dos rurales y dos semiurbanos, con una población total de alrededor de 300.000 habitantes”.  

Fases del proceso

El punto de partida del nuevo SCRAP del textil está en la recogida de las prendas para las que se “analizarán diversas opciones”, según explicaron en la presentación del proyecto el pasado octubre, para encontrar un “sistema eficiente que se adapte a diferentes contextos municipales”. 

En todo caso, estos sistemas de recogida incluirán la instalación de contenedores específicos tanto en la vía pública como en puntos limpios municipales. El programa prevé también la instalación de puntos de recogida en espacios privados, como pueden ser centros comerciales, tiendas, colegios o parroquias. De esta forma se amplía la red de recolección a diferentes entornos con el objetivo de “facilitar la participación urbana”.

Tras ser recogidos, los productos textiles se transportarán a plantas de clasificación en las que se procederá a su posterior evaluación siguiendo el principio de jerarquía del residuo. De esta forma, los artículos que se encuentren en buen estado se destinarán a tiendas de segunda mano. Por su parte, los que no estén en disposición de ser utilizados se clasificarán en función de su composición para facilitar su reciclaje y que puedan ser transformados en nuevos tejidos. 

Esta fase de prueba del SCRAP tendrá una duración mínima de un año. Tras ese periodo se elaborará una guía de recomendaciones que recogerá las buenas prácticas identificadas, para ofrecer a los entes locales herramientas y orientaciones que les permitan implementar con éxito la recogida selectiva de textiles en sus territorios.

En palabras del director general de RE-VISTE , Juan Ramón Meléndez, este sistema “no solo facilitará la gestión de textiles, sino que también promoverá un modelo sostenible que involucre a todos los actores de la cadena de valor”. “La colaboración y la participación son clave para hacer efectiva la economía circular del textil, permitiendo a cada persona y empresa contribuir a un futuro más eficiente e innovador”.

Presión desde Europa

El Parlamento Europeo ha centrado parte de sus esfuerzos legislativos en los últimos años en desarrollar normas para gestionar las miles de toneladas de ropa usada que terminan en la basura cada año. Según datos de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje anualmente se producen a nivel mundial unos 150.000 millones de prendas de vestir. El 87% de las fibras textiles utilizadas se depositan en el vertedero o se incineran antes de que acabe su vida útil. Si nos vamos al caso español, al año se generan más de 89.000 toneladas de residuos textiles al año de los que solo se reciclan o reutilizan un 11%. 

Una de las medidas planteadas desde Bruselas contempla la entrada en escena de los regímenes de responsabilidad ampliada del productor (RAP) que obligan a los principales operadores del sector a asumir la responsabilidad financiera y organizativa de la gestión de la fase de residuos dentro del ciclo de vida de las prendas. 

Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que desarrolla una directiva comunitaria, contempla otras medidas a parte de la recogida selectiva como la creación de estos regímenes. La norma establece que en el plazo de tres años desde la entrada en vigor de la norma (abril de 2022) el Ministerio para la Transición Ecológica deberá desarrollar los regímenes de responsabilidad ampliada del productor para los textiles. Por el momento, se está trabajando en dicho desarrollo reglamentario, si bien aún no hay una fecha concreta. 

Los grandes operadores del sector como Inditex, Decathlon, H&M, Ikea, Kiabi, Mango y Tendam se adelantaron al desarrollo legislativo  y crearon a principios de 2023 la Asociación para la Gestión del Residuo Textil con el objetivo de crear este SCRAP que echará a andar en poco más de cuatro meses.

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