Greenalia gana la batalla a Acciona por la planta de biomasa de Curtis y salva una reclamación millonaria

Una UTE formada por Acciona e Imasa Ingeniería, que vieron rescindido su contrato de construcción y mantenimiento de la factoría, llevaron a la energética a un arbitraje en el que le reclamaban 27 millones de euros frente a los 14 que solicitaba

Imagen de la planta de biomasa de Greenalia en Teixeiro

Imagen de la planta de biomasa de Greenalia en Teixeiro. Foto: Greenalia

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Greenalia, la energética coruñesa de Manuel García y José María Castellano, ha ganado la batalla que mantenía con Acciona e Imasa Ingeniería por la planta de biomasa de Curtis, al haber fallado a su facer el arbitraje celebrado en la Cámara de Comercio de Madrid para dirimir sobre esta cuestión. De este modo, la compañía gallega esquiva la millonaria reclamación de la UTE constructora, que se elevaba hasta los 27 millones de euros.

Para entender el origen del conflicto hay que remontarse a 2021. En mayo de ese año, la filial Greenalia Biomasa Power Curtis-Teixeiro rescindió el contrato que tenía con la UTE integrada por Acciona e Imasa, encargada de la construcción y entrega llave en mano así como del mantenimiento de la factoría. Los coruñeses tomaron esta determinación argumentando los retrasos en la entrega prevista del activo. Greenalia rescindió el contrato y procedió a ejecutar la totalidad de los avales sobre la planta de los que disponía. Del total de los mismos, en su contabilidad reconoció un ingreso de 8,2 millones de euros. Esta ejecución de avales tenía por objeto compensar el lucro cesante de la planta, es decir, la pérdida de ingresos por venta de energía que habrían ocasionado los retrasos en la entrega de la instalación.

Sin embargo, las sociedades Acciona Industrial e Imasa Ingeniería movieron ficha y promovieron un proceso de arbitraje en la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, tal y como en su momento adelantó Economía Digital Galicia. En concreto, la UTE solicitaba en su demanda que se reconociera “el derecho a una extensión del plazo para ejecutar la planta” que, además, llevase aparejado el reconocimiento a una compensación por mayor permanencia así como el rechazo de penalizaciones por el retraso. Defendían que Greenalia no tenía motivos justificados para resolver el contrato de EPC (de llave en mano) acordado y que, además, tenían derecho a reclamar “daños y perjuicios” por la resolución del acuerdo.

Cruce de reclamaciones

Según fuentes de Greenalia consultadas por este medio, Acciona e Imasa reclamaban un total de 27 millones de euros mientras que la energética gallega solicitaba 14, el importe de los avales ejecutados. En las cuentas de la compañía relativas al ejercicio 2023 se indica que fue el 13 de octubre del pasado año cuando la filial Greenalia Biomass Power Curtis recibió “la notificación de resolución del laudo relativo al arbitraje derivado de la resolución del contrato y ejecución de avales por la demora en la construcción de la planta de biomasa que explota la sociedad”.

El arbitraje falló a favor de Greenalia, aunque concendiéndole unos 6,2 millones de euros. Por este motivo, la compañía tuvo que eliminar dos millones de los ocho que había reconocido como ingreso para compensar los perjuicios causados por la demora en la ejecución de la planta de biomasa. De ahí que en la memoria de la compañía recientemente depositada ante el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), los coruñeses indiquen que “el resultado del laudo supone un impacto como mayor gasto por importe de dos millones de euros”.

En cualquier caso, la resolución del arbitraje evita las pretensiones de Acciona e Imasa que habrían hecho un considerable roto en el balance de Greenalia, que solo este año debe afrontar unos vencimientos de pasivos financieros de 171 millones de euros.

Greenalia dispara beneficios

Greenalia conoció la resolución favorable del arbitraje a finales del pasado 2023, un ejercicio en el que duplicó su beneficio neto de largo, al pasar de 16,4 a 37,3 millones de euros, resultado en el que influyó de forma notable la venta por casi 40 millones de euros de 182 megavatios eólicos y solares a Engie.

Las ventas de la compañía, que se desprendió de las divisiones de forestal y logística (están en manos de Smarttia, el holding del fundador de la energética), cayeron un 40%, hasta los 57 millones de euros. En todo caso, si a esa cantidad se le sumasen los casi 40 millones obtenidos por la venta de la venta de megavatios, el resultante final superaría ligeramente la cifra de negocio de 2022. El ebitda de la compañía (beneficio antes de tasas, impuestos, amortizaciones y depreciaciones) fue de 67 millones de euros, dos más que el ejercicio precedente.

La planta de biomasa de Curtis aportó 38 millones de euros en ingresos el pasado ejercicio.

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