La Xunta compensó a Povisa con más de 5 millones por prorrogar el concierto, pero el hospital sigue en pérdidas

A la espera de que se formalice el nuevo contrato de la Xunta con Povisa, ya acordado el pasado diciembre, el mayor hospital privado de Galicia continúa acumulando pérdidas, algo que sucede ejercicio tras ejercicio desde el año 2015, el primero completo en el que estuvo en vigor el actual concierto con el Sergas. En 2023, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, el centro del grupo Ribera Salud se anotó números rojos por valor de 2,47 millones, lo que supone recortar a menos de la mitad el resultado negativo del año anterior, que se situó en los 5,8 millones. De hecho, esas pérdidas de Povisa fueron las menos abultadas de los últimos nueve años, con excepción del ejercicio de 2021.

La mejoría, todavía insuficiente, tiene su origen en la propia relación con Sanidade, que deriva a sus instalaciones la atención de unos 116.000 pacientes del área de Vigo. Según explica Povisa en su informe de gestión, llegó a «distintos acuerdos» con el Sergas que facilitaron un incremento de los ingresos. Entre ellos, una compensación de 5,6 millones por la prórroga del concierto hasta el 31 de agosto de 2024 destinada, precisamente, a minorar las pérdidas de un acuerdo que el hospital considera «oneroso», ya que sus condiciones «no son viables para la sociedad», según indica.

De esta manera, los ingresos derivados del contrato con la Xunta se incrementaron desde los 71,7 millones de 2022 hasta los 85,6 millones en 2023, representando los pagos procedentes de Sanidade el 72% de los ingresos del hospital. La actividad privada también experimentó un repunte del 7%, elevando la cifra de negocio final hasta los 117,8 millones.

Povisa espera más pérdidas

Aunque el concierto se prorrogó hasta agosto del año pasado, el acuerdo con el Gobierno gallego no llegó hasta diciembre y todavía está pendiente de formalizarse. La relación se regirá ahora como un contrato de servicios de dos años, prorrogable otros tres, al que la Xunta espera destinar un máximo de 194,7 millones en las dos primeras anualidades, lo que supondría un incremento relevante respecto a los cerca de 78 millones anuales que abonaba con el concierto de 2014. Este modelo rompe con el pago por cápita que regía hasta ahora su relación con el hospital, es decir, un canon por los pacientes del sistema público adscritos a su servicio. El nuevo contrato debería entrar en vigor en abril, aunque está pendiente de que Povisa presente su oferta para poder rubricarlo.

Al alargarse el concierto, el hospital vigués espera que, una vez cerrados los números del pasado ejercicio, estos arrojen nuevas pérdidas. De hecho, en 2023 ya provisionó 4,6 millones para hacer frente al resultado negativo de 2024. «La sociedad considera que los costes inevitables de cumplir con las obligaciones que conlleva dicho contrato exceden a los beneficios que se espera recibir por él», señala Povisa en su memoria anual, consultada por este medio a través de Insight View.

De registrar números rojos próximos a esos 4,6 millones, el hospital habría acumulado más de 39 millones en pérdidas durante el periodo de vigencia del concierto de 2014. Esta situación ya provocó años atrás la rebelión de los antiguos propietarios, el Grupo Nosa Terra XXI del fallecido José Silveira, quien llevó a Povisa al preconcurso de acreedores y forzó una negociación con la Xunta que solo sirvió para mitigar parcialmente los números rojos. En 2019, acabó vendiendo el hospital a Ribera Salud, empresa valenciana controlada por el grupo francés Vivalto Santé.