La mutación de Altri: ni producción, ni toneladas, ni empleos coinciden con el plan inicial

El proyecto de fibras textiles de Palas de Rei ha ido variando en los dos últimos años: los 2.500 empleos que anunciaban Altri y la Xunta se han quedado en 500 trabajadores y la ambición de crear otros 2.000 puestos indirectos; la pastera lusa preveía producir 200.000 toneladas de pasta soluble en 2022 y, ahora, el doble

Instalaciones del centro de biodiversidad de Altri

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La intención de la pastera lusa Altri de poner en marcha una fábrica de fibras textiles en Palas de Rei (Lugo) divide a buena parte de la opinión pública movida por los diferentes posicionamientos políticos alrededor del proyecto, que tiene la catalogación de “estratégico” por parte de la Xunta de Galicia. Colectivos ambientalistas, patrimoniales, sindicatos y los partidos de la oposición, BNG y PSdeG, rechazan o, cuanto menos, siembran dudas sobre la propuesta por la afectación que podría tener en el entorno, especialmente en el río Ulla y su desembocadura, en la Ría de Arousa. El PP, que gobierna con mayoría absoluta, y los empresarios, especialmente los del sector forestal, defienden las bondades de un negocio que, aseguran, la comunidad no puede dejar escapar.

Esta semana, en el marco del debate parlamentario por la investidura de Alfonso Rueda como presidente de la Xunta, la guerra política a causa de Altri y el proyecto Gama se recrudeció. Tanto Ana Pontón como José Ramón Gómez Besteiro, por parte del BNG y del PSdeG, aseguran que la Xunta ocultó datos sobre la realidad del proyecto de Altri como que, además de lyocell, tejido artificial fabricado a partir de pasta de madera, también generará celulosa en grandes cantidades. “Ustedes mintieron u escondieron el proyecto en campaña electoral, y ahora que sabemos por qué lo escondieron sabemos que no hablamos de una fábrica que cierra el ciclo productivo, sino de una macrocelulosa”, insistió la líder de los nacionalistas gallegos.

El recién nombrado presidente de la Xunta negó la mayor y aseguró que no ha habido ningún cambio en el proyecto desde el inicio, cuando fue apoyado unánimemente por los grupos de la Cámara. “No hay nada diferente de lo que se dijo al principio”, aseguró, para insistir en que la Xunta velará por el respeto ambiental. “Si Altri cumple irá adelante y, si no, no irá bajo ningún concepto”, zanjó.

Pero, ¿es verdad que el proyecto de Altri ha cambiado en alguna de sus magnitudes desde que comenzó a hablarse de él, hace ya dos años? La hemeroteca dice que sí, especialmente en lo que tiene que ver con la producción de la fábrica y las toneladas generadas.

La clave del ‘lyocell’

Del proyecto de fibras textiles empezó a hablarse en Galicia en octubre de 2021, siendo aún presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo. Se anunció que era una iniciativa clave de cara a la captación de fondos Next Generation y estaba llamado a ser uno de los denominados proyectos tractores que gestionaría la sociedad público-privada Impulsa. Tras anunciarse que el grupo luso Altri estaba detrás del proyecto comenzaron a conocerse datos sobre el mismo.

Pero, ¿se escondió que la compañía, además de lyocell, el tejido creado a partir de la pasta de eucalipto, generaría celulosa? La realidad es que en las primeras comunicaciones al respecto, la información se centró en la producción del tejido sostenible y biodegradable, si bien es cierto que para su producción es necesaria también la pasta. Por ejemplo, si se acude a la memoria anual de Altri correspondiente al ejercicio 2021, la compañía indica que, en línea con su trayectoria de innovación y desarrollo en el sector textil y en alianza con el Gobierno de Galicia, se anunció, en octubre de ese año, que se estaba evaluando la puesta en marcha de un nuevo proyecto industrial. “Este proyecto prevé la producción anual de unas 200.000 toneladas de pasta soluble y fibras sostenibles, destinadas principalmente al abastecimiento del sector textil” y encuadrado dentro del programa Next Generation de la UE y del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia de España.

Si bien Altri sí apuntaba a que estaba planeando poner en marcha un centro integrado, que produjese pasta soluble y lyocell, la realidad es que desde la Xunta las comunicaciones siempre se centraron en lo que tenía que ver con la producción de fibra textil.

