La fórmula de la industria gallega: “Somos diferenciales porque trabajamos para compañías con altísima exigencia”
Daniel Hermosilla y Raquel Lago, consejeros delegados de Rodiñas y Equipo Lagos, además de Inmaculada Rodríguez Cuervo, directora general de Unirisco, y Julio Sánchez Agrelo, decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros de Telecomunicacións de Galicia, analizaron las fortalezas y debilidades de la industria gallega en el foro organizado por Economía Digital Galicia y Finanzia Fintech

Daniel Hermosilla y Raquel Lago, consejeros delegados de Rodiñas y Equipo Lagos, además de Inmaculada Rodríguez Cuervo, directora general de Unirisco, y Julio Sánchez Agrelo, decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros de Telecomunicacións de Galicia, analizaron las fortalezas y debilidades de la industria gallega en el foro organizado por Economía Digital Galicia y Finanzia Fintech. Foto: ED Galicia
La gran industria gallega tiene una ventaja diferencial con respecto a la del resto de comunidades autónomas derivado de la gran exigencia de los gigantes a los que provee, más allá de los históricos casos del textil y la automoción, ligados a Inditex en el norte y a Stellantis en el sur. Es una de las reivindicaciones que se hicieron esta semana en el I Foro La industria en Galicia: presente y futuro, organizado por Economía Digital Galicia y Finanzia Fintech y que tuvo lugar en A Finca da Rocha en Santiago de Compostela.
Sobre la situación actual de la industria gallega debatieron en una primera mesa redonda Daniel Hermosilla y Raquel Lago, consejeros delegados de Rodiñas y Equipo Lagos, además de Inmaculada Rodríguez Cuervo, directora general de Unirisco, y Julio Sánchez Agrelo, decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros de Telecomunicacións de Galicia.
Reivindicar los avances de la industria
Hermosilla, CEO de Rodiñas, compañía dedicada al diseño, fabricación y montaje de elementos prefabricados de hormigón, quiso reivindicar la capacidad de las compañías gallegas del sector para crear cadenas de valor. “Siempre he tenido la sensación de que hay una idea que no se corresponde con la realidad que percibía de empresas y polígonos de Galicia. Muchas veces las palabras más repetidas son fracaso o complejos y yo tenía una percepción que no se correspondía para nada con esto”, expuso.
El directivo reivindica la necesidad de poner en valor las potencialidades de la industria gallega. “Existe una tendencia y una suerte de economía forense que se empeña en analizar los proyectos caídos y nos impide conocer todo lo que está naciendo. Analizamos por qué dejamos de producir aluminio primario, pero no hablamos de cómo logramos aquí poner en marcha el mayor polo de extrusionados de aluminio en Europa. No estamos hablando de una o dos empresas, si no de toda una cadena de valor, lo que es una ventaja competitiva de Galicia”, opinó el también coautor, junto con Antón Bahamonde, de la obra Galicia, distrito industrial. “No le estamos prestando la atención que merece a lo que se está haciendo, a la cadena de valor de las empresas de la automoción, su diversificación hacia la aeronáutica, los avances en procesos de digitalización y robotización, el sector de la madera, el contract, en el que nos estamos posicionando con empresas líderes a nivel mundial, la transformación de las compañías lácteas…”, enumeró.
Alianzas empresariales
El ejecutivo hizo un llamamiento a la necesidad de buscar alianzas empresariales para ganar en competitividad. “Ahora mismo uno de los mayores problemas en la falta de vivienda y de mano de obra. Y resulta que aquí somos líderes en granito, aluminio, madera y acero, pero para poder fabricar productos competitivos tenemos que entendernos entre todos. Si somos capaces de unirnos, entonces seremos capaces de ser competitivos”, indicó.
En la misma línea se manifestó Raquel Lago, la CEO de Equipos Lagos, empresa familiar dedicada a las cabinas de pintura fundada por su padre hace cuarenta años y que, a través de décadas, se ha ido adaptando a las necesidades del mercado, siendo una gran proveedora de la automoción que, ahora, tiene entre sus clientes habituales a gigantes como Airbus. “Necesitamos mayor colaboración entre empresas”, explicó, indicando que en estos momentos, su compañía está en proceso de alianza con un grupo industrial para poder llegar a proyecciones más importantes, camino en el que destaca la colaboración institucional de Xesgalicia y el Igape.
Aranceles e inversión en tecnología
La propietaria de la compañía habló también de las incertidumbres que abre la nueva situación arancelaria mundial, tras los anuncios de Donald Trump. A este respecto, volvió a apostar por la colaboración de las grandes cadenas de valor de la industria gallega así como la búsqueda de nuevos nichos de mercado.
