Hierros Añón recorta un 60% los beneficios por el derrumbe de los precios del acero

Como le sucedió a Megasa, el grupo de Manuel Añón retrocede en ingresos, márgenes y ganancias, que se situaron en los 15,2 millones en 2023; para este año prevé una moderada mejora en los resultados, aunque los precios continuaron bajos

El empresario Manuel Añón recibe el Premio Familia Empresarial de Galicia acompañado del presidente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, José Bernardo Silveira; el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; y el director territorial Norte de CaixaBank, Juan Pedro Badiola / Asociación Gallega de la Empresa Familiar

El empresario Manuel Añón recibe el Premio Familia Empresarial de Galicia acompañado del presidente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, José Bernardo Silveira; el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; y el director territorial Norte de CaixaBank, Juan Pedro Badiola / Asociación Gallega de la Empresa Familiar

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Manuel Añón recogía este martes el Premio Familia Empresaria de Galicia, entregado por la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, con la vista puesta en la recuperación del mercado del acero, cuya depresión en el pasado ejercicio asestó un buen tijeretazo a la cuenta de resultados de su grupo siderúrgico. Hierros Añón finalizó 2023 con unos beneficios de 15,2 millones, una caída del 60% en comparación con los casi 39 millones que ganó en 2022. El retroceso, explica la compañía en su informe de gestión, se debe fundamentalmente a una caída generalizada de precios en el sector, que afectó especialmente al alambrón. Traza así una línea paralela con Megasa, el grupo de la familia Freire, que sufrió idénticas cuitas y redujo sus beneficios a la mitad en el curso pasado.

La difícil situación de mercado lastró también la cifra de negocio de Hierros Añón, que descendió un 12% respecto al ejercicio anterior, situándose en los 646 millones. El resultado de explotación retrocedió casi a la tercera parte, pasando de 66,7 millones en 2022 a 24,5 millones el curso siguiente. «A pesar de estas caídas en ventas, márgenes y resultados valoramos que el ejercicio ha tenido una evolución más que aceptable dadas las especiales y difíciles circunstancias en las que se ha desarrollado y que los ejercicios 2021 y 2022 han sido años especialmente positivos y excepcionales en el sector por lo que la comparativa entre ejercicios no da imagen de la gestión realizada y el valor de los resultados obtenidos en un entorno difícil y complejo como es el que hemos tenido en el año 2023″, argumenta la compañía.

El grupo, que integra fábricas de producto plano, tubo y largo, así como sociedades comercializadoras, se muestra optimista para 2024, en el que prevé mejorar márgenes y beneficios pese a la debilidad del consumo en el primer semestre del ejercicio. «En líneas generales esperamos moderadas mejoras en los resultados respecto al ejercicio anterior, consecuencia principalmente de la estabilidad de los márgenes, stocks a buen precio y contratos de aprovisionamiento cerrados en óptimas condiciones», señala en su memoria de ejercicio, consultada por Economía Digital a través de la plataforma Insight View.

En este curso integrará también el negocio en Francia, Reino Unido, Holanda y Bélgica de la compañía alemana de comercio de metales Klöckner, que permitirá a Hierros Añón dar un salto en internacionalización, pues tras la salida de su siderúrgica de Brasil solo operaba más allá de la frontera española con la sociedad Laminoirs des Landes, planta de fabricación y comercialización de chapa gruesa ubicada en el sur de Francia. En 2023, la factoría francesa aportó más de dos millones de beneficio al grupo de Manuel Añón.

Más allá del acero

Recordaba la Asociación Gallega de la Empresa Familiar que los Añón Suárez fueron pioneros en introducir en Galicia el corrugado y su proceso de transformación a ferralla en los años sesenta. Hierros Añón, con unos activos de 693 millones a cierre de ejercicio, es una muestra de la diversificación que vino después. La maquinaria siderúrgica que constituye la espina dorsal del grupo convive con intereses en el sector financiero o el inmobiliario, incluyendo la promoción del Parque Comercial A Revolta, en Carballo (A Coruña), o la construcción de viviendas en Foz (Lugo).

La compañía tenía 8,5 millones en fondos de inversión a cierre del pasado ejercicio y es accionista de Faes Farma, con una participación valorada en 1,6 millones, y de BBVA, aunque con una inversión muy pequeña. A pesar de estas actividades, la totalidad de los ingresos registrados el año pasado procedía del negocio siderúrgico.

La deuda de la compañía ascendía a 267,5 millones, prácticamente la misma que en el ejercicio anterior.

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