La contrarreloj de Alcoa: vender San Cibrao antes de agotar los 100 millones que le quedan
El grupo americano insiste en que quiere vender el complejo de A Mariña pero apunta a su inviabilidad y ve "poco probable un apoyo gubernamental a corto plazo" que la haga competitiva
Alcoa revela su hoja de ruta para San Cibrao a través de la información que transmite al mercado. Esta semana, la multinacional del aluminio depositó ante la SEC, el equivalente americano a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la memoria correspondiente al primer trimestre de su ejercicio fiscal 2024 en la que insiste en la necesidad de vender el complejo industrial de A Mariña antes de que se acaben los fondos que ha decidido gastar en ella, algo que, sopesa, ocurrirá en la primera mitad del año.
Indican los administradores de la compañía en la documentación consultada por Economía Digital Galicia que “la refinería y la fundición incurrieron en pérdidas significativas en el primer trimestre de 2024 y en años anteriores, habiendo sido financiadas con líneas de crédito internas que ahora están cerca de mis límites”. Así, asegura que a cierre del primer trimestre del año, su negocio español cuenta “con menos de 100 millones de dólares disponibles para girar”.
Pérdidas otro año más
En su memoria trimestral indica que también “había restringido un efectivo de 86 millones de dólares” a 31 de marzo de 2023 que estaba disponible para “mejoras de capital y costes de reinicio de la fundición” y explica que “los representantes de los trabajadores rechazaron el uso” de este montante “para financiar pérdidas operativas” en la planta de aluminio primario. Así, los administradores de la planta de aluminio primario y alúmina lucense insisten en que “según las condiciones económicas actuales, y a menos que se alcance un resultado aceptable para lograr la viabilidad económica o completar la venta del complejo, se espera que las operaciones de San Cibrao incurran en pérdidas sustanciales en el resto del año”.
Alcoa asegura que se le acaban los fondos en Lugo, aunque es una contrarreloj que ella misma se impone ya que asegura que, simplemente, no está dispuesta a seguir financiando San Cibrao. La multinacional con sede en Pittsburgh que se hizo con Inespal hace 27 años advierte de que los fondos que tiene disponibles para sufragar las pérdidas en las que incurre el complejo de San Cibrao se agotarán en la segunda mitad del año. “En ese momento, Alcoa no proporcionará financiación adicional y habrá que considerar decisiones difíciles sobre el futuro del complejo”, exponen los de Bill Oplinguer.
En estos momentos, Alcoa está abordando el proceso para encontrar un comprador para todo el complejo de San Cibrao, es decir, las plantas de aluminio y de alúmina. El plan transmitido a las administraciones públicas y a los trabajadores pasa por abordar un proceso de call of interest y, este mes de mayo, obtener ofertas no vinculantes por los históricos activos de A Mariña, abordando a la fase de vinculantes en junio.
«Poco probable» apoyo gubernamental
Por el momento, parece que Alcoa ajusta al máximo los gastos que acomete en San Cibrao, si bien el comité de empresa insiste en que es fundamental que lleve a cabo la inversión comprometida del horno de ánodos, de unos 100 millones de dólares, para hacer el complejo competitivo y asegurar su futuro con un nuevo dueño. Asegura Alcoa en la documentación remitida al supervisor americano que durante el primer trimestre del año incurrió en unos “desembolsos de efectivo” de ocho millones de dólares en Lugo.
Sobre el proceso de venta, el grupo con sede en Pensilvania indica que, con el reinicio de las cubas de la planta de aluminio primario al 6% en marzo, el complejo industrial que tiene en venta “sigue siendo inviable”, unas afirmaciones que a priori parece que desincentivarían un traspaso. “Aunque tanto los precios de compra de energía como los precios de venta mejoraron durante el primer trimestre de 2024, San Cibrao sigue siendo inviable a largo plazo según los supuestos actuales y futuros del mercado para la energía entregada en España”, expone la compañía, que ve “poco probable” apoyo gubernamental “a corto plazo”.
Asegura la compañía que “cualquier solución a largo plazo”, también la de la venta, “requiere el apoyo del Gobierno y los representantes de los trabajadores”.