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Megasa para sus dos fábricas de Portugal y alerta del coste de la energía: “Es insostenible”
El grupo de la familia Freire estará sin actividad durante tres días en las plantas de Seixal y Maia y advierte que este recorte drástico de producción es "insostenible a corto plazo"; en la pasada crisis energética detuvo también las factorías de Narón y Zaragoza
Un día después del homenaje que los empresarios de Ferrolterra rindieron a Megasa, el mayor grupo siderúrgico gallego lanzaba un SOS en toda regla y por la vía de los hechos consumados. La compañía de la familia Freire ha detenido la producción de sus dos fábricas de Portugal, la conocida como Siderurgia Nacional con plantas en Maia y Seixal. El parón se prolongará, según estima le empresa, al menos durante dos días más, debido a los altos costes energéticos que están afrontando las factorías, que conforman la mayor industria electrointensiva del país vecino.
El frenazo de Megasa tiene un precedente reciente en la escalada de precios que se produjo desde finales de 2021 y durante 2022, agravada por la invasión rusa de Ucrania. Entonces, los Freire también detuvieron la actividad en Portugal unos días antes de hacer lo propio en las fábricas de Narón —Megasa Siderúrgica— y de Zaragoza —Megasider–, una antigua planta de ArcelorMittal que compró en 2016.
La compañía gallega cuenta en territorio luso con 700 trabajadores, genera otros 3.500 empleos indirectos y exporta productos por valor de unos 900 millones de euros anuales. En el pasado ejercicio, las fábricas lusas aportaron 22,6 millones de beneficios al grupo, pero se quedaron muy lejos de la contribución del negocio español, que generó casi el triple de ganancias, 60,8 millones. Antes de la crisis energética, en 2021, los beneficios de las factorías lusas habían alcanzado los 86,5 millones.
La situación insostenible
Megasa explicó este martes que la escalada en el precio de la luz está imposibilitando el funcionamiento regular de las fábricas. Los Freire, como ya hicieron en repetidas ocasiones en Narón y en el resto de plantas durante 2022, deciden el trabajo diario en función de los costes eléctricos diarios en cada franja horaria. Sin embargo, señalan que «a corto plazo, esta reducción drástica en la producción es económicamente insostenible«.
Por ello expresa la compañía su voluntad de buscar «activamente» soluciones para desvincular sus costes del precio del gas natural, por lo que está invirtiendo en proyectos de autoconsumo renovables que garanticen su competitividad frente a las factorías de otros países. Este año anunció un acuerdo con Greenvolt para instalar paneles fotovoltaicos en Maia, mientras que, según añade la empresa, los proyectos de Seixal «están pendientes de la aprobación de las autoridades públicas locales y estatales».
Desventaja frente a competidores
La argumentación de Megasa recuerda inevitablemente a los obstáculos que menciona la industria electrointensiva en España o a los temas que se abordan en crisis como la de Alcoa en San Cibrao. La compañía reclama una «clarificación» de las normativas nacionales y europeas en materia energética. «Megasa se encuentra en desventaja frente a sus competidores europeos que, en algunos países, ya se beneficio del estatuto de electrointensivas, garantizándoles una diferenciación de costes que las vuelve competitivas», asevera.
El grupo siderúrgico dice que existe un «riesgo real» de que la situación se agrave y de que las fábricas se vuelvan inviables. «Es urgente la adopción de medidas mitigadoras de la crisis», señala, ofreciéndose a trabajar con el Gobierno y con el resto de entidades públicas para «diseñar e implementar medidas que puedan ayudar al sector a enfrentar un futuro que se avecina difícil», remata Megasa.
El incremento de los precios
Después de que amainara la crisis energética de 2022, que derivó en la excepción ibérica, el tope temporal al precio del gas, los precios están subiendo de nuevo en este 2024. En el primer semestre del ejercicio, registraron un incremento del 19% para los consumidores no domésticos en comparación con el mismo periodo de 2023, según los datos de la Entidade Reguladora dos Serviços Energéticos (ERSE), que atribuyó el alza a los costes de interés económico general (CIEG) que se repercuten sobre el precio final.
«España presenta una reducción del precio de la electricidad del 16%. El área Euro y la Unión Europea presentan también un descenso de precios respecto al semestre homólogo del 13% en ambos casos. Aún así, el precio medio en Portugal se mantiene por debajo de los precios de España, la UE y la Zona Euro», decía el organismo.