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Los poderes de Indra en Galicia: 1.100 trabajadores y socio clave de Abanca, Navantia y la Xunta
La compañía, que ultima la compra de Hispasat tras cambiar de presidente, cuenta con cinco centros de trabajo en Galicia, una de las comunidades con más plantilla desde la absorción de Tecnocom; la posible fusión de Minsait y Telefónica crearía la gran contratista tecnológica de la Xunta
La música que ha tocado el nuevo núcleo de accionistas de Telefónica, con la SEPI, STC y Criteria Caixa a la cabeza, ha sacado a bailar también a Indra, un gigante de las TIC y la defensa que tiene también como destacado primer accionista al grupo empresarial público dependiente del Ministerio de Hacienda, con un 25% de las acciones. La salida de Marc Murtra de la presidencia tras menos de cuatro años en el cargo para relevar a Álvarez-Pallete y la llegada de Ángel Escribano abren la puerta a movimientos estratégicos en la compañía, que tiene en el horizonte inmediato la adquisición de Hispasat a Redeia y la venta de Minsait para una eventual integración en Telefónica.
La nueva etapa, aún sin definir los caminos por los que discurrirá, afectará de lleno a Galicia, uno de los territorios de mayor implantación de Indra, que en 2016 absorbió una plantilla próxima a los 500 trabajadores en la comunidad con la adquisición por 305 millones de Tecnocom. Con esa operación se hizo fuerte en el sector financiero y eliminó un rival en los contratos para el escrutinio electoral.
Pero el personal de Indra en Galicia es mayor. Dispone de cinco centros de trabajo distribuidos en Ferrol, A Coruña, Santiago de Compostela, Vigo y Ourense. Según fuentes sindicales, la plantilla ronda los 1.100 trabajadores de los más de 30.000 que tiene en España, según su último informe de sostenibilidad. La mayoría, unos 20.000, se concentran en Madrid y Cataluña. Las mismas fuentes señalan que la provincia de A Coruña reúne a la mayor parte del personal en la comunidad.
Gran aliado tecnológico de la Xunta
El volumen de negocio en territorio gallego es más difícil de precisar, pues Indra ofrece sus datos de facturación segmentados por áreas de negocio, pero no por comunidades o centros de trabajo. Sin embargo, sí que es conocido que es una de las grandes contratistas tecnológicas de la Xunta, con adjudicaciones de la Axencia de Turismo de Galicia, de la Consellería de Emprego, del Instituto Galego de Vivenda e Solo, del Sergas o de la Amtega (Axencia para a modernización tecnolóxica de Galicia). Se encarga del soporte técnico y de los servicios TIC de la administración de Justicia en la comunidad, de cuidar del portal institucional de la Xunta y así como de la publicación del Diario Oficial de Galicia, también de los sistemas de gestión de nóminas, de la sede electrónica del Gobierno gallego o de la plataforma de administración electrónica judicial.
El año pasado, con motivo de una huelga convocada por los trabajadores de Indra para el 18 de noviembre, la Consellería de Sanidade fijó servicios mínimos en relación a seis contratos con el Sergas. Afectaban al soporte técnico y evolución de la historia clínica electrónica, al mantenimiento de determinadas aplicaciones o al servicio de atención permanente basado en el Help-Desk. En conjunto, esos servicios adjudicados a Indra superan los 13 millones.
Además, la compañía, bajo la gestión entonces de Fernando Abril Martorell, se convirtió en socio tecnológico de la Xunta para el proyecto Civil UAVs en el aeródromo de Rozas con el objetivo de desarrollar nuevas aplicaciones para drones. De hecho, Indra, junto a Inaer, fueron las encargadas de estrenar el nuevo centro con el apoyo del Gobierno gallego, que inyectó 40 millones para el desarrollo de la tecnología.
Minsait y el efecto ‘BBVA-Sabadell’
La fortaleza de Indra en la prestación de servicios tecnológicos en el sector público, especialmente con la Xunta pero también, por ejemplo, capitaneando la plataforma Coruña Smart City, haría que una integración de su área de consultoría y transformación digital en Telefónica crease el gran contratista tecnológico de la Xunta. Cabe recordar que Telefónica se hizo en 2024 con contratos del Gobierno gallego valorados en cerca de 80 millones.
Minsait es una marca que integra a varias filiales de Indra y que engloba la división de pagos y la actividad vinculada a las soluciones TIC y a la consultoría en transformación digital. Básicamente, aglutina el área más dinámica del grupo y sobre la que el Gobierno no tenía la llamada acción de oro –el derecho a veto en las decisiones– ya que no está englobada en el área de defensa. La posible venta, total o parcial, y la creación de un gigante con Telefónica es una posibilidad que ha estado sobre la mesa durante tiempo, ya en la etapa de Abril-Martorell e incluso antes, con Miguel Sebastián como ministro de Industria entre los años 2008 y 2011 en el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Ahora, los cambios en las cúpulas de las compañías y el ascenso de la SEPI en el accionariado de Telefónica reavivaron la posible integración. La adquisición de Hispasat por parte de Indra, que según Cinco Días podría cerrarse próximamente por unos 650 millones, también parece caminar en esa dirección, pues empuja al grupo hacia el sector espacial y de defensa, ya que incorporaría también la firma militar Hisdesat.
Sin embargo, en los sindicatos no despierta precisamente simpatía la operación, pues al igual que el Gobierno teme el efecto de concentración y sobre el empleo de una fusión entre BBVA y Sabadell, los trabajadores piensan lo mismo sobre Minsait y Telefónica.
Una gran fusión con grandes víctimas
«Crearían un gran jugador y provocarían grandes víctimas. Lo vemos en todas las fusiones. Esta sería una de las mayores en décadas, pero tendría una afectación en el empleo importantísima. Que esto lo ampare el estado, desde un punto de vista del empleo y de un Gobierno que se dice de izquierdas, es gravísimo», expone Óscar Calvo, de la CIG.
El sindicato considera que «más allá de la política de globo sonda que caracteriza al Gobierno», está incurriendo en una contradicción entre lo que hace y «lo que dice que quiere hacer». «Dicen que por fin el Estado interviene en la economía y, en la práctica, se está impulsando una concentración para privatizar. Para proteger el área de defensa estamos privatizando Indra, que si es una de las mayores empresas del Estado no es, precisamente, por la parte de defensa, sino por el sector tecnológico, que estamos dejando en manos de tiburones», añade.
Aliado de Navantia y Abanca
La penetración de Indra en el mercado gallego se extiende desde el sector público al privado. El pasado junio inauguró en Narón unas nuevas instalaciones de 2.400 metros cuadrados ubicadas en el polígono Río do Pozo de la localidad de Ferrolterra. El nuevo espacio está destinado a prestar apoyo logístico a la Armada, tarea que se sumaría a la actividad que realiza con Navantia, pues trabaja en los sistemas de la fragatas F-110, además de encargarse del mantenimiento de los principales sistemas electrónicos de las F-100.
En el sector privado, Indra trabaja o ha trabajado con empresas como Inditex, Luckia o Jealsa, y es uno de los grandes proveedores de Abanca, que era accionista de Tecnocom en el momento de la venta con un 20% del capital. Con la entidad que preside Juan Carlos Escotet, por ejemplo, desarrolló un servicio especializado pensado para facilitar a los clientes el acceso y gestión de ayudas de los fondos Next Generation.