Altri, sobre la fábrica de Palas de Rei: «Hay alternativas, pero estamos centrados en realizar el proyecto»

El CEO de la pastera portuguesa, José Soares, asegura que la iniciativa "está muy madura" por lo que no están pensando en un "plan b", si bien advierte que, "obviamente, hay alternativas"

José Soares de Pina, consejero delegado de Altri / Altri

José Soares de Pina, consejero delegado de Altri / Altri

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El primer ejecutivo de Altri, José Soares de Pina, ha reafirmado la apuesta de la pastera portuguesa por la fábrica de Palas de Rei (Lugo), el principal proyecto impulsado desde Galicia a los fondos Next Generation en cuanto inversión, pues su construcción requerirá alrededor de 900 millones. La compañía, según explicó su CEO, está a la espera de reunir todas las condiciones necesarias para tomar la decisión final, que ha ido aplazando durante más de un año. «Especialmente en cuanto a financiación», dijo José Soares, que espera que parte de la inversión en la planta de fibras textiles se cubra con ayudas europeas.

La demora en confirmar el proyecto y el informe de resultados anuales de Altri, en el que puso el foco en otras iniciativas que está desarrollando al margen del denominado «proyecto Gama«, despertó la curiosidad de los analistas, que durante la conference call preguntaron al directivo si tenían un «plan b» a la instalación de Palas de Rei. «Seguimos muy centrados en desarrollar el proyecto, que está muy maduro, así que no estamos buscando un plan b. Siempre hemos estado trabajando simultáneamente en proyectos de crecimiento para nuestras unidades industriales. Podríamos comentar alternativas (a la fábrica gallega) porque, obviamente, las hay si fueran necesarias, pero no estamos en ese punto«, señaló el CEO del grupo portugués.

En el informe de resultados, la compañía había destacado su iniciativa para la recuperación y valorización de ácido acético de base renovable que desarrolla el complejo industrial de Caima, donde prevé producir sin necesidad de combustibles fósiles a partir de 2025. Altri cuenta con otras dos fábricas portuguesas, Celbi y Biotek, que constituyen las tres unidades de producción del grupo, a la espera de lo que suceda en Galicia.

Movimientos contra el proyecto

José Soares explicó a los analistas que el proyecto Gama está en exposición pública, lo que «ha generado mucha actividad, como era de esperar», dijo en relación a las alegaciones presentadas al plan y a las protestas de numerosos colectivos que se han posicionado contra la iniciativa, incluyendo también el BNG, primera fuerza de la oposición al Gobierno del PP en la Xunta.

La planta prevé disponer un centro de producción de pasta soluble con capacidad para 400.000 toneladas anuales y otra unidad de producción de lyocell, las fibras textiles, con la mitad de capacidad que la primera, unas 200.000 toneladas al año. El elevado consumo de agua y de eucalipto, sumado al tamaño del complejo –que inicialmente se planteó con una producción de 200.000 toneladas– y a la constatación de que una parte de las instalaciones se destinarán a producir pasta —de lo que ya informó este medio hace dos años–, han generado una importante alarma entre vecinos y grupos ecologistas. De hecho, la compañía suspendió las charlas informativas que preveía dar en los municipios de la zona ante las protestas de ciudadanos a los que achacaron una actitud «agresiva».

Rueda defiende el proyecto

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, defendió la actitud «amigable» del Gobierno gallego a la instalación de proyectos industriales en Galicia y advirtió que el rechazo a este tipo de iniciativas solo lleva al empobrecimiento. Durante la presentación de la cuarta edición del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida que impulsa Economía Digital Galicia, el dirigente autonómico insistió en el rigor de la Xunta a la hora de evaluar ambientalmente cada iniciativa y pidió confianza en el Ejecutivo gallego y en las empresas: «No hay otra administración más garantista ni más rigurosa». También recalcó que la «oposición sistemática» y «por si acaso» a la implantación de industria solo conduce a «paralizar proyectos» y a que se vayan a otros lugares, en un momento en el que es necesario «aprovechar las oportunidades.

La Xunta declaró la fábrica proyecto industrial estratégico, una figura que facilita la agilización de los trámites para obtener los permisos. La iniciativa se tramita a través de Greenfiber, una sociedad gallega en la que, además de la pastera portuguesa, participa Smarttia, la patrimonial con la que Manuel García controla Greenalia. Altri prevé que la planta genere 500 empleos directos y unos 2.000 indirectos en seguridad, limpieza, mantenimiento, transporte, hostelería o sector forestal. La construcción de las instalaciones requeriría de unos 4.000 trabajadores.

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