La minera de Touro espera generar un negocio de 2.200 millones en quince años
Cobre San Rafael espera extraer de la mina a cielo abierto de Touro 102,7 millones de toneladas de cobre en toda su vida útil
La mina de cobre de Touro es viable económicamente y en los más de 15 años de vida que se le presuponen, sumará unos ingresos netos de 2.127 millones de euros, según los cálculos de su promotor, Cobre San Rafael, en cuyo accionariado conviven Explotaciones Gallegas y Atalaya Mining.
La vida de la minera
La compañía quema etapas y acaba de iniciar la fase de exposición pública del proyecto, que pasa por volver a poner en marcha un antiguo yacimiento minero que fue operado entre los años 1973 y 1986 y que pretende extraer unos 100 millones de toneladas de cobre.
Según la documentación consultada por Economía Digital Galicia, la materialización del proyecto se extendería sobre 800 hectáreas de terreno. De la explotación de minería a cielo abierto, según los cálculos de la compañía promotora, se podrán extraer 102 millones de toneladas de mineral en un tiempo acotado, y es que la vida de explotación de la mina se calcula en unos 14 años: 13 años de explotación de los recursos y uno más de producción en la planta, procesando el mineral acumulado. Teniendo en cuenta, además, que los trabajos de construcción llevarán unos 18 meses y la clausura un año más, la vida total del proyecto se alargará hasta los 16 años y medio.
El proyecto plantea “un abastecimiento constante de mineral a la planta de procesado, contemplando el tratamiento de 8 millones de toneladas al año de mineral a lo largo de toda la vida del proyecto, exceptuando los tres primeros años de producción, en los que se contempla 5 millones de toneladas al año”.
Cómo se financia el proyecto
Cobre San Rafael estima que las inversiones iniciales a acometer para poner a punto la mina ascenderán a 195 millones de euros (si bien a lo largo de toda la vida de la mina, de salir adelante el proyecto, se estiman entre gastos corrientes e inversiones, un presupuesto de 1.200 millones de euros).
Explican los promotores del proyecto que la financiación del mismo queda garantizada. Está previsto que un 55% de los fondos necesarios procedan de recursos propios de los accionistas mientras que el resto “será financiado mediante fuentes externas, principalmente mediante préstamos con entidades financieras y asimilables a largo plazo”.
Los cálculos de Cobre San Rafael
Pero Cobre San Rafael, que asegura que generará 400 puestos de trabajo directos y cerca de 1.500 indirectos, también ha calculado los ingresos que estima recibir en los años en los que el yacimiento se mantenga operativo. La cifra de negocio procederá “de la venta de concentrado de cobre”, el producto resultante de procesar el mineral en la planta de Touro y que tiene un contenido mínimo del 22% de cobre.
“Los ingresos obtenidos por la venta de concentrado de cobre dependen directamente del volumen de producción anual de cobre y del precio de mercado de la materia prima”, apunta la empresa, que en el proyecto presentado ante la Xunta expone sus cuentas.
Así, indica que el coste del transporte terrestre a puerto para una producción de entre cinco y ocho toneladas por año, oscila entre los 9,39 y 8,9 euros por tonelada, mientras que los costes de control y carga en almacén podrían llegar a los 8,22 euros/tonelada. El precio estimado del tratamiento del mineral es de 87,5 euros/tn mientras que el refino es de 0,09 euros.
Para que el proyecto de la mina reciba el ok de la Xunta también tiene que garantizar su rentabilidad. La compañía minera asegura que es rentable y que, durante los años de explotación, en los que llevará a la planta esos 100 millones de toneladas de mineral, alcanzará unas ventas de 2.364 millones de euros y unos ingresos netos de 2.127 millones de euros, además de un ebitda que sumará 1.115 millones de euros.
Rueda
A respecto de la propuesta minera, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha defendido la legalidad de que se tramite un nuevo proyecto para la mina de Touro y O Pino. «Respetando la opinión de organizaciones ecologistas, hay ciertas a las organizaciones que, se presente lo que se presente, estoy seguro que nunca les va a valer», aseveró.
A preguntas de los medios sobre qué cambió en cuatro años para que este proyecto pasase de ser denegado por la Xunta por motivos ambientales en 2020 a pasar a ser un proyecto industrial estratégico, Rueda ha dicho «no conocer» la documentación, pero agrega: «Lo que conozco, tengo constancia y estoy seguro fue que estuvo evaluada por técnicos absolutamente estrictos y profesionales».
Añade sobre los técnicos que «si el algún momento tomaron una decisión y ahora toman otra, o toman en el futuro la que sea, se basa en el examen de una nueva documentación que variaría las circunstancias».