Guerra salarial en Ferroatlántica: «Consiguieron beneficios por la deslocalización durante nuestro ERTE»
El comité de empresa anuncia movilizaciones en las fábricas de Sabón, Monzón y Boo el 22 de mayo ante la negativa por parte de la empresa a negociar una subida salarial
Movilizaciones a la vista en Ferroatlántica por la negativa de la empresa a negociar subidas salariales. Los sindicatos han convocado concentraciones en los centros de trabajo de la compañía en Sabón, Boo (Cantabria), Monzón (Zaragoza) y la sede central de Madrid ante la negativa por parte de la compañía a negociar subidas salariales.
Las organizaciones sindicales que constituyen la mesa negociadora del III acuerdo marco grupo de Ferroglobe (UGT FICA, CIG, CC.OO. USO y SU) han dado este paso ante lo que definen como «enroque» por parte de la multinacional a aplicar subida alguna en los salarios pese al escenario actual marcado por la inflación (el IPC se situó en el 3,5% en 2023).
En este sentido, el presidente del comité de empresa de Ferroatlántica en Sabón reivindica el papel jugado por su plantilla en España a la hora de facilitar que la empresa se mantuviese en la senda de los beneficios. Su matriz, Ferroglobe (empresa participada al 40,2% por el Grupo Villar Mir), cerró su ejercicio fiscal 2023 con unas ganancias por valor de de 87,3 millones de dólares (81,8 millones de euros al cambio actual).
Segundo año seguido lejos de los números rojos
La cifra representa un descenso del 81% respecto a su beneficio récord de 459,5 millones de dólares (430,7 millones de euros) cosechado en 2022, pero permite a la compañía instalarse por segundo año consecutivo fuera de la zona de números rojos. No en vano, la firma venía de cosechar pérdidas por valor de 321 millones de euros entre 2020 y 2021, los dos años posteriores a la venta de activos como las fábricas de Cee y Dumbría, así como sus diez minicentrales hidráulicas en los ríos Xallas y Grande al fondo Sixth Street Partners, un negocio que recientemente ha adquirido la checa Energo-Pro.
De esta manera, Ferroglobe logró anotarse unos nuevos beneficios millonarios pese a la crisis desatada por la guerra entre Rusia y Ucrania y el posterior encarecimiento tanto de los precios de las materias primas como de la energía. Esta última cuestión motivó la puesta en marcha de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en sus tres fábricas españolas a la vuelta de verano de 2022.
Se trata de una medida inicialmente acordada para un periodo de 12 meses y que a finales del año pasado fue prorrogada por seis meses más (hasta junio de 2024) y que el comité de empresa de Sabón entiende que contribuyó de manera resaltable al resultado de Ferroglobe. «El hecho de que la empresa haya logrado tan buenos resultados el año pasado se debe en buena parte a todo lo que hemos cedido los trabajadores», apuntan fuentes del comité de empresa.
«Consiguieron beneficios por la deslocalización de producción que hicieron durante nuestro ERTE», añaden, antes de señalar a Francia y Sudáfrica (en donde Ferroglobe reabrió en 2022 su planta de silicio metal de Polokwane) como destinos de parte de las actividades que en un principio le corresponderían a factorías como el de Sabón.
La energía da un respiro a Ferroatlántica
Por todo ello, el comité de empresa emplaza a la multinacional que preside Javier López Madrid a avanzar en la senda de un acuerdo en la próxima reunión prevista en Madrid a finales de mayo. El objetivo perseguido por los sindicatos pasa por distribuir parte de estos beneficios de la compañía entre los trabajadores en España mediante unas subidas salariales que se aplicarían con carácter retroactivo desde 2023.
Este ERTE que dotó a Ferroglobe de flexibilidad para redistribuir su producción por medio mundo y que abarató sus gastos de personal se mantiene vigente, si bien su impacto a día de hoy es prácticamente nulo. El comité de empresa de Sabón asegura que la factoría se encuentra operando a pleno rendimiento, toda vez que la energía se encuentra a precios «casi regalados».
Este abaratamiento de los precios de la electricidad ha permitido la reactivación del complejo arteixano pese al atasco judicial con algunos de los parques eólicos que en un principio están llamados a abastecer a la planta mediante acuerdos de suministro de energía a largo plazo (ppa).