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El arriesgado negocio del ‘Toconao’: una multitud de socios alejados de la gestión del barco
En el transporte marítimo chárter, como el que realiza el buque que extravió los pélets, abundan las sociedades instrumentales con múltiples accionistas; la propiedad del Toconao está representada en la crisis por Columbia Ship Management, la gestora del barco, y una financiera británica
El portacontenedores Toconao tiene dos representantes en la crisis ambiental que generó la pérdida de parte de su carga frente a la costa de Viana do Castelo. Uno es Columbia Ship Management, el grupo con sede en Chipre que gestiona las operaciones del mercante, cuya titularidad radica en una sociedad domiciliada en Bermudas denominada Polar 3 Ltd. El otro es una empresa británica que se encarga de la gestión financiera y la contratación de las aseguradoras, que han mantenido contacto con la Xunta y los municipios afectados por los pélets de plástico para colaborar en las tareas de limpieza. Ambas representan a los propietarios del Toconao en una compleja estructura que la Unidad del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil trata de desmadejar por orden de la jueza que investiga el vertido en el Juzgado de Instrucción número 2 de Noia.
El caso del mercante fletado por Maersk desde 2021 no es raro en la industria del transporte marítimo chárter, actividad en la que abundan los buques controlados por sociedades instrumentales, creadas expresamente para detentar el activo y en las que participan múltiples accionistas. Estos serían los propietarios últimos de la embarcación, aunque en muchos casos se mantienen al margen de las operaciones de la misma, delegando estas funciones en empresas como Columbia Ship Management. El navío sería, en la práctica, un tipo de inversión financiera.
La estructura puede recordad a la de las agrupaciones de interés económico (AIE) que proliferaron en España al calor del tax lease o al sistema KG alemán, en el que pequeños accionistas se aliaban para financiar un barco con el objetivo de beneficiarse de sus ganancias y con el riesgo de perder la inversión o tener que poner más dinero si generaba pérdidas, como sucedió durante la crisis financiera.
La travesía del ‘Toconao’
El mercante que extravió los contenedores en aguas de Portugal provocando la marea de plásticos se construyó en 2013 en el astillero rumano de Daewoo-Mangalia Heavy Industries por encargo de Zodiac Maritime, con base de operaciones en Londres. Su rastro se difumina en 2021, coincidiendo con el time charter de Maersk. El cambio de flete, hasta entonces operado por Hapag-Lloyd, se realiza en paralelo a la venta de tres buques en una operación en la que participan fondos de inversión y la israelí XT Shipping, según explicó en su momento Alphaliner. Los barcos traspasados por por Zodiac Maritime y Eastern Pacific serían el propio Tocomano, el Tyndall y el Traiguen.
Maersk utilizará la nave para el servicio ME7 entre el norte de Europa y el Mediterráneo Columbia Ship Management ya como directora de operaciones de la embarcación. Esta empresa y la aseguradora, según aseguró la naviera, habrían contratado a dos empresas para trabajar en la limpieza de las playas afectadas por los pélets. La compañía dice que estas contratistas ya están sobre el terreno trabajando con las autoridades gallegas en los arenales y manteniendo una «vigilancia diaria» sobre la posible llegada de más plástico procedente del mar.