Los pisos turísticos ya ofrecen en Galicia el doble de plazas que los hoteles en pleno debate sobre su regulación

El registro de la Xunta de Galicia aflora la existencia de casi 24.600 pisos turísticos con capacidad para albergar a unas 131.000 personas, frente a las 58.000 plazas de las que disponen los hoteles

La rentabilidad de los pisos turísticos cae con la pandemia, pero supera en un 30% al alquiler tradicional / EFE

La rentabilidad de los pisos turísticos cae con la pandemia, pero supera en un 30% al alquiler tradicional / EFE

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Las viviendas turísticas redoblan su expansión en Galicia. Así lo certifican los datos recogidos en el directorio de alojamientos turísticos elaborado por la Xunta de Galicia. De acuerdo a los últimos datos disponibles, la oferta de plazas a través de estos alojamientos ya duplica a la del propio sector hotelero.

En concreto, los registros de la Xunta revelan que la comunidad cuenta con un total de 215 viviendas turísticas y 24.378 alojamientos de uso turístico. La diferencia entre unas y otras radica en que las primeras se pueden alquilar para estancias de hasta 3 meses (en lugar de 30 días) y deben estar identificadas con una placa con las siglas VT en el exterior del inmueble.

En total suman un total de 130.993 plazas, una cantidad que dobla con holgura a la ofertada por unos hoteles que se quedan rezagados. No en vano, el sector oferta un total de 57.894 plazas repartidas entre los 942 establecimientos de este tipo con los que cuenta la comunidad.

Galicia suma 11 viviendas turísticas al día desde 2021

De esta forma, las viviendas de uso turístico continúan avanzando terreno en Galicia tras duplicarse en los últimos tres años. Y es que la comunidad contaba con un total de 12.303 establecimientos de este tipo en el arranque de un 2021. Por aquel entonces el sector todavía sin cicatrizar las heridas de la crisis del Covid-19, algo que, sin embargo, no impedía que esta modalidad habitacional siguiese al alza.

Tanto es así que las 12.303 viviendas turísticas y de uso turístico registradas a comienzos de 2021 superaban en un 24,6% a las 9.872 que se registraban en el arranque de 2020. Por aquel entonces, Galicia ganaba 6,1 pisos dedicados a fines turísticos cada día, un promedio que desde entonces se ha prácticamente duplicado hasta alcanzar las 11 unidades actuales.

Estas viviendas turísticas proliferan principalmente en los destinos próximos a la costa. Es por ello que la provincia de Pontevedra acapara prácticamente la mitad de este tipo de establecimientos. Son un total de 11.633 los que se encuentran en esta provincia, una cantidad que supera a las 8.462 de A Coruña y las 3.502 mientras que Ourense se sitúa en una posición más alejada, con 996.

A vueltas con su regulación

A la proliferación de las viviendas turísticas ha hecho referencia este miércoles el propio presidente de Hotusa. El chantadino Amancio López ha defendido que «tenemos la oportunidad de decidir si queremos un turismo de calidad, con alto poder adquisitivo, con hoteles de cinco estrellas y boutique, que generan riqueza y empleo», o si «queremos otro tipo de establecimientos, como pueden ser apartamentos».

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A su juicio, las viviendas turísticas amenazan con «expulsar incluso a la propia población, que no puede pagar unos precios determinados (por la vivienda) y no puede acceder a una oferta cada vez menos existente»,

Es por ello que, a su juicio, «si no se regulan adecuadamente» las viviendas de uso turístico pueden agravar la «turismofobia» en las ciudades afectadas. Según Amancio López, está en manos de las autoridades y del sector tomar decisiones que aseguren la continuidad del turismo y garantizar un crecimiento «sostenible y beneficioso para todos».

A la situación de las viviendas turísticas se ha referido también el Foro Económico de Galicia. Su director, el catedrático de Economía Aplicada, Santiago Lago, ha defendido que, más que «frenar cantidades» de visitantes, el foco debería ponerse en apostar por un turismo que «genere más valor añadido» y que sea «más sofisticado» para sacar el «mayor partido» al reducir los efectos negativos.

Además, en relación a las viviendas turísticas, Santiago Lago ha abogado por mantener el «equilibrio». A su juicio, no se trata de «demonizar» nada, pero sí ha puesto de relieve que en la situación actual «los jóvenes no tienen pisos para estudiar durante el año».

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