“Empecé a trabajar en la década de los 2000, y en 2008 llegó la gran crisis industrial. Ahora mismo vendemos un 80% de nuestra cifra de negocio internacional en sectores que no son ni el automóvil ni la madera, cuando antes era al revés. Galicia debe competir no en precio, sino en calidad. Tenemos capacidad de trabajo y creatividad. Ahora nos encontramos con una situación compleja, pero no sabemos si puede llegar a ser una oportunidad, a lo mejor ahora nos centraremos en vender con una posición fuerte dentro de Europa. En nuestro caso, exportamos a Francia, pero también lo hacemos a Japón. Quizás la industria pueda empezar a vender en mercados en los que no tenía el foco”, expone.
A este respecto, la directora general de Unirisco apeló a un cambio de mentalidad. Inmaculada Rodríguez Cuervo lleva las riendas de la que es la única sociedad de capital riesgo universitaria autorizada por la CNMV, una entidad constituida en el año 2000 bajo el paraguas de la USC y que cuenta como accionistas a las tres universidades gallegas, además de gigantes como Abanca, Inditex, Hijos de Rivera, Gadisa, San José o Banco Santander, siendo su objetivo promover la creación de empresas que aprovechan el conocimiento generado en las universidades gallegas.
“Cuando llegó la crisis del Covid no podíamos producir mascarillas porque ni siquiera teníamos las máquinas de coser. Es preciso un cambio de mentalidad. Está claro que las políticas de Trump van a acabar impactando en el cliente, pero también estamos en un momento en el que se está reclamando más soberanía tecnológica. Durante mucho tiempo nos hemos ido descapitalizando, nos hemos dado tiros en el pie y, ahora, lo que debemos hacer es poner el foco en la inversión en ciencia y tecnología”, apuntó, para destacar la necesidad de “empresarizar el conocimiento de la universidad”. “Hay que poner en valor el altísimo conocimiento que tenemos, por ejemplo, no destacamos el nivelón de Galicia en el sector biotecnológico”, incidió.
Retener talento
En este punto, el decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros de Telecomunicacións de Galicia, Julio Sánchez Agrelo, destacó que “cuando se habla de industria, no se suele hablar del sector de las TIC”, con un peso cada vez mayor en Galicia. “Somos un sector transversal, ya que somos facilitadores. En Galicia, el sector factura unos 3.700 millones de euros anuales, somos unas 3.000 empresas que generamos unos 23.000 puestos de trabajo, además de alta cualificación. Somos una industria en sí misma, con un salario que está un 40% por encima de la media convencional”, indicó.
Así, destacó que si bien podría parecer que este sector está menos afectado por las incertidumbres que implica la guerra arancelaria, las empresas TIC podrían verse impactadas de forma indirecta. “Está claro, Si Hijos de Rivera, por poner un ejemplo, vende menos en Estados Unidos va a tener menos beneficios y, por tanto, menor capacidad o cantidad para invertir en innovación y en el sector TIC”, explicó.
Sánchez Agrelo quiso, en este punto, hacer un llamamiento a la necesidad de retener talento. “Estoy más preocupado por esto y por la generación, año tras año, de personas capaces de estar en ese sector”, declaró. “Debemos fomentar el talento tecnológico, debemos hacer que la gente sepa que va a estar trabajando, que no van a tener paro, porque nos hace falta este talento para crecer y digitalizarnos”, convino.
Al hilo, tanto Sánchez Agrelo como Rodríguez Cuervo destacaron la necesidad de colaboraciones público-privadas para poder potenciar la industria tecnológica. “No podemos esperar que el capital privado, sin incentivos, pueda apoyar michos proyectos en fase de semilla”, indicó la responsable de Unirisco.
La clave de la exigencia
A lo largo de toda la mesa de debate sobre las fortalezas y debilidades de la industria gallega, los cuatro ponentes destacaron que la empresa de la comunidad está acostumbrada a unos elevadísimos niveles de exigencia, lo que la hace especialmente competitiva.
“Hay un hecho diferencial de Galicia con respecto al resto de comunidades. Tenemos compañías con niveles de exigencia elevadísimos en cuanto a plazos o servicios y lo que ocurre es que cuando tú eres capaz de contestar a ese nivel de exigencia no bajas de ahí”, explicó el consejero delegado de Rodiñas, que puso un ejemplo claro. “Tuvimos un encargo para un centro de Amazon en Huesca. Nos preguntaton para qué empresas trabajábamos y dijimos que para Inditex. Y lo que nos contestaron fue, bueno, entonces ya está”, rememoró.
Una situación similar a la que Equipos Lagos vive con Airbus, que ha sido la mejor carta de presentación para conseguir nuevos contratos. “Mucha veces Airbus requiere un pintado de piezas y no de un avión completo. Nosotros empezamos trabajando para su delegación en Albacete y, cumplidas sus exigencias, fuimos creciendo. Eso es una barrera de entrada para muchos competidores”, comentó.
“A nivel tecnológico, somos capaces de dar la talla sobradamente. Todas las empresas de España saben del nivel de las TIC en Galicia, la clave está en que nos conozcan”, terció Sánchez Agrelo.