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Paso atrás de Fernando Romero: el nuevo CEO dirigirá el día a día de EiDF tras la crisis
La compañía, que trata de salir de la crisis provocada por las dudas de los auditores sobre sus cuentas, aprueba una nueva organización en la que Fernando Romero presidirá el consejo y sus antiguas funciones ejecutivas, el día a día de la empresa, estará en manos del CEO, Joaquín Galí
El consejo de administración de EiDF aprobó en octubre un nuevo modelo de gobernanza con el que pretende iniciar la nueva etapa de la compañía tras la crisis que se llevó por delante el 85% de su valor en bolsa. La reorganización interna era uno de los compromisos que explicitó el grupo gallego de renovables para profesionalizar la gestión y establecer mecanismos de control que eviten líos contables como los detectados en primera instancia por PwC y ratificados posteriormente por un informe forensic de Deloitte. Las acciones de EiDF estuvieron suspendidas durante cuatro meses por el retraso en la presentación de las cuentas anuales, generando una crisis de reputación de la que el grupo todavía intenta reponerse.
La nueva estructura de gobierno corporativo tiene como principal consecuencia el cambio de rol del presidente y primer accionista de la compañía, Fernando Romero, jefe de todo en EiDF en el periodo dorado que los llevó a superar los 1.000 millones de capitalización y planear el salto al continuo. Romero se mantendrá como presidente, pero ya no estará, al menos sobre el papel, en la gestión diaria de la empresa, delegando sus funciones ejecutivas en el nuevo consejero delegado, Joaquín Galí Rogent, nombrado para el puesto el mes pasado.
Según el documento remitido al BME Growth, el presidente de EiDF tendrá como funciones liderar el consejo de administración, dirigir a la sociedad hacia el planteamiento estratégico aprobado por los accionistas, vigilar el buen hacer de los directivos y velar por los intereses de los accionistas. La gestión diaria del negocio pasa a manos de Joaquín Galí, quien estará encargado de establecer los objetivos y estrategias del grupo y de representarlo ante los accionistas y los medios de comunicación.
«El nuevo consejero delegado deberá, tras profundizar en el conocimiento de la sociedad y de sus necesidades, decidir las nuevas funciones y la estructura adecuada para su correcto funcionamiento, procediendo a la propuesta de contrataciones que estime oportunas», añade EiDF. Galí tendrá además que «supervisar y coordinar a los altos directivos» y «liderar el desarrollo del plan de negocio», rindiendo cuentas ante el consejo de administración.
La separación de los dos roles inaugura una bicefalia inédita hasta ahora en el grupo de renovables, con Romero enfocado en la supervisión y apartado del día a día. El paso atrás no coge por sorpresa, pues desde el momento en que presentó sus cuentas anuales de 2022 para poner fin a la suspensión de cotización, EiDF anunció que daría un vuelco a su cúpula y a su gobierno corporativo, y que ficharía a un consejero delegado, a un director financiero y a un director de operaciones.
Nueva venta de acciones a Laurion
Con la reorganización, Fernando Romero pierde su condición de consejero ejecutivo y pasa a dominical en representación del primer accionista, Prosol. A lo largo de la crisis de la patrimonial del empresario ha diluido su participación, que se redujo desde el 72% hasta el 52% del capital, principalmente por la venta de títulos a Laurion Group. La single family office domiciliada en Luxemburgo se ha convertido en el segundo accionista del grupo especializado en autoconsumo solar, al alcanzar un 12,5% de participación, por encima de Mass Investment (8,31%) y de Memento Gestion (6,63%).
Laurion emergió el pasado octubre como uno de los accionistas significativos de EiDF, cuando alcanzó el 5% del capital. Ahora, eleva esa participación hasta el 12,5% tras comprar nuevamente parte de los títulos que estaban en manos de Fernando Romero. En un comunicado que envió EiDF a los medios de comunicación en nombre de Laurion, el inversor asegura que empezó a apoyar a la cotizada gallega en el verano de 2022, cuando las acciones tenían un precio próximo a los 20 euros.
«Nuestro apoyo no solo ha sido financiero, también hemos puesto soluciones a disposición de la compañía a lo largo de los últimos meses para ayudar a cumplir con sus objetivos de reducción de deuda y desconsolidación de la unidad de generación. El resultado ha sido el ya conocido públicamente, y que refleja la propia auditoria semestral emitida por PWC: reducción masiva de la deuda de la compañía y un plan de acción de cara a cierres de año 2023 para acabar prácticamente sin deuda, tal como demuestran los recién publicados acuerdos con Brookfield y Atitlan«, dice Laurion, que tiene como representante en el consejo de EiDF a Tiago Moreira Salgado.