Baile de toneladas

Ya en febrero de 2022, en el marco de una presentación ante inversores, del documento publicado por Altri se deduce que el complejo industrial previsto contará con dos unidades productivas: una de pasta soluble, materia prima para, posteriormente, crear las fibras textiles, y la de lyocell, el tejido sostenible al que aludió desde un primer momento la Xunta.

En el citado documento, el grupo portugués indica que su objetivo es construir en Galicia “la fábrica de lyocell más sostenible del mundo con apoyo de socios y autoridades locales”. A partir de “eucaliptos con origen certificado”, Altri levantaría una “fábrica de pasta soluble” con una capacidad de unas 200.000 toneladas anuales y una segunda de lyocell que generaría unas 100.000 toneladas, con capacidad para alcanzar las 200.000 en fases posteriores.

Presentación ante inversores de Altri con fecha de febrero de 2022

Unos meses después, en septiembre de 2022, Altri cambió sus previsiones ya que, de nuevo, en un documento de presentación ante inversores, redujo las toneladas de lyocell en una primera fase a 60.000 por año, pudiendo llegar a las 120.000.

Presentación ante inversores de Altri, con fecha septiembre de 2022

Efectivamente, esta proporción ha quedado desfasada dos años después ya que el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto, que el pasado 4 de marzo se hizo público para iniciar su trámite de exposición, indica que el objeto de negocio del complejo lucense será “la puesta en marcha de una fábrica de fibra textil a base de celulosa  “con una capacidad final de producción de 400.000 ADt/año de celulosa (soluble) (ADt: tonelada métrica de pasta secada al aire, expresada con una sequedad del 90 %) y 200.000 t/año de lyocell (tejido artificial y ecológico fabricado a partir de pasta de madera de eucalipto), que se desarrollará en una fase inicial (fase I) con una producción de 250.000 ADt/año de celulosa y 60.000 t/año de lyocell”.

En la página web que Altri habilitó para solventar dudas sobre su proyecto gallego explica que «la fábrica está diseñada para llegar a producir anualmente un máximo de 400.000 toneladas de fibras solubles que es la materia prima para aplicaciones textiles, de las cuales 200.000 toneladas serán destinadas directamente a producción de lyocell y/o otras fibras textiles». «El objetivo es que en futuro se pueda integrar la totalidad de las fibras solubles en producción de lyocell. Parte de esta ampliación puede ser hecha a partir de procesos de reciclaje de tejidos textiles a incorporar en el proceso productivo ya existente», expone.

La cotizada lusa también indica el destino de esa parte de la producción con la que en principio no parecía contarse, esas 200.000 toneladas a mayores de celulosa de las inicialmente prevista. «Una parte se utilizará directamente para producir lyocell en las propias instalaciones y otra parte se venderá a la industria de producción de fibras textiles sostenibles de características similares a la nuestra», explican.

El embrollo de los empleos

Otro de los enunciados que la oposición afea a la Xunta sobre el proyecto de fibras textiles está relacionado con la generación de empleo. En este punto, Altri asegura que siempre ha mantenido la misma estimación: la de crear “en torno a 500 puestos directos”, con diferentes cualificaciones y en sistema de turnos, ya que la actividad se desarrollará de forma permanente las 24 horas del día. Indica, además, que se generarán unos 2.000 empleos indirectos, entre servicios industriales, seguridad, limpieza, mantenimiento, logística, transporte, hostelería y sector forestal. Y, además, calcula que “se superarán los 4.000 puestos de trabajo en los momentos pico de construcción”.

El consejero delegado de la compañía, José Soares, no habló realmente de esos 500 empleos directos en su encuentro con la Xunta en Lugo en 2022. Sí que advirtió el directivo entonces que, aunque el cálculo inicial era generar 2.500 empleos, el porcentaje de directos e indirectos dependería del «diseño final de la planta». Seis meses después, el 29 de diciembre de 2022, cuando la Xunta anunció la declaración del proyecto de fibras textiles como “estratégico”, el ya presidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, reiteró que se generarían 2.500 empleos directos.

“Con una inversión superior a los 800 M€, se estima que el centro genere 2.500 puestos de trabajo directos y que genere sinergias con otros sectores clave de la economía gallega, como el forestal y el textil”, expresó el mandatario gallego.

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