La ‘venta rápida’ de San Cibrao rompe con la estrategia de desinversiones de Alcoa de los últimos años

Mientras que las fábricas de A Coruña y Avilés encaran un nuevo futuro tras la quiebra alejadas del negocio del aluminio, el pasado año la multinacional cerró una fundición en Washington cuyo negocio ahora está ligado a la producción de hidrógeno verde

Fábrica de aluminio primario de Alcoa en San Cibrao

Alcoa abre la posibilidad de una venta rápida del complejo de San Cibrao Foto: Eliseo Trigo/EFE

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Alcoa ha iniciado el proceso de venta del complejo de San Cibrao, englobando tanto la factoría de aluminio primario como la de alúmina. Lo anunció la semana pasada, en el marco de la reunión de la mesa de seguimiento de la compañía, celebrada en Madrid ante la presencia de representantes de los trabajadores, la Xunta y el Ministerio de Industria. Aseguró que había iniciado ya una conference call para detectar posibles interesados y que esperaba comenzar con contactos no oficiales en mayo para, al mes siguiente, junio, tener ya sobre la mesa ofertas vinculantes. La intención, por tanto, articular una venta rápida que será mirada con lupa por las administraciones públicas. Un proceso urgente que rompe con la estrategia habitual de cierres y desinversiones de los de Pittsburgh, por lo menos, los llevados a cabo en los últimos años.

El ejemplo más claro hay que buscarlo en Washington, en Ferndale. En el verano de 2020, mientras Alcoa trataba sin éxito de articular un ERE en la fundición de aluminio de San Cibrao para unas 500 personas, activó también el proceso de desmantelamiento de una factoría similar en Estados Unidos en la que trabajaban unas 700 personas. Unos meses antes, el por aquel entonces presidente de la compañía, Roy Harvey, anunció una reducción drástica de la actividad en esa planta debido a las pérdidas que acumulaba por los precios de la energía. Cuentas las crónicas, que los políticos locales trataron de favorecer una venta rápida que nunca llegó, recordando, además, que durante años la empresa había logrado pactar unos precios energéticos ventajosos para garantizar su continuidad.

Aquel año, Alcoa no pudo llevar a cabo el ERE que pretendía poner en marcha en A Mariña lucense, que fue tumbado por la justicia, pero sí comenzó el desmantelamiento efectivo de la planta americana, que dejó de producir y comenzó un rápido proceso de reducción de plantilla. No obstante, para el cierre efectivo del negocio hubo que esperar hasta 2023. El pasado año, en el mes de marzo, la compañía anunció el cierre de su fundición de aluminio en el estado de Washington, que estaba “inactiva” desde 2020.

La fundición que sí cerró en 2020

Después de esos tres años de parón, los de Pittsburgh indicaron que estaban dispuestos a favorecer la entrada de nuevas oportunidades de negocio, pero ya alejadas del aluminio. “El anuncio del cierre inicia un proceso para preparar el sitio para nuevas oportunidades de desarrollo de negocio. La fundición de Intalco funcionó durante casi 55 años, y hemos dedicado mucho tiempo a evaluar opciones para el activo, incluida una posible venta”, apuntó Harvey entonces. “Sin embargo, nuestro análisis indica que la instalación no puede ser competitiva a largo plazo”, argumentó, para explicar que la fundición había apagado sus cubas en 2020 “en medio de condiciones de mercado en declive y altos costos de insumos”. “La fundición, que comenzó a funcionar en 1966, carece de acceso a energía a precios competitivos y habría requerido importantes gastos de capital para reiniciarla”, expuso.

Así, explicó que había llegado a un acuerdo con la canadiense AltaGas por la que esta se quedaría, aproximadamente, con unos 1.600 acres de Intalco. Ahora, según medios americanos, esta compañía exploraría la posibilidad de poner en marcha un proyecto de hidrógeno verde, alejado por tanto de la generación de aluminio primario.

Esa operativa, la de mantener la factoría cerrada antes de venderla, para otro uso productivo, se ha reproducido también estos años en Estados Unidos. En 2021, por ejemplo, también anunció el desmantelamiento permanente de otra fundición, Wenatchee Works, en su caso, también inactiva desde 2015. De nuevo, la cúpula de Alcoa dijo que su análisis “no respaldaba una operación a largo plazo” por lo que pasaban a enfocarse a preparar el lugar “para un nuevo futuro”.

¿Es posible esa venta rápida?

Aunque el proceso no fue el mismo, en España, otros dos complejos productivos de Alcoa acabaron abandonando el negocio del aluminio. Fue en A Coruña y Avilés. Los americanos pretendían cerrar ambas plantas pero, presionados por las administraciones públicas, en 2019 iniciaron un proceso de puja que dejó ambos activos en manos del fondo Parter, que las revendería al opaco Grupo Industrial Riesgo, creando Alu Ibérica. Ambas plantas nunca volvieron a funcionar como tal. Fueron a quiebra y, de ahí, a un proceso concursal que acabó poniendo a la venta los activos. Los coruñeses se enfocan ahora a un negocio de hidrógeno verde impulsado por Ignis y Resonac, la antigua Showa Denko. Los terrenos asturianos se los quedó Windar, para centrarlos en el negocio offshore.

Con estos precedentes, San Cibrao afronta ahora un proceso de venta con numerosas incógnitas. Alcoa indicó la semana pasada que esperaba contar con ofertas vinculantes en junio, pero del mismo modo, al día siguiente de hacer esta afirmación en la reunión en Madrid, emitió un comunicado en el que explicaba que el éxito del proceso de venta es «incierto», por lo que aboga por trabajar por «una solución de viabilidad a largo plazo» e insiste en modificar el acuerdo alcanzado con los trabajadores, al tiempo que apuesta por medidas en el ámbito laboral que presentará al comité.

Asegura que un análisis financiero del complejo de San Cibrao pronostica unas pérdidas de más de 600 millones de dólares entre 2024 y 2026 y que solo a partir de 2027 se empezará a producir «un flujo de caja positivo», a la vez que advierte que los fondos que reserva para su negocio en España se agotarán en la segunda mitad de este ejercicio, por lo que podría enfrentarse «a una situación de insolvencia».

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