Coasa, el proveedor gallego de Airbus, encadena tres años en pérdidas en pleno cierre de fábricas

Aernnova viene de anunciar el cierre de su planta de Sevilla al entender que atraviesa una situación financiera insalvable, pero en la planta de Ourense continúa la tranquilidad e incluso ha aumentado la carga de trabajo pese a los números rojos

De izquierda a derecha, Hipólito Suarez, director general de Aernnova; Iñaki López Gandásegui, presidente; Ricardo Chocarro, consejero delegado; y Ricardo Moro, jefe de Operaciones

De izquierda a derecha, Hipólito Suarez, director general de Aernnova; Iñaki López Gandásegui, presidente; Ricardo Chocarro, consejero delegado; y Ricardo Moro, jefe de Operaciones

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Un estudio promovido por el Consorcio Aeronáutico Gallego señalaba que las empresas del sector sumaban en Galicia casi 4.000 empleos y tenían unos ingresos de explotación superiores a los 450 millones al año hasta el ejercicio de 2020, cuando la pandemia del Covid cortocircuitó la actividad y provocó una grave crisis en la cadena de valor. Uno de los integrantes más ilustres de la aeronáutica gallega es Coasa, antigua fábrica de Gamesa en el polígono ourensano de San Cibrao, ahora integrada en Aernnova. El grupo vasco consolida una cifra de negocio próxima a los 800 millones, cuenta con más de 5.000 empleados y 16 centros de producción, por lo que es un actor relevante del sector en el conjunto del Estado.

Además de por su trayectoria, Coasa es conocida por ser proveedor del fabricante europeo Airbus, con el que mantiene una dilatada relación comercial. La empresa venía de una etapa muy positiva, acumulando beneficios en todos los ejercicios entre 2015 y 2019 y superando los 10 millones en fondos propios. Sin embargo, la pandemia truncó esta dinámica y el productor ourensano de componentes no acaba de recomponerse del golpe. Desde aquel ejercicio de 2020, en el que perdió más de 10 millones, ha finalizado otros dos cursos en números rojos.

Coasa cerró el pasado ejercicio con un resultado negativo de 3,1 millones, agravando las pérdidas de 2,2 millones de 2021. La cifra de negocio mejoró hasta los 29,6 millones, un 42% más, pero no bastó para compensar el incremento de costes del año de la inflación, por lo que el resultado de explotación arrojó números rojos por valor de 3,2 millones, el doble que en el ejercicio anterior. Cabe señalar que la facturación a cierre de 2022 estaba todavía un 20% por debajo de la previa a la pandemia y que en 2017 la empresa superó los 50 millones de ingresos, casi un 70% más que los del año pasado. Aún así, explicaba Coasa en su informe de gestión, se apreciaba una paulatina recuperación en la cartera de contratos y en aquel momento tenía en ejecución tres con Airbus y un cuarto con Embraer.

Cierre en Andalucía

Los resultados negativos de Coasa son de lo más inoportunos, pues cogen a Aernnova sacando a pasear las tijeras. La compañía que preside Iñaki López Gandásegui trasladó a la plantilla de su planta de Sevilla el pasado 10 de octubre que cerrará las instalaciones e intentará recolocar a los 120 trabajadores en otras filiales del grupo. La dirección justificó la decisión por las pérdidas continuadas que había registrado el centro andaluz durante los últimos ocho años y que, a su juicio, degeneraron en una «insalvable situación económica».

Desde 2016, las instalaciones sevillanas acumularon más de 50 millones en números rojos, lo que obligó a Aernnova a realizar aportaciones de capital para sacar a su filial de la quiebra técnica, canalizadas generalmente a través de préstamos concedidos por la matriz. También se realizó una inversión de 9 millones para ampliar la actividad del centro sevillano en el área de componentes, de manera que pudiera compensar la baja demanda para el montaje de estructuras aeronáuticas, su otra rama de actividad. Ninguna de las dos cosas funcionó, a juicio de Aernnova, que decidió bajar la persiana de la fábrica.

Tranquilidad en Ourense

La situación en Galicia, sin embargo, parece distinta. A pesar de los resultados negativos que encadenan las instalaciones desde el Covid, fuentes de la plantilla aseguran que están tranquilos y que el volumen de trabajo, de hecho, ha aumentado en esta segunda mitad del año. En la planta ourensana trabajan unos 300 empleados. En su informe de gestión, Coasa explicaba que en el actual ejercicio continuaba notándose un importante impacto del «tensionamiento de la cadena de suministro» y que esperaba un aumento de precios en la mayoría de programas, tanto los que tenía en desarrollo como los futuros que pudiera captar. Esto facilitará un nuevo incremento de facturación que lleve a la fábrica a volúmenes de negocio similares a los que tenía antes de la pandemia, aunque está por ver si será capaz de generar beneficios ante el alza de los costes.

Coasa finalizó 2022 con un fondo de maniobra negativo de 7 millones y un patrimonio neto de 1,5 millones. Esta situación patrimonial hace que, de incurrir en más números rojos, Aernnova tenga que inyectar capital en la filial para equilibrar el balance. La matriz, en todo caso, ya es el principal financiador de la empresa ourensana, que le debe casi 12 millones de euros. «La sociedad tiene garantizada en todo momento sus necesidades de liquidez mediante la financiación recibida del socio único, el cual ha manifestado expresamente que prestará apoyo financiero para asegurar la continuidad de las operaciones», recogen las cuentas del fabricante gallego.

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