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La naviera del vertido de pélets afronta una lluvia de demandas por perder 700 contenedores en el Pacífico
Los clientes demandaron a Maersk en cascada por perder su mercancía durante un viaje entre China y EEUU a causa de una tormenta; la naviera estuvo el año pasado intentado alcanzar acuerdos con las empresas para evitar el juicio
El extravío de contenedores en el mar, como el que provocó la llegada de pélets a las playas gallegas, no son inusuales. Tampoco para la naviera Maersk, la empresa que fletó el Toconao y que perdió otros 46 contenedores en aguas de Dinamarca el mismo mes que dejó escapar las bolas de plástico frente a la costa de Viana do Castelo. El grupo danés, uno de los mayores operadores mundiales del sector, vive sucesos similares todos los ejercicios, pues decenas de sus contenedores acaban todos los años en el mar. Un episodio especialmente grave se vivió en 2019, obligando a la compañía a fajarse para llegar a acuerdos y minimizar el recorrido judicial de una cascada de demandas de sus clientes por perder sus mercancías en el Pacífico.
Durante el año pasado, Maersk estuvo negociando con empresas que presentaron reclamaciones debido a la pérdida de sus efectos durante un trayecto entre China y Estados Unidos. Entre las demandantes estuvieron la firma de calzado Skechers o grupos logísticos como Flexport y J.B. Hunt. La naviera extravió unos 700 contenedores en una tormenta que azotó el buque Maersk Essen cuando transitaba a 450 millas náuticas de Hawai. La información trasladada inicialmente por el grupo cifró la pérdida en 750 contenedores, aunque la investigación realizada por la junta de accidentes marítimos de Dinamarca (DMAIB) habla de 689 unidades que cayeron por la borda debido al balanceo del navío.
Es, en cualquier caso, el mayor vertido registrado por Maersk en, al menos, una década y derivó en una lluvia de reclamaciones se sus clientes. El medio danés Finans cuantificó una treintena de demandas procedentes de Estados Unidos por un valor de varios millones de dólares. Las causas promovidas por las aseguradoras de las empresas afectadas y de los grupos logísticos que contrataron a la naviera se agruparon en un solo caso en los tribunales de Nueva York. El pasado 5 de mayo, la defensa de Maersk comunicó a la corte que llegó a acuerdos con varios de los demandantes y que mantenía negociaciones avanzadas con otros, por lo que esperaba que «la mayoría de reclamaciones se resuelvan o desestimen en el transcurso de las próximas semanas».
La naviera resolvió mediante acuerdos con las partes afectadas la mayor parte del procedimiento antes de afrontar la crisis de los pélets en Galicia, que investiga la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo por el posible daño ambiental generado por el plástico. Cabe señalar que las demandas se presentaron no solo contra Maersk, sino también contra el propietario del portacontenedores, la china Jiamao Internation Ship Lease, y contra MSC, el otro gran grupo del sector que tiene alianzas en la ruta para compartir buques con Maersk. En el caso del Toconao, el buque pertenece a una empresa domiciliada en Bermudas, Polar 3 Ltd, una de las filiales que utiliza el grupo Columbia Ship Management para controlar su flota.
Las navieras pierden 1.500 contenedores al año
Fuentes de Maersk explicaron al medio especializado Shipping Watch que los procedimientos judiciales son habituales en los casos de pérdidas de contenedores. «Podemos decir que, en relación con los contenedores perdidos, las demandas son una herramienta muy común en el sector marítimo. No surge de un conflicto sino que, en general, se hace para invocar una reclamación de compensación dentro de un plazo, que habitualmente es un año después del incidente. Estas demandas provienen principalmente de compañías de seguros», apuntó la compañía danesa. El principal problema para las navieras es el encarecimiento de las primas de sus propios seguros.
Si las acciones legales son habituales en los casos de extravío de contenedores, como dice Maersk, entonces se producen todos los años, pues en cada ejercicio hay centenares que acaban en el mar. Así lo recoge el estudio realizado por World Shipping Council, la principal asociación empresarial del sector, en el que cifra en una media de 1.566 los contenedores perdidos en el océano desde el año 2008. Entre 2020 y 2022 los extravíos habrían aumentado hasta los 2.301 contenedores anuales, en parte, debido al incidente de Maersk en la ruta entre Xiamen y Los Ángeles.
La patronal, cuyos asociados aglutinan el 90% de la capacidad mundial de portacontenedores, destaca que las pérdidas representan un porcentaje muy bajo respecto a las unidades que mueven las navieras en cada ejercicio. Pone como ejemplo que en 2022 se perdieron 661 contenedores, el 0,00026% de los 250 millones transportados.