Navantia, entre las favoritas para comprar su socia quebrada en Reino Unido, que tiene cuatro astilleros

El 'Financial Times' sitúa a Navantia como una de las principales candidatas por la compra el astillero de su socia Harland & Wolff en Belfast semanas después de su entrada en concurso de acreedores

Ricardo Domínguez, presidente de Navantia

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El nombre de Navantia emerge en las quinielas sobre el futuro de Harland & Wolff. El Financial Times apunta a la empresa pública española como una de las candidatas mejor posicionadas para hacerse con las riendas de esta empresa británica (conocida por construir el Titanic a comienzos del siglo pasado) que cuenta con astilleros en Belfast (Irlanda del Norte), Appledore (Inglaterra), Methil y Arnish (estos dos últimos se ubican en Escocia).

De acuerdo al medio especializado «el Gobierno británico es tratando de persuadir» a Navantia para pujar por las cuatro instalaciones semanas después de que Harland & Wolff consumase su entrada en concurso de acreedores. Desde el Financial Times subrayan que uno de los principales puntos de fricción radicaría en que la empresa que capitanea Ricardo Domínguez estaría interesada en adquirir únicamente el astillero de Belfast. Este es el que precisamente ocupa un papel clave en el macrocontrato que ambas firmas se adjudicaron hace dos años junto a BMT para renovar la flota de la Royal Navy.

El contrato estrella en Reino Unido

A través de su alianza en el denominado Team Resolute, Navantia, Harland & Wolff y BMT se impusieron en 2022 a Japan Marine United Corporation y al consorcio formado por BAE SystemsBabcock Cammel Laird y lograron la licitación de un contrato valorado en 1.600 millones de libras (unos 1.900 millones de euros). El encargo consistía en la construcción de tres buques auxiliares dentro del programa Fleet Solid Support (FSS). Cada una de las embarcaciones rondaría los 216 metros de eslora y las previsiones apuntaban a 2025 como la fecha de inicio de la producción de los bloques con la idea de que los barcos estuviesen operativos en 2032.

Según la información que el Gobierno que entonces presidía Rishi Sunak aportó en la Cámara de los Comunes de Reino Unido, el plan inicial pasaba por que 14 de los 21 bloques que conformarán estas tres embarcaciones se construyesen entre Belfast y Appledore, mientras que de los siete restantes se encargaría Puerto Real (Cádiz). Las tareas de ensamblaje y los acabados finales tendrían lugar, por su parte, en Belfast y, de acuerdo a los sindicatos británicos, el 60% del valor del encargo recaería en las islas mientras que el 40% restante se quedaría en España.

Sobre este astillero giran ahora todas las miradas en Reino Unido. De acuerdo al Financial Times, Navantia habría mostrado su interés por el astillero de la capital norirlandesa, pero desde el Ejecutivo británico se estaría «tratando de convencer a Navantia para comprar también los otros tres astilleros de Harland & Wolff».

La crisis de Harland & Wolff

Harland & Wolff ha presentado la declaración de entrada en concurso de acreedores tras anotarse unas pérdidas operativas por valor de 24,7 millones de libras (unos 29,4 millones de euros al cambio actual) en 2023 pese a haber triplicado su facturación, según indica el Financial Times. El macrocontrato con Navantia se erigía como una pieza clave para el futuro de una compañía, Harland & Wolff, que veía de esta manera la oportunidad de finalizar la construcción de un buque en su astillero de Belfast (en el que operan unos 600 trabajadores) algo que no había ocurrido en las dos últimas décadas.

Además del supuesto interés por parte de Navantia que ha aflorado el Financial Times, otros medios de las islas como es el caso de Sky apuntan a Babcock como posible compradora de Harland & Wolff, lo que reforzaría su liderazgo en el sector naval del país junto a BAE Systems.

Recorte de personal y vuelco a la cúpula

Con la búsqueda de un comprador en su horizonte, la sociedad holding a través de la cual la firma controla sus operaciones en estos cuatro astilleros ha anunciado un plan de recorte de personal tras anunciar cambios en su cúpula para dar entrada a profesionales de la consultora Teneo. “Lamentablemente, los administradores se verán obligados a reducir su plantilla tras su nombramiento. Se mantendrá a un grupo de empleados para proporcionar ciertos servicios requeridos a las empresas operativas en virtud de un acuerdo de servicios de transición», ha apuntado la firma a través de un comunicado.

Harland & Wolff, que en julio vio cómo naufragaba su petición de ayudas públicas por valor de 200 millones de libras (238 millones de euros) al Gobierno británico, se encamina, de esta manera, a su segundo cambio de manos en cinco años. En 2019 fue la sociedad InfraStrata la que acudió a su rescate tras desembolsar 6 millones de libras después de que, al igual que ahora, la empresa se declarase en quiebra.

Ahora la firma busca una solución similar con la incógnita de si la venta se realizará con los cuatro astilleros de manera conjunta o por separado. Para ello, la firma ha cesado a su anterior consejero delegado, John Wood, para reemplazarlo por Russell Downs, experto en reestructuraciones, que está considerado el enlace con Rothschild Bank (entidad que ha sido designada como asesora tras el estallido de la crisis) para buscar una solución de futuro para la empresa.

Además de Wood, Harland & Wolff ha afrontado en estos tres últimos meses la renuncia de su antiguo presidente, Malcolm Groat, la de los ejecutivos Jonathon Band y Katya Zotova y la del director financiero, Arun Raman.

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